"Tenían que haber apagado, no los bombillos, sino su carrera hacia la ridiculez, pero iban sin freno y en bajada"
Con el Mazo Dando
Con el Mazo Dando
Dicen que una mentira necesita 100 más para sostenerse, y que esas cien
más necesitan, cada una, otras cien mentiras y así y así, y así… Y tantas
mentiras no te pueden llevar sino al más escandaloso ridículo. Pues eso es lo
que le está pasando al antichavismo nacional e internacional.
Todo empezó hace poco más de 20 años. Ya nadie recuerda con precisión
cuál fue la mentira que desató la hecatombe mentirosa. Fueron tantas, tan
variadas, oímos todo, o casi todo: desde la fritata de cabezas de adecos que
los adecos decían que Chávez había prometido, los cubanos viviendo en tu casa,
una familia en cada cuarto, el ¡Con mis hijos no te metas!, que si el nuevo
viaducto a la Guaira era de cartón piedra ¡y va a caeeeer, y va a caeeer el
viaducto va a caeeerrr!, que si los bombillos ahorradores espiaban a los
venezolanos de bien.
Tenían que haber apagado, no los bombillos, sino su carrera hacia la
ridiculez, pero iban sin freno y en bajada. ¡Ni un paso atrás!
Ni un paso atrás, en bajada y sin frenos, en enero de este año, un
tarado balbuceó una ininteligible auto juramentación presidencial en una
esquina del Este de Caracas. En lugar de sacarlo a patadas por ese mismo culo
que había enseñado años antes a modo de joligudense protesta, el antichavismo,
nacional y mundial, decidió seguirle la corriente y llamaron al tarado
Presidente (E). De ahí ya no hay regreso.
Como el tarado es tarado, todo les salió mal; bueno, casi todo, porque
el tarado y sus compinches se robaron un realero que ahora no quieren repartir,
es decir que el tarado cree que a él no le salió mal nada, porque hasta su
esposa Fabiana ahora usa un Iwatch y una gorra bordada en dorado con un
logotipo en forma de totona que dice “Despacho de la primera Dama”. “Vamos
bien”.
Tan bien van que a los gobiernos de los países que se conjuraron para
hacernos creer que ellos creen que el tarado es Presidente, como que les cayó
la maldición que dice “El que se mete con Venezuela se seca”; aunque lo que en
verdad les cayó fue la inevitable realidad: el que se entrega a los gringos y
al FMI se seca. Así ha sido siempre, y claro, si además se meten con Venezuela,
se recontrasecan. ¡Cúmplase!
Estos presidentes que decidieron ser perritos en la alfombrita del
“patio trasero” se enfrentan a la posibilidad real de salir a patadas de sus
casas de gobierno, mientras Maduro, el presidente que pretendieron
desconocer y derrocar, sigue y seguirá ahí, al frente del gobierno de
Venezuela.
Pasa en Perú, Argentina, Honduras, Colombia, Paraguay, y ahora en
Ecuador donde la gente harta del neoliberalismo cipayo leninista salió a la
calle, calle y más calle, pero de verdad, verdad.
Así, para que no se les note el fracaso y la derrota, desatan la espiral
de ridiculez.
My, God! –dijo Almagro desde la OEA y corrió a emitir un comunicado que
dice que no, vale, que no se protesta así, que no se queman cosas (que nadie ha
quemado), que no se le lanzan agresiones a las fuerzas de seguridad, que Lenin
tiene que terminar su mandato constitucional, no como Nicolás Maduro que merece
todas las protestas violentas, el fuego, la muerte porque el petróleo
-¡perdón!- porque la dictadura, you know…
– ¡Lenin, Lenin, ahí vienen los movimientos sociales, la gente furiosa
por el paquetazo!
– Huyamos a Guayaquil – Dijo Lenin, picando cauchos.
– ¡Lenin, Lenin, que hay un gentío en la calle y no te quiere ni tu
madre!
– Saquemos al ejército a la calle y culpemos a Maduro en cadena nacional
con teleprompter.
¡Ajá, lo sabíamos! Nicolás, el hombre derrotado, quebrado, sin
liderazgo, sin gente, que vive temeroso, escondido en la soledad de Miraflores,
no es más que el Clark Kent de Maduro, un gigante súper poderoso que es capaz
de desestabilizar países enteros, a control remoto, con solo mover el
bigote.
Y nos dio mucha risa, pero más risa nos dio cuando la comiquita
escuálida de los poderes bigotudos de Nicolás sumaba más detalles, como la
clandestinidad de Rafael Correa, en Barquisimeto.
–¿Pero Correa no vive en Bruselas?– Preguntó un periodista opositor en
un intento vano de resistirse a la ridiculez.
– Bruselas, Barquisimeto, si ambas empiezan con B, ¿qué más da? Que sea
Barquisimeto, y ya está. Además que ahora dice este tuit que salió de
Barquisimeto rumbo a Barinas, así que todo va bien porque Barinas también
empieza con B –Le escupió una colega con los ojos desorbitados de rabia por la
duda titubeante del periodista que quiso salvar un poquito de dignidad.
Y como eran pocos, parió la abuela: El tarado, adicto a la ridiculez, se
lanzó de cabeza -de chorlito- con una declaración que su paraministro de
comunicación, con la maldad que lo caracteriza y el desprecio que le tiene, no
le iba a dejar pasar: “No tenemos duda de que pudiera estar Rafael Correa en
Venezuela, no tenemos precisión en este caso pero estamos averiguando”. Una
certeza atada a un verbo condicional atado a una imprecisión: la guaidonada
perfecta. Un profundo bostezo.
En fin, que colorín colorado, este cuento no se ha acabado, pero les
adelanto que al final, como al principio, como a la mitad, como siempre;
nosotros venceremos.
CAROLA CHÁVEZ
@tongorocho
No hay comentarios:
Publicar un comentario