miércoles, 21 de junio de 2017

Gabriela Ramírez, ex defensora del Pueblo en dolor mayor

Vamos que esta crisis política va permitiendo conocernos. Claro, este acto es muy personalísimo. Tal vez yo conozca ahora alguien que en otro momento creía conocer.
Mi tema no es, si estoy o no estoy con la constituyente. Mi tema es ahora, cómo algunas personas opinan y se les "olvida" lo que hicieron y permitieron hacer unos pocos años atrás. Lo que activamente practicaron ayer, que les pareció machete, hoy no le suena tan machete.
La ex defensora del pueblo, Gabriela Ramírez se nos vino con que "el marido de una mujer es su trabajo" y a ese marido burocrático le debe lealtad. La ex defensora del pueblo nos sugería que los ojos debían estar puestos en la jubilación y en la pensión.
Vamos que con queja y todo, la ex defensora tuvo sus buenas chambas o maridos como ella le dice. No se quejaba y quién así se queja.
Hoy se queja la ex defensora y su razón tendrá. Hoy esa queja y ese malestar con tristeza, se sustenta en una tesis que parece equilibra y consciente, si la observa hoy sin el ayer. Dice Gabriela Ramírez esto:
"Ninguna Asamblea puede catalogarse como Constituyente si primero no bebe de la soberanía popular. Sus bases comiciales deben pasar por la aprobación universal y directa de todo el país. Es impensable elegir constituyentistas si todo el pueblo no aprobó antes cuáles serán los términos y condiciones de esa elección"[i]. Suena muy correcta, argumentada y ética esta su tesis de hoy. (Subrayado mío)
Vamos que una parte importante del trecho de esta "revolución", la camarada ex defensora del pueblo tuvo sus trabajitos que ella, como ya dije, lo califica como maridos. Uno de esos cargos (muy bondadoso por cierto) fue en la Asamblea Nacional, que es uno de los poderes del Estado Venezolano y el otro cargo (mucho mejor que el otro) fue la defensoría pueblo. El primer cargo (nada malo) le duro cinco años (2005-2010) y el otro le duro hasta el 2014, fecha en que entró Tarek William Saab a ocupar este cargo de defensor.
Hay un detalle que se le perdió en la memoria de Gabriela Ramírez. Ella fue diputada 2005/2010 y en esa elección para elegir a un poder del Estado no se bebió de la soberanía popular porque la derecha decidió no participar. Una cosa y la otra, no es lo mismo. Una Asamblea Nacional y una Asamblea constituyente son situaciones distintas, pero tampoco es muy distinta en el método y en eso de "beber de la soberanía popular".
Esta Gabriela de hoy, no debió en el 2005 aceptar ese cargo o si lo había aceptado, tenía que abandonarlo inmediatamente después que fue electa porque en esa elección no participó "todo el país". La derecha decidió no participar, como tampoco participa para el 30 de julio. Aquella sala pudo tener más tomate, pero esta también es una salsa con tomate y le sirve al pavo y a la pava.
Pero hay un detalle mucho más importante que el anterior, que a la defensora se le extravió en su memoria. Ella fue candidata y electa como diputada, sin el concurso del pueblo chavista. O sea, ella fue candidata y diputada impuesta sin "beber de la soberanía popular". Ahí está un corto circuito, que no le produjo a la camarada Gabriela un electro shock cuando ofreció estas declaraciones en estos días[i].
Hoy la ex defensora del pueblo "mira con tristeza" cosas. Yo ex defensora, miro esto con tristeza desde 2005, porque el PSUV donde usted estaba y que le facilito dos buenos cargo y bien cómodos (Asamblea Nacional y Defensoría del pueblo) nos arrebató la posibilidad de poder elegir nuestros candidatos y candidatas y desde ese momento, la democracia participativa y protagónica comenzó a ser un juguete y usted, los disfrutó muy bien.
Esto que era lo más novedoso de este proyecto, no te molestó ni te produjo tristeza. No te entristeció que volvieran nada la propuesta de la democracia protagónica. Ese hecho marcó el quiebre, pero soltaste un cargo sin la voluntad del pueblo chavista y tomaste otro, igualmente sin esa voluntad. Todo arranca de esa práctica media autoritaria, que no te molestaba. El próximo cargo o marido, espero que te haga más humilde y te de la opción de pedir perdón por los silencios y "omisiones". Hay una cosa que leí en alguna parte, que nos advierte de la corresponsabilidad. ¡Corresponsabilidad!
Esta constituyente buena o mala es un trapo, porque desde hace un largo rato se cometieron errores y hoy se ven acumulados. Estuviste ahí apañando esos errores.

 
Amaranta Rojas

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