jueves, 18 de diciembre de 2014

La serpiente que se muerde la cola.

ASALIA VENEGAS S.

Cuando el Libertador dijo “es que acaso 300 años no bastan”, movió con estas palabras toda la fibra de los pueblos de América que al alborear el siglo XIX despertaron frente a la tiranía española para no devolverse jamás en la lucha por conquistar la libertad.
Cuando el Libertador dijo “es que acaso 300 años no bastan”, movió con estas palabras toda la fibra de los pueblos de América que al alborear el siglo XIX despertaron frente a la tiranía española para no devolverse jamás en la lucha por conquistar la libertad. La historia es aleccionadora, y nuestros territorios se enrumbaron a todo riesgo en la lucha por erigir las repúblicas en aquel tiempo.

Estados Unidos desde el siglo XVIII hizo sentir sus ansias de dominio y expansión. Mostró sus garras desde el principio. Densas investigaciones muestran cómo en todos los conflictos fronterizos e internos en las tierras americanas hay un intruso que nunca faltó, el Gobierno de ese país. Se sabe a plenitud de su labor de arrase contra las culturas originarias del norte del continente.

Hay un oscuro elemento que transversaliza la historia de esta parte del mundo, es la injerencia descarada en los asuntos internos de estos estados del Gobierno de Estados Unidos. Se habló sin prurito del “patio trasero”, refiriéndose a América Latina. Por extensión, aquellas tierras con instituciones débiles han sido blanco fácil de la voracidad de los que se creen más fuertes y con licencia para matar.

Este gobierno se abroga la potestad de ser el réferi del mundo. Ese país tiene una de las deudas más grandes en su economía, niveles de pobreza alarmantes y una descomposición social que se refleja en los crímenes que se generan en sus ciudades. Se señala con un dedo acusador a quienes su Gobierno dice que violan los derechos humanos; irónicamente, la muerte de afroamericanos -que marca un repunte del racismo- es vista con sorna.

Lo ocurrido en la cárcel de Abu Ghraib en Irak, Guantánamo, Libia, Afganistán, entre muchos hechos, señalan con un dedo acusador a los halcones del Pentágono. En nuestro continente, Guatemala, Nicaragua, Chile, Cuba, y más recientemente Paraguay y Honduras. Estados Unidos está de remate viendo cómo por estos predios Ecuador, Brasil, Bolivia, Nicaragua, Cuba, Uruguay, Argentina, siguen avanti con sus procesos de construcción de patria. A Venezuela le han hecho de todo; hoy el Congreso promulgó sanciones contra funcionarios del Gobierno venezolano, que no harán mella.

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