lunes, 27 de febrero de 2012

“Chávez somos todos”.

 



Bueno, nadie dijo que sería fácil, y menos aún cuando el año pasado supimos de la enfermedad que enfrentaba mi Presi, que enfrentábamos todos, porque justamente de eso se trata: Lo que afecta a Chávez nos afecta a su pueblo y viceversa. Y es aquí cuando me veo obligada a recurrir al inevitable cliché: “Chávez somos todos”.
Si, suena poco imaginativo, es verdad, pero es que no encuentro una forma más redondita y precisa para decir lo que quiero decir. 
Chavez somos todos y no se trata de una simple frase, se trata de asumirlo, interiorizarlo, y actuar en consecuencia, de multiplicarnos en millones de Chávez. Se trata de aliviar a mi Presi de buena parte de la carga que él, con tanta alegría asumió, y que nosotros alegremente dejamos que asumiera. Se trata de ponernos los pantalones largos, de dar el salto, de asumir nuestra militancia con madurez. Se trata de ayudarlo a encontrar el tiempo que necesita para recuperar su salud. No más ese “yo quiero ver a Chávez”, cada vez corra un rumor carroñero. No más “Chávez lo resuelve todo”. No más el Chávez portaviones… ¡aviones a volar! 
Nos enfrentamos a una campaña electoral justo ahora cuando mi Presi necesita, por primera vez en tantos años, descanso y tranquilidad. Mi Presi necesita su tiempo. No creo que sea necesario que Chávez se tenga que subir a un camión y recorrer pueblo por pueblo a ofrecernos algo que ya hemos logrado con él. Tampoco tiene que convencernos de que con él caminamos hacia el país justo, libre y soberano que queremos. No necesitamos promesas de quien sueña nuestros sueños y nos ayuda a alcanzarlos. -Y perdonen lo cursi pero el amor me pone dulzona-. 
Decía que no necesitamos una campaña reposando en un solo hombre, sobre todo cuando ese hombre necesita que la campaña repose en otros hombros, digamos por ejemplo, en los míos, los tuyos, los hombros de todos los chavistas, millones de nosotros haciendo campaña en nuestras calles, oficinas, mercados, panaderías, plazas, universidades... 
Una campaña inmensa, intensa, efectiva, original, creativa, desconcertante para quienes aún creen que un candidato se vende como se vende un jabón, para quienes nos siguen creyendo idiotas amnésicos, capaces de votar por el (a)saltador de muros de embajadas, ese que para comer prefiere ofrecernos alfombras y cables que pollos de Mercal.
Los chavistas sabemos bien lo que queremos, nos sobran argumentos para defender nuestras ideas, tenemos grandes logros, tenemos sueños, y un Presidente que nos enseñó a alcanzarlos. Ese es nuestro candidato, que recupera su salud tranquilo, porque “donde haya que ponerse grandes, grandes nos pondremos” y así Chávez seremos todos... todos y en campaña. Viviendo y, por supuesto, venciendo.
tongorocho@gmail.com


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