*JUAN MARTORANO.
En las líneas de acción política
de nuestro Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), en su cuarta línea
versa sobre como el PSUV debe ser una plataforma de desarrollo y
fortalecimiento del Poder Popular, y específicamente en esta cuarta línea, se
divide en varios puntos, el 5to se refiere a la constitución del Gran Polo
Patriótico como una audaz política de repolarización.
Este Gran Polo Patriótico debe
apostar por los cambios democráticos y revolucionarios de nuestra sociedad
venezolana, rescatando el espíritu nacionalista y libertario que hace 200 años
animó la lucha del pueblo venezolano para darse una Patria Libre y Soberana.
Por ello, en el Plan de la Patria, en este segundo Plan Socialista Económico y
Social de la Nación, con esa visión estratégica que caracterizó siempre a Hugo
Chávez Frías, no es casual que el Primer Objetivo Histórico sea el de defender,
expandir y consolidar el bien más preciado que hemos reconquistado después de
200 años: La independencia nacional.
Es en ese contexto, que en mi
último artículo, al cierre señalaba no serán unas simples elecciones
parlamentarias las que se escenificarán en nuestro país, además de reiterar los
innumerables llamados que nos formulo Hugo Chávez, cuando se presentaban este
tipo de coyunturas: “Nosotros debemos estar preparados para defender la
Revolución Bolivariana en cualquier escenario donde ésta plantee la
confrontación”. Pero le agregaría, que es vital para dar estas batallas, y para
seguir conservando nuestra independencia, que la Revolución Bolivariana
conserve los espacios de Poder que ha conquistado.
Por ello, que el Objetivo
Nacional, el 1.1 versa sobre la obligación que tenemos de garantizar la
continuidad y consolidación de la Revolución Bolivariana, y algunos de los objetivos
estratégicos y generales en este sentido, tenemos los siguientes:
1.1.1
Fortalecer a través de los procesos electorales
la Revolución Bolivariana, elevando la moral y la conciencia del pueblo
venezolano y de los pueblos del mundo en su lucha por la emancipación.
1.1.2
Preparar la defensa de la voluntad del pueblo,
mediante la organización popular y el ejercicio democrático de la autoridad del
Estado.
1.1.3
El fortalecimiento y la expansión del Poder
Popular.
1.1.4
Preservar y recuperar los espacios de gobierno
regional y local, para profundizar la restitución de poder al pueblo.
No podemos negar la realización
de los Consejos Patrióticos Bicentenarios, los cuales se hicieron mientras el
Comandante Chávez estuvo con nosotros en esta tierra; ni de los Círculos de Lucha
Populares y el Vivir Bien; ni la conformación de los diferentes Consejos
Presidenciales del Poder Popular de diferentes sectores, ni la inclusión de
diferentes partidos y movimientos sociales dentro de la gestión de gobierno.
Sin duda, que un proceso con
estas características crearía las condiciones para reunificar y, sobre todo,
ampliar la base popular que sustenta a la Revolución (obreros, campesinos,
pobladores, estudiantes) y para lograr alianzas con sectores patrióticos de la
clase media profesional, de la cultura, del deporte y de pequeños y medianos
empresarios honestos.
Este proceso de amplia
planificación participativa e inclusiva a escala nacional, centrada en la lucha
y en las demandas concretas de las comunidades y no en abstracciones
discursivas, podría constituir, en el corto plazo, un viraje estratégico en la
ampliación de la correlación de fuerzas favorables a la Revolución Bolivariana.
En el Gran Polo Patriótico, el
Partido debe ser el más activo participante del gran esfuerzo de unir a los y a
las patriotas venezolanos y venezolanas en la gran tarea de defender la
Independencia y la Soberanía Nacional y Popular como única garantía de lograr
una sociedad donde el pueblo venezolano garantice la plena satisfacción de sus
necesidades humanas.
Pero, autocríticamente debemos
reconocer, no hemos estado en capacidad de debatir ampliamente y aprobar un
plan de construcción del Socialismo en lo concreto. Por ello, es que viejas
prácticas y modos del Estado Burgués no sólo que en buena medida están vigentes,
sino peor aún, están intactas. Esta falla debe el Gran Polo Patriótico
corregirla de inmediato.
Pero, volviendo al tema
concerniente al Parlamento y a las elecciones del año que viene, no es del todo
cierto, y con todo respeto lo señalo, lo expresado por el camarada Diosdado
Cabello, de que una Asamblea Nacional no puede derrocar al Parlamento, y daré a
continuación los argumentos que sustentan esta aseveración que hoy hago.
En primer lugar, la campaña
constituyente de 1999. Recuerdo al propio Comandante-Presidente Hugo Chávez,
cuando recorrió nuestras calles, nuestros campos, nuestras minas en la campaña
para la elección de los y las constituyentistas de la fórmula patriótica. Recuerdo
que el Comandante decía, planteando un escenario muy improbable, pero no
imposible, basándose en las tesis del Poder Constituyente originario: “Si la
mayoría de los constituyentistas son de los enemigos de la Patria, ellos pueden
perfectamente sacarme de aquí”. Porque los poderes constituidos deben
subordinarse al Poder Constituyente. Chávez estaba clarito y le explico eso al
pueblo.
El segundo supuesto que me quiero
permitir plantear, es una Asamblea Nacional con cualquiera de las mayorías que
plantea la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en manos de
la derecha venezolana. Luego de aprobada la Ley de Presupuesto y endeudamiento
para el año 2015, en sesión plenaria del día 9 de diciembre de 2014; el
Presidente Nicolás Maduro, en Barinas, cuando le colocaba el “Ejecútese” a
dichos instrumentos jurídicos, señalo que de no haberse aprobado el presupuesto
2015, se hubiese tenido que cerrar escuelas, centros de salud, los aportes a
las Misiones se hubiesen reducido de manera considerable. Agréguele a ello, las
dificultades económicas que estamos afrontando actualmente, eso hubiese
contribuido a complicar aún más el panorama político y social en nuestro país.
Además de ello, recordemos que
tenemos un artículo en nuestra Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, que es el 233, el cual establece las faltas absolutas del Presidente
de la República. Una Asamblea Nacional en manos de la derecha, dependiendo del
caso, pudiera cambiar la correlación de fuerzas del Tribunal Supremo de
Justicia, de los integrantes del Poder Ciudadano (Ministerio Público,
Defensoría del Pueblo, Contraloría General de la República), y de los rectores
y rectoras del Consejo Nacional Electoral (CNE), ello, para poder declarar su
incapacidad física o mental permanente certificada por una junta mèdica
designada por el TSJ y con aprobación de la Asamblea Nacional; o alegar
abandono del cargo bajo cualquier pretexto o excusa, ya que nuestra Carta Magna
no expresa con claridad cuando procede ese abandono del cargo. Desde la
Asamblea Nacional, pudiera sabotear la labor del Ejecutivo Nacional, y
propiciar las condiciones de inestabilidad política e ingobernabilidad para
forzar una crisis en nuestro país (renuncia del presidente Maduro, revocatorio,
golpe parlamentario al estilo Honduras y Paraguay, golpe de estado
tradicional).
El tercer escenario, es que los
factores revolucionarios obtengamos una mayoría precaria en la Asamblea
Nacional. Me explico. En la relegitimación de los poderes del año 2000, los
factores revolucionarios obtuvimos casi 100 parlamentarios y la derecha 65. Pero
con los saltos de talanquera que hubo, dicha correlación quedó afectada, y al
finalizar dicho período de esa primera Asamblea Nacional, la correlación quedó
83 diputados del Bloque Patriota, y 82 del Bloque de la Antipatria. Fue el
período donde si uno de nuestros diputados se enfermaba y no se incorporaba el
suplente, o trataban de captar a un diputado para quebrar nuestra mayoría, nos
pusieron en un trance bastante complicado, en donde incluso hubo que hacer algunas
concesiones. Esos diputados de derecha más los renegados, aplicaban tácticas
dilatorias, se inscribían los 82 en todos los debates, lo que hizo que varias
sesiones plenarias culminaran bien entrada la madrugada, para que las leyes y
créditos adicionales que necesitábamos no fuesen aprobadas; a veces quebraban
el quórum parlamentario, aprovechándose de la inexperiencia de algunos de
nuestros diputados, entre otras maniobras de sabotaje.
En un supuesto de que en las
elecciones parlamentarias del año que viene, la correlación de fuerzas quedará
83 diputados por el Gran Polo Patriótico y 82 de la derecha, le daría alguna
fuerza, a pesar de ser minoría, para torpedear y sabotear la labor de nuestro
parlamento, y forzar condiciones de ingobernabilidad y caos, para dar al traste
con la Revolución Bolivariana.
Por ello, es que para el año que
viene, debemos ir en una alianza perfecta en todos los circuitos y en las
listas para estas elecciones a la Asamblea Nacional por parte del Gran Polo
Patriótico. Queremos un Gran Polo Patriótico en la calle, junto al pueblo,
combatiendo junto al pueblo contra el burocratismo, la corrupción, la guerra
económica, los asesinatos selectivos, las guarimbas, y cualquier otra forma de
desestabilización y sabotaje.
Creo que nuestros candidatos y
candidatas a la Asamblea Nacional por el
Gran Polo Patriótico deben ser electos y electas desde las bases y no por las
cúpulas de los partidos que lo conforman. ¿Qué si estas elecciones de base
puedan meter su cuchara gobernadores, alcaldes e integrantes de los poderes
constituidos? Pues, déjenme decirles que no hay metodologías perfectas, y todas
tienen sus riesgos, sus pro y sus contra, pero me parece que el método de
elección por la base es uno de los más democráticos, y que antes de dichas
elecciones de base, esto vaya acompañado de una campaña interna de altura de
los diferentes precandidatos y precandidatas.
Bueno, estas son algunas
reflexiones, esbozo de posibles escenarios, e ideas preliminares de cara a
poder obtener un triunfo importante en la batalla político electoral que se nos
avecina el año que viene.
¡Bolívar y Chávez viven, y sus
luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria
Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
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