jueves, 26 de enero de 2017

Píntame angelitos negros

En estos días, si uno no se anda con cuidado, puede terminar hundido en un mar de nostalgia anticipada por la partida de Obama de la presidencia de Estados Unidos. Basta intentar leer las noticias para que -¡zuas!- se te atraviese una empalagosa nota sobre el presidente saliente: que si Obama y Michelle se quieren mucho, y un montón de estudiadas fotos que nos dicen que Barack y Michelle son como tú y como yo; que si Obama lloró, close up de la lágrima presidencial; que si los bebés aman a Obama, foto enternecedora; que Obama come hamburguesas, foto con ketchup; que si una hija de Obama trabaja de cajera en la hamburguesería, foto de McDonald’s chic y yo me lo creo; que si Obama lloró otra vez… Hasta que el puchero del incauto lector se corta en seco con una foto del peluquín de Trump despeinado por los vientos de cambio, terrible cambio que se aproxima…
Recuerdo cuando el entonces senador Obama era apaleado a diario por Fox News; no hubo ataque que no le hicieran desde ese canal informativo cuya función es desinformar, y eso hablaba bien de Barack, un tipo que se vendió como el cambio, “Change we need” y la esperanza, “Hope” decía abajo el retrato pop del joven candidato en sus icónicos carteles de campaña. Según Fox, Obama era una amenaza… y tal vez, por un brevísimo momentito, lo fue y de ahí la esperanza…
El cuento es que no pasó mucho tiempo para que Barack retirara tranquilo aquel cristal antibalas que lo protegía en sus discursos al aire libre, y para que los medios nos pintaran un angelito negro, el tipo que todos queremos ser, el nuevo Presidente cálido, humano y cool, que caminaba como dando saltitos de vigor y seguridad.
Saltito, saltito, Obama repartió guerras, bombas, asesinatos a control remoto, golpes de Estado. Saltitos, y puertas adentro, la esperanza se marchitó como la clase media, mientras la policía gringa mata a un negro cada tres días sin que Obama suelte una lagrimita. Regó el mundo de pedacitos de infierno, pero Obama es chévere porque indultó a un pavo, porque bailó pegao con Michelle; porque fulana, que ganó un Oscar, lo ama, porque aquí lo dice el periódico, arriba de esta nota sobre el desastre que será para todos la presidencia de Trump, ¿no ves que es amigo de Putin, no le ves ese horrible peluquín?
@Tongorocho


Carola Chávez

Periodista y escritora. Autora del libro "Qué pena con ese señor" y co-editora del suplemento comico-politico "El Especulador Precóz".

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