*Freddy Bernal
Interesante como espectáculo la situación de la oposición venezolana. En las elecciones parlamentarias pasadas, apostando a la caída de la Revolución decidieron retirar sus candidatos, seguros como estaban del éxito de las conspiraciones en marcha, lo que supondría la fantasiosa posibilidad de unas nuevas elecciones a la Asamblea Nacional, en las que harían caída y mesa limpia. Mala decisión, perdieron un espacio de ejercicio democrático y tuvieron que conformarse con el show mediático.
Decidieron superar el resbalón y ahora 36 factores (sumando ONGs, partidos políticos y grupos de electores) debaten la mejor forma de escoger los candidatos a la Asamblea. Dos grandes tendencias podemos identificar.
Por un lado, los residuos del puntofijismo, plantean utilizar encuestas y acuerdos cupulares a la manera tradicional; por otro, nuevos actores (y también algunos viejos) proponen elecciones por la base; sin maquinaria, apuestan a su proyección mediática.
Ambos factores van rumbo al fracaso; la única visión de país que los mueve, su único proyecto en mente, es una Venezuela sin Chávez, posibilidad que el pueblo y la historia les negará una vez más en las máquinas de votación.
Se nota, en el debate opositor, un entresijo absurdo de contradicciones: partidos tradicionales vs. "sociedad civil", cúpulas vs. movimientos de base, la experiencia vs.las caras lindas, Mesa de unidad vs. Todos Unidos... ¡Una verdadera ensalada de protagonismo malsano y zancadillas disimuladas preparando los cañones para la elección presidencial del 2012!
Ni siquiera entre ellos hay debate con argumentos sólidos y razonables. ¿Algún programa o plan de gobierno más serio que la "tarjeta mi negra" del prófugo Rosales?.¿Alguna crítica certera para enmendar las metidas de pata?. ¡Nada!. Reto a los lectores a buscarle, al discurso rancio de la oposición, una sola razón digna de debatir. No la hay. En el fondo, persiste la mezquindad que por 40 años gobernó al país.
Señores de la oposición, queremos que representen en la Asamblea Nacional a los y las compatriotas que no comparten los ideales bolivarianos. El archipiélago de la contrarrevolución parece errar de nuevo; no nos queda más que ofrecerles una ayudita revolucionaria: podemos orientarlos en como se organizan unas elecciones por la base. Si bien no sabemos de acuerdos de cogollos, después de 10 años, somos expertos en acudir y respetar la soberanía electoral. Trece elecciones, nacionales y regionales, en los últimos diez años así lo demuestran.
Deseamos una oposición decente, inteligente y propositiva que, además de ser expresión genuina de los y las votantes y lejos de recurrir a las consignas antichavistas ya desgastadas o a la procacidad en contra del Presidente, nos adverse con inteligencia y altura, sumándose al debate por la Venezuela que queremos todos. Requerimos una oposición que se desmarque de los "cantos de ballena" del golpismo, que fije una posición soberana a la amenaza del paramilitarismo y las bases gringas en el país vecino.
Venezuela es de todos, menos de los malos venezolanos, aquellos que entregan a la patria y conspiran a la sombra a costa de la paz y las vías democráticas. Dentro de la Constitución todo, fuera de la Constitución nada.
Oído al tambor.
No solo el Comandante Chávez se pronuncia abiertamente contra las bases gringas en Colombia. También el Presidente Lula de Brasil y la Presidenta Cristina de Argentina, hicieron público su rechazo cuando, en declaración conjunta, esta semana expresaron sobre el plan de las bases que "es incompatible con los principios de respeto a la soberanía y la integridad territorial de los estados en la región".
Evo advierte sobre "otro Guantánamo" en América Latina.
Uribe, desafiando todas las señales que claman prudencia, dentro y fuera de Colombia, sigue obcecado en su manía belicosa. Estamos avisados.
Reiteramos el carácter pacífico de nuestra revolución pero también el deseo irrevocable de ser libres y soberanos.
*Dirigente Nacional del PSUV.
Interesante como espectáculo la situación de la oposición venezolana. En las elecciones parlamentarias pasadas, apostando a la caída de la Revolución decidieron retirar sus candidatos, seguros como estaban del éxito de las conspiraciones en marcha, lo que supondría la fantasiosa posibilidad de unas nuevas elecciones a la Asamblea Nacional, en las que harían caída y mesa limpia. Mala decisión, perdieron un espacio de ejercicio democrático y tuvieron que conformarse con el show mediático.
Decidieron superar el resbalón y ahora 36 factores (sumando ONGs, partidos políticos y grupos de electores) debaten la mejor forma de escoger los candidatos a la Asamblea. Dos grandes tendencias podemos identificar.
Por un lado, los residuos del puntofijismo, plantean utilizar encuestas y acuerdos cupulares a la manera tradicional; por otro, nuevos actores (y también algunos viejos) proponen elecciones por la base; sin maquinaria, apuestan a su proyección mediática.
Ambos factores van rumbo al fracaso; la única visión de país que los mueve, su único proyecto en mente, es una Venezuela sin Chávez, posibilidad que el pueblo y la historia les negará una vez más en las máquinas de votación.
Se nota, en el debate opositor, un entresijo absurdo de contradicciones: partidos tradicionales vs. "sociedad civil", cúpulas vs. movimientos de base, la experiencia vs.las caras lindas, Mesa de unidad vs. Todos Unidos... ¡Una verdadera ensalada de protagonismo malsano y zancadillas disimuladas preparando los cañones para la elección presidencial del 2012!
Ni siquiera entre ellos hay debate con argumentos sólidos y razonables. ¿Algún programa o plan de gobierno más serio que la "tarjeta mi negra" del prófugo Rosales?.¿Alguna crítica certera para enmendar las metidas de pata?. ¡Nada!. Reto a los lectores a buscarle, al discurso rancio de la oposición, una sola razón digna de debatir. No la hay. En el fondo, persiste la mezquindad que por 40 años gobernó al país.
Señores de la oposición, queremos que representen en la Asamblea Nacional a los y las compatriotas que no comparten los ideales bolivarianos. El archipiélago de la contrarrevolución parece errar de nuevo; no nos queda más que ofrecerles una ayudita revolucionaria: podemos orientarlos en como se organizan unas elecciones por la base. Si bien no sabemos de acuerdos de cogollos, después de 10 años, somos expertos en acudir y respetar la soberanía electoral. Trece elecciones, nacionales y regionales, en los últimos diez años así lo demuestran.
Deseamos una oposición decente, inteligente y propositiva que, además de ser expresión genuina de los y las votantes y lejos de recurrir a las consignas antichavistas ya desgastadas o a la procacidad en contra del Presidente, nos adverse con inteligencia y altura, sumándose al debate por la Venezuela que queremos todos. Requerimos una oposición que se desmarque de los "cantos de ballena" del golpismo, que fije una posición soberana a la amenaza del paramilitarismo y las bases gringas en el país vecino.
Venezuela es de todos, menos de los malos venezolanos, aquellos que entregan a la patria y conspiran a la sombra a costa de la paz y las vías democráticas. Dentro de la Constitución todo, fuera de la Constitución nada.
Oído al tambor.
No solo el Comandante Chávez se pronuncia abiertamente contra las bases gringas en Colombia. También el Presidente Lula de Brasil y la Presidenta Cristina de Argentina, hicieron público su rechazo cuando, en declaración conjunta, esta semana expresaron sobre el plan de las bases que "es incompatible con los principios de respeto a la soberanía y la integridad territorial de los estados en la región".
Evo advierte sobre "otro Guantánamo" en América Latina.
Uribe, desafiando todas las señales que claman prudencia, dentro y fuera de Colombia, sigue obcecado en su manía belicosa. Estamos avisados.
Reiteramos el carácter pacífico de nuestra revolución pero también el deseo irrevocable de ser libres y soberanos.
*Dirigente Nacional del PSUV.
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