La Haine En la última década, la palabra feminismo comenzó a aparecer de manera más recurrente en los espacios académicos, y a rondar con mucho más presencia en los debates de las organizaciones populares y de izquierda. Si bien el feminismo –o los feminismos, como elige presentarlos Luciano Fabbri– tienen un largo, intenso y no casualmente invisibilizado recorrido teórico-práctico, sin duda el dinamismo que en los últimos años cobró por nuestras latitudes la lucha del movimiento de mujeres, del movimiento LGTTTBI y de todxs aquellxs que ponen en cuestión el patriarcado como orden social vigente nos muestra que hay opresiones que permanecen inalteradas. Y, también, que hay organización colectiva para enfrentar esas opresiones, y apuestas por teorizar y conceptualizar lo que se quiere enunciar, lo que se busca transformar.
Sin embargo, en el caso de nuestro país [Argentina] –y podríamos arriesgar, incluso, de América Latina– como instancia de producción, la praxis política del movimiento feminista ha ido muy por delante de la capacidad de teorizar sobre las nociones que nos permiten reconstruir los marcos generales en los que se inserta. No desconocemos la extensa bibliografía que se ha producido, desde distintas perspectivas, en los últimos años, pero el libro de Fabbri es muy bien recibido por vastos sectores de los feminismos vinculados a organizaciones populares de nuevo tipo, justamente porque viene a ocupar un espacio que permanecía vacante en términos de sistematización teórica.
Es fundamental resaltar que desde el primer párrafo este libro se identifica como parte “de una serie de esfuerzos orientados a sistematizar y profundizar algunas reflexiones en torno a los desafíos de los movimientos sociales y populares en el contexto actual” (pág. 43); por tanto, es un libro que no se piensa en sí mismo, sino en eslabón con intentos colectivos de teorizar lo hecho. Esta impronta colectiva se evidencia desde la estructura misma de la publicación, que es resultado de una iniciativa de la Editorial autogestiva rosarina Puño y Letra con la que da comienzo así a su colección “En las calles y en las camas”. 'Apuntes…' se inaugura con una presentación de los varones que integran Puño y Letra, al que le sigue el “Prólogo para una izquierda degenerada”, del colectivo feminista Malasjuntas de Rosario y continúa con una introducción (“Yo, Lucho”), elaborada por los compañeros de Luciano que militan con él en Varones Antipatriarcales. Por último, antes de dar comienzo al texto propio del libro, aparece una sentida dedicatoria que Fabbri les hace “A las mujeres bonitas”. Desde el mismo orden que tienen estos aportes, puede apreciarse que el libro no surge de la curiosidad solitaria de un individuo en la academia, sino de la militancia comprometida y sostenida de un compañero feminista que ha sabido identificar latencias, carencias y horizontes compartidos política y generacionalmente junto con muchxs otrxs.
'Apuntes…', en su contenido, en la forma en que está elaborado, intenta recoger lo que el autor ha ido identificando, a lo largo de varios años de estudio, trabajo y militancia en esta temática, como las pulsiones más vivas y las elaboraciones más útiles de diferentes feministas que se han esforzado en construir nociones que hoy nos permiten caracterizar las relaciones de género como relaciones de poder, donde existe subordinación, jerarquización y, por tanto, necesariamente, desigualdad y violencias. ¿Cómo entendemos el poder? ¿Qué es la opresión de género? ¿Qué es el patriarcado? ¿A qué se debe su carácter hegemónico? ¿Cómo se articula con el capitalismo? Son todas preguntas que Fabbri intenta responder en la primera parte de este libro, acompañándose de autoras de muy disímil procedencia y de distintas corrientes teóricas.
Este impecable repaso teórico responde también a otra pelea que el autor emprende, contra la academia androcéntrica y patriarcal. Es preciso recordar que el texto 'Apuntes…' era, en su origen, resultado de la investigación de Fabbri para su tesina de grado en la Licenciatura en Ciencia Política en la Universidad Nacional de Rosario. En la negación del patriarcado como un sistema de dominación social, en la inexistencia en la currícula de Ciencia Política de las relaciones de género como relaciones de poder que atraviesan de manera constitutiva las sociedades que analizamos, Fabbri encuentra, como ya han hecho muchxs otrxs feministas, una evidencia más de que el orden actual de cosas genera sus propias usinas de conocimiento desde coordenadas que les posibilitan reproducir la desigualdad imperante y esconder los planteos críticos.
Una vez sedimentado este poderoso armazón teórico, en la segunda parte del libro el autor reconstruye el carácter instituyente de “nuestro feminismo”, que es como denomina a las búsquedas feministas nuestramericanas insertas en construcciones de poder popular. En estos capítulos, el autor insiste en que muchas de las más brillantes herramientas teóricas, pedagógicas y políticas que las organizaciones del poder popular de nuevo tipo, que han emergido en las última décadas al calor de la crisis del neoliberalismo, son herencias –nuevamente, ocultas, silenciadas– de las organizaciones feministas y de sus producciones. Y que es necesario reconstruir genealogías y trazar puentes para no perdernos nada, para no seguir comenzando de cero, para no traicionar estos legados reproduciendo la violencia de acallarlos como pretende hacer el sistema imperante.
A Fabbri le interesa vincular luchas, generar diálogos en lugar de fragmentar o dispersar. Por ello toda esta segunda parte está atravesada por una intuición común acerca de que la creación del poder popular es inescindible de la batalla cotidiana por acabar con toda forma de opresión, siendo la opresión de géneros una de las más antiguas y consolidadas. Así, en la fórmula con la que imagina al Socialismo del Siglo XXI, diversidad y articulación son las palabras clave para pensar el enfrentamiento a un “sistema de dominación múltiple”. Con claridad, el autor establece que “uno de los mayores desafíos al que nos enfrentamos lxs sujetxs de estas resistencias es el de articular nuestras demandas en una estrategia que nos posibilite ir revirtiendo la actual correlación de fuerza e ir haciendo posible el cambio social que consideramos necesario” (pág. 191).
Este libro, desde el momento de su edición ha recorrido ya varias presentaciones en diferentes lugares y ha originado debates pero también momentos emotivos, porque aparece como un reconocimiento para toda una generación de mujeres –y por suerte ya no sólo mujeres– feministas, luchadoras, revolucionarias que a nivel continental están activando para transformar la realidad. Estamos frente a un libro que, por la pertinencia de las preguntas y la prolijidad y originalidad de las respuestas, sin duda permanecerá vigente mucho tiempo como un imprescindible.
Revista Herramienta
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