sábado, 15 de octubre de 2011

Clase Media Revolucionaria: ¡Un Polo Patriótico de índole moral!

Reinaldo Quijada



Fue una gran lección de humildad. Un ejercicio de participación espontánea. El que nos dieron jóvenes como Lorena Freites, Carlos Carles, Doroty Delgado y Anny Higgins, durante el Acto de presentación, del Equipo Promotor Nacional, del Polo Patriótico. Un viento fresco que era necesario. Un inicio auspicioso si bien, hay que advertir, aún no conocemos los nombres de todos los 153 miembros que lo conforman… Una lección de humildad para el PSUV, partido en el cual militamos, y para los partidos aliados, al igual que para las organizaciones sociales, como Clase Media Revolucionaria, de la cual formamos parte. Algunas frases fueron demoledoras, la de Lorena, cuando expresó: el Gran Polo Patriótico es como “lanzarnos una cuerda a los que nos sentíamos en el desierto”. Aislamiento, orfandad de las bases, pérdida de conexión con el pueblo. Todos tenemos que revisarnos. El PSUV suele ser prepotente y sectario. También nuestras Instituciones Públicas, al igual que nuestros Gobernadores y Alcaldes. Las organizaciones sociales solemos ser individualistas y poco disciplinadas. A todos nos falta humildad.
Un líder, como Chávez, tiene, como diría el Che, la capacidad de interpretar cabalmente los deseos y las aspiraciones del pueblo. Es lo que ha hecho al conformar un Equipo Promotor Nacional del Polo Patriótico con figuras nuevas. En la Revolución Bolivariana se da la paradoja que el pueblo, una parte importante de este hermoso “ente multifacético”, es ideológicamente más avanzado que la mayor parte de nuestra dirigencia. Esa contradicción debe constituir un dilema complejo para el Presidente Chávez. ¿Qué hacer? La retaguardia olvidada y segregada es la vanguardia. Chávez lo expresó claramente: “Toda sociedad nueva nace contaminada de la vieja”. Así sucede entre nosotros. Estos jóvenes promotores pidieron “crear una Dirección Colectiva desde abajo que mande obedeciendo” y “democratizar el poder”. Observan que es necesario “conectarse con personas con quienes la revolución no se ha conectado” y reclamaron “participación en la construcción de una política más amplia”. La crítica no deja espacio para la duda. ¡A buen entendedor, pocas palabras!
El Che decía que el pueblo es disciplinado y realiza con entusiasmo las tareas que se le asignan. Sin embargo, advertía, cuando su dirigencia se equivoca, “se nota una disminución del entusiasmo colectivo” y es “el instante de rectificar”. Viene, entonces, la gran pregunta: ¿Cómo rectificar? Lo que suele suceder, es que una parte de la dirigencia persevera en sus errores, defendiendo sus espacios de poder, y busca más bien “captar” a ese nuevo liderazgo potencial. Busca tutelar sus acciones. Les ofrece cargos públicos. Los invita a programas de TV. Los halaga y, si no logra seducirlos, los aísla. El Che señala que, muchas veces, “es difícil percibir el momento en que se equivocó la ruta”. Para luego señalar: “De allí que sea tan importante elegir correctamente el instrumento de movilización de las masas. Ese instrumento debe ser de ÍNDOLE MORAL, fundamentalmente, sin olvidar una correcta utilización del estímulo material, sobre todo de naturaleza social”. El hombre nuevo y la mujer nueva sólo podrán surgir de una política que deberá ser, necesariamente, de ÍNDOLE MORAL. No hay que desmayar, ni cansarse en el esfuerzo, como dice el Che: “Ya vendrán los revolucionarios que entonen el canto del hombre nuevo con la auténtica voz del pueblo. Es un proceso que requiere tiempo”…
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