Antonia Muñoz.
Después de casi un mes de locura
fascista contra el pueblo venezolano, con la clara intención de derrocar
el Gobierno Bolivariano de Venezuela, se empieza a disipar la humareda
de esta guerra declarada, que para el 25 de febrero de 2014 alcanzó a 18
municipios del total de 335 que tiene el país; “guarimba” que en los
días subsiguientes tocó un máximo de 26 municipios, en el climax de la
perversidad de la cual es capaz la enloquecida ultra derecha venezolana.
Permitiera Dios que la luz del amor, del discernimiento y de la
racionalidad se apoderara de la mente, del corazón y del alma de las y
los jóvenes venezolanos que han sido envenenados por las y los peones
del imperio norteamericano. Esto no significa que la ultra derecha
venezolana y sus jefes norteamericanos hayan desistido. No lo han hecho
ni lo harán, éllos persistirán en satisfacer sus intereses
geoestratégicos, políticos y económicos. Ahora retomarán el filón de la
economía, y por los titulares de algunos diarios de tendencia
derechista, dentro de ese sector, destacarán el área de alimentos y el
de medicamentos. Harán lo posible y lo imposible por magnificar su
escasez bien sea torpedeando su importación o acaparando y
contrabandeando su existencia.
En esta reflexión, nos dedicaremos al
sector alimentos, por ser el área de nuestro conocimiento. En primer
lugar, comencemos por reconocer la verdad actual, lo cual pasa por
recordar y comunicar al país los estragos que dejó la guerra económica
declarada por los enemigos de la Patria en el 2013; guerra caracterizada
por acaparamiento, especulación, usura y contrabando de extracción sin
precedentes; acciones que la ultra derecha arreció en el último
cuatrimestre del año 2013, y que sólo comenzaron a sofocarse cuando el
Gobierno Nacional decidió visitar empresas y demostrarle al país cómo lo
estaban robando, para de paso, generar escasez e inflación; pasando
esta última de un promedio de 22% en 13 años a 56,2 % en el 2013;lo cual
representó un aumento del 35,6% con respecto al año 2012.
No pretendemos justificar las
responsabilidades que nos corresponden a quienes gobernamos. Por ello,
en primer lugar estamos obligados a evitar que se repita un nuevo
CADIVI. No hacerlo, sería realmente inexcusable. Celeridad y seguimiento
férreo en el otorgamiento de divisas para importar alimentos y
medicamentos. Seguimiento férreo en los puertos: es inaceptable que
cientos de contenedores permanezcan allí, dizque abandonados por los
importadores. Y entonces, ¿Cuál es la eficiencia y la honestidad de los
responsables de supervisar y hacerle seguimiento a la mercancía que
llega? Nunca olvidar que para combatir la corrupción,” LAS ESCALERAS SE
TIENEN QUE BARRER DESDE ARRIBA”. No sea que se cumpla aquello de: “si
roban los de arriba, robemos los de abajo”. ASÍ QUE, GUERRA AL
BUROCRATISMO, AL AMIGUISMO, A LA INEFICIENCIA Y A LA CORRUPCIÓN.
Desempolvemos las 5+1 Líneas Estratégicas, que son parte del legado de
nuestro amado Comandante Chávez.
A las y los revolucionarios, quienes
también somos cristianos, les exigimos que internalicemos las
exhortaciones del profeta Isaías: “¡AY DE LOS QUE A LO MALO DICEN BUENO,
Y A LO BUENO MALO; QUE HACEN DE LA LUZ TINIEBLAS, Y DE LAS TINIEBLAS
LUZ; QUE PONEN LO AMARGO POR DULCE, Y LO DULCE POR AMARGO! ¡AY DE LOS
QUE JUSTIFICAN AL IMPÍO MEDIANTE COHECHO, Y AL JUSTO QUITAN SU DERECHO!
(Isaías 5: 20 y 23). No olvidemos que el primer paso para solucionar un
problema es reconocer que el mismo existe. Reconozcamos entonces, que al
final del 2013 la derecha indujo una escasez de muchos bienes de
consumo básico y masivo. Reconozcamos que parte de estos bienes lo
producimos en el país y parte lo importamos. Reconozcamos los problemas
gravísimos que ocurrieron con la asignación, el uso y el abuso de las
divisas.
En segundo lugar, reconozcamos que con
los bienes importados y con los producidos en el país, cada quien hizo
lo que le vino en gana, porque hemos sido muy permisivos, ya que la CRBV
aprobada el 15 de diciembre de 1999 es muy clara en su artículo 114.
“El ilícito económico, la especulación, el acaparamiento, la usura, la
cartelización y otros delitos conexos, serán penados severamente de
acuerdo con la ley”. Además, recuérdese que la Ley de Costos y Precios
Justos se aprobó a finales del 2011 y entró en vigencia en el 2012. Más
recientemente, se aprobó El Decreto Nº 600, mediante el cual se dicta el
Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de Precios Justos,
publicado en Gaceta Oficial Nº 40.340, de fecha 23 de enero de 2014.
Ahora la oposición anda propalando la idea que dicha Ley contribuirá al
desabastecimiento, lo cual es un chantaje inaceptable.
A propósito de lo anterior, antes que
esa candelita coja sabana, recomendamos que actualicemos y sinceremos de
forma acelerada y objetiva LAS ESTRUCTURAS DE COSTOS DE PRODUCCIÓN.
Para ello debemos consultar a los productores agropecuarios, pequeños,
medianos y grandes; afectos o no al Gobierno Bolivariano, quienes
conocen la verdad verdadera del campo venezolano. Podríamos comenzar con
el arroz de verano que ya comienza a cosecharse, seguir con maíz y
sorgo que se sembrará en mayo. Por la merma en la producción de leche
durante el verano, se tiende a especular con el queso blanco. Siempre
debemos asegurarnos que se cubran los costos de producción y que se
obtenga una ganancia razonable. Los productores primarios son quienes
asumen el mayor trabajo y el mayor riesgo; por lo tanto, son éllas y
éllos quienes deben recibir la mayor ganancia. Los precios a los cuales
lleguen los alimentos a los consumidores dependerán de la eficiencia en
la producción primaria y de acortar los eslabones en la cadena de
comercialización, de manera que acerquemos los productores a los
consumidores finales. Es muy injusto e inaceptable, que algunas veces,
producir alimentos sea un negocio sólo para los intermediarios. CHÁVEZ
VIVE, LA PATRIA SIGUE!
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