Norma Rivas Santacruz
Son las 7 y 15 de la mañana del día lunes 24 de octubre del 2011, exactamente un día antes de un anunciado paro universitario para el día 25. Sentada en la placita, esperando las 8 de la mañana para asistir a mis clases normales, en la Aldea universitaria Héroes de Canaima, cuando recibo un mensaje de mi hija, estudiante del 2do año en la Facultad de Ciencias jurídicas y políticas, en la Universidad de Carabobo, la misma donde pasé mas de 25 años como trabajadora, pero que nunca he perdido mi conexión con esta casa de estudios, donde me indica que acababan de matar un estudiante, en los alrededores de la planta baja y donde precisamente ella cursa estudios, en uno de los salones para ese fin. El caos inmediatamente arropó las facultades de Ciencias Económicas y Sociales (FACES), Ciencias de la Educación y por supuesto la de Ciencias jurídicas y políticas, conocida como la Facultad de Derecho.
Para esta caballera de fina estampa, la que les narra los hechos como dice mi amigo Walter, en pleno desarrollo, por estar demasiado cerca del sitio donde suceden los acontecimientos, lo más triste, es que ya no me causa ni sorpresa.
Ya los mediocres desinformados, están pasando por todas las redes sociales, que estos hechos violentos, vienen ocurriendo desde 1999 para acá, les voy a decir algo a estos desinformados, esa violencia viene mucho antes de la fecha que denuncian, este terrorismo se vienen sucediendo y es mas acentuado, desde que aparecieron las parcelas de poder en la Universidad de Carabobo
Cuando las luchas estudiantiles, de los 60, 70,80, y principios de los 90, se hacían contra un sistema de opresión, el terrorismo y la violencia venían del gobierno de turno y no era precisamente por cuidar parcelas de poder. Luego la universidad se convirtió en una empresa de inversión capitalista, donde grupos anárquicos, se apoderaron de los espacios, con la anuencia de los gerentes de turno. Todo ente capitalista es traficante de terrorismo y violencia, vean nada mas y nada menos las mafias en los centros penitenciarios, por nombrar los que tenemos mas cerca, nuestra querida Universidad, no escapa a esta situación de violencia que existe en cualquier cárcel del país.
¿Qué hacen las brillantes autoridades que rigen esta casa de estudio?, inaugurando otra vez, una franquicia para la venta de libros, por cierto bien caros y pensando como comenzar con la amenaza de paro, para obtener mayor presupuesto para un funcionamiento administrativo dudoso. Ahora, voy a utilizar una frase que manejaba aquella señora, que pasó al baúl de los recuerdos, como pasarán todos los enemigos de este pueblo. A estas autoridades, iniciando como les digo, con el mismo cariño de siempre, cuando me dirijo a la realeza, su majestad Jessi I Divo de Romero y su comparsa de disfraces académicos, se les escapó de las manos, la gobernabilidad de esta Institución
¿Qué seguridad le ofrece esta gestión a la población universitaria?, cuando en esa casa de los saberes, viven, entran y salen delincuentes a toda hora y nadie ejerce un control. Ya los bandoleros dejaron de ser los marginales que le arrebatan una cadena o una cartera a cualquier transeúnte, ahora van a la Universidad y escuchan clase, como cualquier alumno más. Me pregunto, ¿Cómo entran?, ¿Quién los protege?. ¿Para esto es que sirve la tan cacareada autonomía universitaria? ¿Por qué entran 2 motorizados y van directamente a un kiosco específico, sorprenden al encargado, le propinan unos balazos y escapan en medio de la multitud? Son inquietudes de un colectivo, que frecuentando estos espacios, camina acompañado de una condición que se llama inseguridad.
Luego sale un Paule Aure, dándosela de santurrón, el mismo que como un gorila se montó en el capó del automóvil que transportaba al Dr. José Vicente Rangel a bailar reguetón, cuando éste se dirigía al hotel Intercontinental, donde asistiría a un acto correspondiente a sus labores, donde este ilustre de la academia, sale invitando a elevar una plegaria por la salud de la víctima, cuando su deber es trabajar por la seguridad de un estudiantado que solo busca una luz en la casa que vence las sombras, les voy a decir algo, esto es propio de todo fascista, ¿con qué moral, un ciudadano que tenga un comportamiento de estos, va a regir los destinos de una Universidad?, váyanse con su autonomía a lavarse el paltó, como dice mi querido presidente.
Patria o muerte… estamos venciendo.
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