Luisana Colomine.
Luego del apabullante número de noticias difundidas ayer por los medios
masivos de comunicación, multiplicadas al mil por ciento a través de las
redes sociales, recordé a Paul Lazarsfeld. Lazarsfeld fue un sociólogo
austríaco que dejó numerosos estudios, junto a Robert Merton, sobre los
medios y sus efectos. Decía el investigador que los medios cumplen tres
funciones: conferir estatus; imponer normas sociales y disfunción
narcotizante. Me detendré brevemente en la última.
El día de ayer lunes 17 de diciembre de 2014, quedará para la historia
de este año como de los más noticiosos. El problema es que tantos
anuncios, tan seguidos, uno más impactante que el anterior, generan algo
parecido a cuando tenemos altos niveles de adrenalina en el cuerpo: no
nos damos cuenta de nuestros propios males, de nuestros dolores, hasta
que ésta baja. Así funciona la información o, más bien, como ha dicho
Ignacio Ramonet, la “sobreabundancia” de información que nos impide
pensar, reflexionar, detenernos un minuto para entender cómo eso nos
afecta o no. Esta es esa disfunción narcotizante de la cual habla
Lazarsfeld. Es un aluvión de información que lejos de estimular a las
audiencias para saber más sobre el trasfondo de esas noticias, las
vuelve apáticas porque piensan que ya lo saben todo sobre esos temas y
es suficiente con lo que le dicen los medios. Lazarsfeld y Merton llaman
a los medios “los narcóticos sociales más directos y eficaces” y como
la adrenalina alta, pueden impedirnos ver hasta nuestra propia
enfermedad.
Como la canción aquella de Franco de Vita ayer “volamos, fuera de este
mundo por un rato…” La lista de noticias saturó a los medios. Los
canales de TV brincaban de corresponsal en corresponsal (como el control
del televisor de canal en canal) tratando de dar cobertura a todo, en
una carrera frenética de competencia mediática, todo ello aderezado por
millones de “likes” y “hashtags” de Facebook, Twitter, Instagram, etc.
Cumpliendo mi propia agenda setting, hice esta lista de noticias y sólo
me faltó decir: “Así es como está el mundo”: aparte de los 184 años de
la muerte de nuestro Simón y del cumpleaños del Papa Francisco, tenemos
que: 1-Cuba-EEUU reanudan relaciones diplomáticas; 2-Farc anuncia cese
al fuego unilateral e indefinido; 3-renunció jefe de la Usaid tras
liberación del espía Alan Gross; 4-los cinco héroes cubanos ya están en
casa; 5-Parlamento Europeo reconoce Estado Palestino; 6-sacan a Hamás de
la lista de terroristas; 7-Unasur aprueba "Ciudadanía Suramericana"; 8-
Cumbre del Mercosur rechaza sanciones hacia Venezuela por parte de
EEUU; 9- Inminente inclusión de Bolivia en Mercosur. También ayer China
concedió el Premio Confucio de la Paz a Fidel Castro.
Desde luego, la noticia mejor manejada mediáticamente fue la que unía a
dos países antagonistas como Cuba y Estados Unidos. Parece que fue
pensado y acordado el momento justo de la liberación de los presos que
en cada país son llamados “espías”. Mientras se instalaba la Cumbre del
Mercosur, se partía la pantalla para ver la llegada en avión del espìa
Alan Gross a su Patria y lo mismo con los tres cubanos, Gerardo
Hernández, Antonio Guerrero y Ramón Labaniño. Nos puso sobre aviso un
mensaje de twitter de René Gonzalez quien fue liberado antes.
La Cumbre del Mercosur quedó en segundo y hasta en tercer plano pues los
dos presidentes, Barack Obama (EEUU) y Raúl Castro (Cuba), se
dirigieron al mundo casi simultáneamente, con discursos amigables, de
reconciliación y hasta de arrepentimiento en el caso de Obama (con
frases en perfecto español y todo), de reconocimiento a un país como
Canadá (por parte de Castro), tan cuestionado por su política
abiertamente derechista, guerrerista y servil a las políticas de EEUU.
Esto dejó sin palabras a más de uno. Luego las imágenes del pueblo
cubano en La Habana saturaron las pantallas y nuestros sentidos, al
igual que las de los cubanos mayameros llamando “asesino” (¿ahora sí?) a
Obama. Los medios se extendieron en análisis de expertos buscando una
interpretación a todo aquello pues, claro está, fue la noticia del día,
del año, del siglo. Al final del día sólo se hablaba de eso. Lo demás,
sencillamente, no había pasado.
Cierro esta parte con Ramonet, sólo como reflexión ante el brutal
bombardeo mediático de ayer: “El sistema de información apuesta por la
pereza del ciudadano, para que éste no descubra fácilmente las
manipulaciones groseras que realiza el poder en determinados contextos
conflictivos”.
Sobre Cuba: Venezuela votó en 1962 la salida de Cuba de la OEA y hasta
aprobó las sanciones contra la Isla. Dos presidentes: Jimmy Carter y
Hugo Chávez, trabajaron incansablemente por la normalización de la
situación diplomática. Hay que reconocer que también Carlos Andrés Pérez
abrió vuelos a Cuba con ciertas restricciones.
Piensa mal y acertarás. Esto no lo dice ningún científico de la
comunicación social ni mucho menos. Lo dice el pueblo. Lo mejor de los
anuncios sobre la situación de Cuba y Estados Unidos es que levanten el
bloqueo económico inhumano a la Isla que ya se prolonga por más de 50
años, pero llama la atención el momento en que se toma la decisión. Y
hay que preguntar: “¿cómo quedo yo allí?”, digo, Venezuela, luego de
tanto apoyo al gobierno cubano.
Dicen que los norteamericanos no dan un paso sin medirlo. Es evidente
que la acción dará unos puntos más a la desprestigiada imagen tanto de
Barack Obama como de Estados Unidos. ¿Veremos florecer de nuevo el ron
con Coca-Cola? ¿es una estrategia para aislar a Venezuela en un momento
de profunda crisis económica? ¿Qué hará Cuba? ¿El grito “Cuba sí yankees
no” se cambia por “Cuba sí yankees too” (yankees también)? ¿Se
invierten los papeles y ahora Estados Unidos es el nuevo mejor amigo de
Cuba?
Profesora de géneros periodísticos y periodismo de investigación en la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Comunista.
@LuisanaC16
@LuisanaC16
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