*JUAN MARTORANO.
Recuerdo que fue en el año 2015,
estaba reciente la derrota electoral de las elecciones
parlamentarias de ese año, cuando asistimos a un foro en el museo
boliviano, en la esquina de Pajaritos de la Asamblea Nacional, cuando el
abogado constitucionalista Hermann Escarrá, esbozaba la
posibilidad de la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente.
Esta la afirmación la realizó el mencionado jurista, ya que con esto se
evitaría una guerra social en el país.
Pues bien, la decisión e
iniciativa que ha tomado el Presidente de la República Bolivariana de
Venezuela, Nicolás Maduro Moros de convocar a una Asamblea Nacional
Constituyente ante la inmensa, multitudinaria
y apoteósica concentración por el Día del Trabajador y la Trabajadora
el pasado 1 de mayo, debemos entenderla como una acción política para
desmontar el escenario violento- terrorista que han realizado sectores
fascistas en nuestro país con proyección hacia
una guerra civil, todo ello por el desarrollo y despliegue conjunto y
combinado de guiones insurreccionales que se activaron con inusitada
fuerza a partir del mes de abril del presente año.
Sin
duda que esta opción estratégica abre nuevos caminos tácticos hacia la
paz y hacia nuevas formas de diálogo, ya que se busca mantener el actual
conflicto del país dentro del ámbito político
pero desechando cualquier rezago de conclave, y como contención
a las provocaciones y la escalada de violencia propiciada por el ala radical de la oposición.
Para
el lado de la oposición venezolana, la nueva situación política
significa que están obligados
a realizar una reconsideración de sus objetivos políticos inmediatos y
realineamiento de sus fuerzas dentro de un cuadro de metas más realistas
cónsonas con la situación que plantea el nuevo escenario, empujado
precisamente por su
empecinamiento en contra de la opción del diálogo
y llamados a elecciones propuesto por el Gobierno Nacional, al cual consideraban “arrinconado”
e “inerte” ante su arremetida violenta y anti política, que a su
juicio,situaban al Presidente Maduro ante un callejón sin salida y en
posición para que actores como la Iglesia Católica exigieran su renuncia
(portada de la última edición del semanario La Razón)
a través del ex presidente de la CEV, Ovidio Pérez Morales, las cuales
actuarían como carburante del escenario de terrorismo en desarrollo
durante las últimas semanas.
Como
muchos saben, la legitimidad
y constitucionalidad sobre la que se sustenta la convocatoria realizada
por el Jefe del Estado, está contenida en los artículos 347 al 349 de
nuestro texto constitucional que será reforzada por la convocatoria a
cabildo de los concejos municipales en nuestro
país, los cuales también tienen iniciativa en ese proceso
constituyente, y del que el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)
posee mucho más de los 2/3 que señala el artículo 348 constitucional
para legitimar la convocatoria a esta Constituyente.
Además
de ello, desde el ámbito
político, se aplica lo que el primer constituyentista del país, que fue
el Libertador y Padre de la Patria Grande, Simón Bolívar, realizó en
alguna oportunidad: “La Constitución debe ser revisada cada diez años”.
No
olvidemos que hace diez años,
el Presidente Hugo Chávez planteó una reforma constitucional, la cual
no pudo ser aprobada en referendo; y en el año 2009, si logramos aprobar
la enmienda número 1 de nuestra actual Constitución, que posibilitó la
candidatura de nuestro Comandante inolvidable
en el año 2012.
También
es importante que tengamos
claro las diferencias entre lo que es una enmienda constitucional, lo
que es una reforma constitucional y esta convocatoria a una Asamblea
Nacional Constituyente, que son las tres maneras de poder modificar
nuestra Carta Magna.
La
enmienda, de conformidad con
lo preceptuado en el artículo 340 de nuestra Constitución, tiene por
objeto la adición o modificación de uno o varios artículos de nuestra
Constitución, sin alterar su estructura fundamental.
La
reforma constitucional tiene
por objeto una revisión parcial de nuestra Constitución y la
sustitución de una o varias de sus normas que no modifiquen la
estructura y principios fundamentales del texto constitucional, esto de
conformidad con el artículo 342 de nuestra Carta Magna.
Y
la Asamblea Nacional Constituyente
es la expresión del Poder Popular como depositario del Poder
Constituyente originario que busca transformar el Estado, crear un nuevo
ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución. Esto debemos
señalarlo sin ambages de ningún tipo.
Pero
volviendo a las consideraciones
que nos interesan, la opción estratégica presentada por el Presidente
Maduro luce como una acción racional y como una apuesta elevada, de alto
impacto y riesgo por todas las implicaciones que esta tiene, pero que a
su vez propicia nuevos escenarios en el país:
De consenso, de compromiso y alianza por el reconocimiento de nuevos
sujetos sociales visibilizados por la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, que incidirán sin duda en una nueva
correlación de fuerzas, con base además en las nuevas reglas
de juego que surgirán producto de este debate, donde igualmente, el
Jefe del Estado se adelantó al anunciar la próxima presentación de las
bases comiciales para la elección de los constituyentistas a través del
voto universal, directo y secreto, siguiendo
la metodología de escogencia de una Asamblea Nacional Constituyente por
sectores y niveles territoriales.
Aún
como ya lo hemos expresado,
falta la definición de las bases comiciales para la elección de los
constituyentistas, las cuales ya está trabajando la Comisión
Presidencial Constituyente designada por el Presidente Nicolás Maduro
para tal fin, sin embargo, ya el debate sobre este proceso
constituyente y sus posibles candidatos y candidatas ya prendió en la
calle.
También el Jefe del Estado definió
algunos puntos de la agenda que pudieran ser incluidos en la Asamblea Nacional Constituyente:
- Establecerlos elementos de paz para la Nación (una constituyente para la paz).
- Definir el modelo económico post rentista.
- Incorporar el sistema de Misiones Sociales.
- Mejorar y profundizar el sistema de seguridad y protección del pueblo:
- Revisar y profundizar el sistema de policía y penitenciario.
- Aplicación de mayores penas sobre delitos de conmoción social tales como violación o secuestros.
- Incorporación del terrorismo y narcotráfico como amenazas a la seguridad de la Nación y su correspondiente penalización acorde a su gravedad.
- Reconocimiento de las nuevas formas de participación popular: Consejos Comunales, Comunas, CLAP, entre otros.
- Revisión y profundización los contenidos dedefensa de la Seguridad Nacional.
- Expreso rechazo y combate de actos deinjerencia externa.
- Incorporación de la división pluripolar y multipolar en la política exterior.
- Revisión
y profundización del tema de la Identidad cultural.
- La nueva venezolanidad y espiritualidad.
- Reconocimiento de la juventud como sujeto social con un capítulo propio sobre deberes y derechos.
- Asumir como objetivo la lucha contra el cambio climático.
También esta Constituyente originaria tendrá decisión sobre el destino de los poderes constituidos: Podrá decidir si el Presidente de la República permanece o no en su cargo, si se mantiene o no la actual Asamblea Nacional, si se mantiene el Tribunal Supremo de Justicia, el Consejo Moral Republicano y el Poder Electoral.
En fin, este debate y proceso recién inicia, y se nos está haciendo una cita con la historia.
¿Quiere usted perderse esta cita?
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
¡Hasta la Victoria Siempre!
*Abogado,Activista por los DerHumanos,Militante Revolu y dela Red Nacional
Tuiter@s Socialistas ( http://.juanmartorano.blogspot
com /http:juanmartorano.worpress. com).jmartoranoster@g mail
,j_martorano@hotmail.com , _. a . @juanmartorano ( en Tuiter
No hay comentarios:
Publicar un comentario