En La Habana, el 9 de enero de 1926, se reunieron los venezolanos Salvador de la Plaza, Gustavo Machado y Eduardo Machado, los cubanos Julio Antonio Mella, Leonardo Fernández Sánchez, Orosmán Viamontes y los peruanos Jacobo Hurwitz y Luis Bustamante, con la finalidad de conformar un grupo político de carácter internacional que legitimara la “revolución social” en contra del régimen dictatorial de Juan Vicente Gómez.
Los primeros objetivos trazados para tal cometido político de liberación nacional aspiraron:
“1) Dar por constituido el grupo; 2) Nombrar un Comité Central Provisional; 3) Encomendar a los compañeros Salvador de la Plaza, Julio A Mella y Luis F Bustamante la elaboración de un proyecto de programa; 4) Convocar a una nueva reunión con todos los posibles miembros de este grupo para someter a su consideración los acuerdos tomados”.
El programa, al que hace alusión el punto tres de los objetivos citados, trató de los “principios básicos de la revolución venezolana” divulgado en la reedición de 1929 del libro centenario La verdadera situación de Venezuela escrito por Salvador de la Plaza y Gustavo Machado.
Vale la pena destacar que el CC Provisional quedó constituido por los siguientes camaradas y patriotas: Salvador de la Plaza, Gustavo Machado, Julio A Mella, Jorge A Vivó, Luis Bustamante y Jacobo Hurwitz.
La intención fundamental de la conformación de este grupo político se dilucida en dos momentos: 1) en la ubicación de camaradas en el ámbito internacional; por ejemplo, Pío Tamayo fue comisionado a Costa Rica; Julio A Mella, Salvador de la Plaza y Eduardo Machado a México, etcétera, y 2) otra de “acción secreta” con cuatro propósitos donde los medulares son los que siguen: “Difundir a todos los comunistas el estado político, económico y social de Venezuela y su situación favorable, después del derrocamiento de Gómez, para organizar el proletariado y llevarlo a la conquista del poder” y “desarrollar en toda su amplitud el programa de acción exterior procurando, así, el apoyo moral y material de todo el continente para el triunfo de la revuelta armada y el reconocimiento de la beligerancia de la misma”.
El marco político expuesto legitimó las aspiraciones teórico-ideológicas y políticas del primer libro marxista venezolano, lejos de cualquier pretensión academicista.
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