Memo
Morales. El Gitano Maracucho, ya no bailará más pero sus canciones sí
que seguirán haciendo bailar. Murió en una fiesta de fin de año y sus
pasodobles, baile de origen español, llenos de letras de amor y desamor
se escuchan siempre en diciembre como si fueran gaitas maracuchas. El
infarto lo encontró en el club la Hermandad Gallega en Caracas. En otra
época, en la pista de baile del Club Casa Canaria y en la sala de la
casa de los Colmenares Montero de Altagracia de Orituco disfrutamos de
nuestros amores juveniles raspando las suelas de los zapatos en muchos
amaneceres. ¡Que vivan todas las mujeres!, decía Memo y cantaba al ritmo
del pasodoble: “no hay en el mundo dinero, para comprar los quereres,
el cariño verdadero ni se compra ni se vende”; “no te puedo querer
porque no sientes lo que yo siento, no te puedo querer apártate de mi
pensamiento, si un día me vistes y al verme llorando tú te reías de mi
padecer, ahora es tarde, no hay remedio, ya no te puedo querer”. Y olé.
Gracias por tanta rumba, Memo.
Doña María centenaria. Juancito, Dilia, Humberto, Angel Domingo, Eva (mi madrina más querida), Sergio (el más jodedor de la famila) Omaira (mi maestra de cuatro) Rosa, José Enrique, Humberto y mi compadre Carlos, son los hijos e hijas de María Montero. Nació en Sabana Grande de Orituco, en Guárico, un 26 de diciembre hace 100 años. Mamá me cuenta que la conoció de niña en Sabana Grande.
Iba a su casa con frecuencia porque vendía en su casa huevos, pollos y berenjenas blancas. María Montero vivió en Caracas un tiempo, al separarse de su segundo marido, padre de sus últimos ocho hijos. Cuando la familia Chacín Díaz se fue a vivir a Altagracia de Orituco, sigue contando mamá, “cuál es mi sorpresa que doña María vivía en la casa de al lado. Era buena moza y es muy buena gente y es mi amiga”. El 31 María aplaudió emocionada a Juancito, su hijo mayor, cuando cantó y creíamos que no lo escuchaba; y le dijo a unas de sus nietas: ¿y ese morado que tienes en la pierna? Herminia advierte: “y ella dice que no ve nada”. Esa es Doña María Montero.
De la nostalgia de la OTAN. Interrumpo recuerdos hermosos para hablar de la OTAN. No porque sea más importante, sino porque es urgente. El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunció que está por concretarse un acuerdo de cooperación militar con la OTAN, organización creada en 1949 con diez países y que ahorita agrupa a 28 que supera 70% del gasto militar mundial. O sea es una corporación de países unidos para hacer dinero con las armas, con la guerra, con la violencia y la muerte.
Hay quienes dicen que eso no significa una amenaza, que ya los gringos tienen suficiente poder de fuego con las bases militares que tienen en Colombia. Tal vez sea verdad pero si no es para hacer negocios con la muerte, ¿para qué vienen? Por eso hay que gritar con fuerza, ¡Fuera la OTAN de Suramérica! Sigamos.
mechacin@gmail.com
@mercedeschacin
Doña María centenaria. Juancito, Dilia, Humberto, Angel Domingo, Eva (mi madrina más querida), Sergio (el más jodedor de la famila) Omaira (mi maestra de cuatro) Rosa, José Enrique, Humberto y mi compadre Carlos, son los hijos e hijas de María Montero. Nació en Sabana Grande de Orituco, en Guárico, un 26 de diciembre hace 100 años. Mamá me cuenta que la conoció de niña en Sabana Grande.
Iba a su casa con frecuencia porque vendía en su casa huevos, pollos y berenjenas blancas. María Montero vivió en Caracas un tiempo, al separarse de su segundo marido, padre de sus últimos ocho hijos. Cuando la familia Chacín Díaz se fue a vivir a Altagracia de Orituco, sigue contando mamá, “cuál es mi sorpresa que doña María vivía en la casa de al lado. Era buena moza y es muy buena gente y es mi amiga”. El 31 María aplaudió emocionada a Juancito, su hijo mayor, cuando cantó y creíamos que no lo escuchaba; y le dijo a unas de sus nietas: ¿y ese morado que tienes en la pierna? Herminia advierte: “y ella dice que no ve nada”. Esa es Doña María Montero.
De la nostalgia de la OTAN. Interrumpo recuerdos hermosos para hablar de la OTAN. No porque sea más importante, sino porque es urgente. El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunció que está por concretarse un acuerdo de cooperación militar con la OTAN, organización creada en 1949 con diez países y que ahorita agrupa a 28 que supera 70% del gasto militar mundial. O sea es una corporación de países unidos para hacer dinero con las armas, con la guerra, con la violencia y la muerte.
Hay quienes dicen que eso no significa una amenaza, que ya los gringos tienen suficiente poder de fuego con las bases militares que tienen en Colombia. Tal vez sea verdad pero si no es para hacer negocios con la muerte, ¿para qué vienen? Por eso hay que gritar con fuerza, ¡Fuera la OTAN de Suramérica! Sigamos.
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