Desde que el ex presidente Barack Obama firmó la orden
ejecutiva que señala a Venezuela como una amenaza inusual y
extraordinaria a la seguridad de los Estados Unidos, se han revitalizado
las operaciones psicológicas con los niños en el centro de la tormenta
informativa-mediática.
Hace casi exactamente un año, insistimos en una nota
que el sostenido empleo de los niños como un símbolo apunta a
sensibilizar a la opinión pública nacional e internacional para, así,
acompañar una intervención en Venezuela, bajo la mampara narrativa de la
"crisis humanitaria".
Esta campaña de propaganda aún se realiza bajo lo que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) califica como "líneas de persuasión" para inducir a una reacción deseada en la audiencia-objetivo, en este caso las grandes mayorías consumidoras de noticias en redes sociales y medios a lo interno y fuera de Venezuela, y conseguir el apoyo masivo en la concreción de los objetivos políticos y militares.
Ahora los niños también forman parte de su repertorio, pues son usados como escudos humanos en medio de confrontaciones contra los cuerpos de seguridad del Estado.
Por supuesto, el tratamiento mediático respecto al uso de los niños en la línea de confrontación directa ha sido edulcorado y hecho potable para aceptar que los infantes puestos allí forman parte de un movimiento social espontáneo con una marcada tendencia al heroísmo, "luchadores por la libertad y contra el hambre".
La desafortunada "crónica" de Emily Avendaño en la revista digital Clímax, que pertenece a la carpeta mediática de El Estímulo, titulada "Los niños de la resistencia", es la punta del iceberg en este tipo de apología a la violencia con la infancia como centro, un recurso más dentro del peligroso repertorio mediático opositor.
El texto de Avendaño describe a los infantes que llegan a las manifestaciones de la MUD "pidiendo algo de comer, andan descalzos y en muy malas condiciones de higiene". Son muchachos en estado de precarización social y económica, y por ende manipulables según la necesidad que refieren en los contextos de marchas y concentraciones opositoras. Esta muestra de sadismo no requiere mayor desarrollo, se explica solo.
El empeño de exponer a niños en la vanguardia de las confrontaciones guarimberas ha llevado a que fotógrafos y medios gocen de una fiesta irresponsable para inflar la apología al delito e infantilizar la "resistencia" con marca Voluntad Popular. A continuación una muestra.
Incluso rotan por las redes imágenes con niños en clara situación de pose. Aquí mostramos dos: una donde una fila de niños se arrodillan frente a los cuerpos de seguridad del Estado con banderas venezolanas en mano y otra donde la apología a la violencia guarimbera toma el cuerpo de un niño para disfrazarlo de "freedom fighter".
La foto de la comunicadora opositora Fanny Valbuena puesta a rodar por redes sociales de un niño de 9 años que arma una bomba molotov, fue una peligrosa manipulación con respecto al menor de edad, que el mismo gobierno aclaró a través de un video en el programa Con El Mazo Dando y que impulsó a profundizar la investigación del caso.
Asimismo, el gobernador del estado Mérida, Alexis Ramírez, alertó a las autoridades competentes el uso de niños en los piquetes insurreccionales de la guarimba, de por sí muy calientes en los estados andinos del país.
También han habido denuncias personales como la de una madre que cuenta cómo su hijo fue cooptado con dulces, como ha sucedido en otras ocasiones, para asumir funciones de agente guarimbero.
Por otro lado, Anahí Arizmendi, presidenta de la Fundación para Niños, Niñas y Adolescentes del Distrito Capital, informó en una entrevista a VTV: "Nosotros acudimos a la Fiscalía hace como 15 días con una serie de denuncias, nosotros tenemos además un centenar de denuncias sistematizadas, no sólo individuales sino también colectivas, y nosotros insistimos desde el Ministerio Público, que ha sido una institución atacada por el fascismo, que ha sido víctima del terrorismo (...) que debe haber un pronunciamiento que coadyuve a la paz, no podemos crear una sensación de impunidad sino contribuir todos hacia la paz", destacó.
¿Pero para qué usan a los niños en las barricadas y momentos de violencia guarimbera? ¿Son escudos humanos nada más?
Aparte de que intentan disuadir a los cuerpos de seguridad que contienen a los grupos violentos de la oposición, el uso de niños pretendería llegar a un punto de inhabilitación de los mismos como principal objetivo militar para superar la fase de "calentamiento de calle".
La abogada Marieliz Valdez, inspectora general de Tribunales, también asomó otro objetivo judicial en entrevista con La Radio del Sur, en la que explicó que la utilización de menores "está terriblemente orquestado y tiene que ver con una responsabilidad que comienza a partir de los 14 años, lo que significa que su detención no va a genera una privativa de libertad". Es decir, a los niños menores de 14 años no les pasa factura una condena por actos violentos contra infraestructuras públicas y privadas, contra los mismos cuerpos de seguridad y, por supuesto, contra la gente que circunda esos escenarios. Es una forma de que sirvan de carne de cañón y franja de protección de la vanguardia entrenada y violenta de la MUD durante las confrontaciones.
Sin embargo, la abogada manifestó que "el uso de niños para delinquir es un agravante más que representa un aumento en la pena que pueda tener algún hecho violento en el que incurra un ciudadano". Los artículos 254 y 265 de la Lopnna son expresivos en este sentido.
El uso de niños con objetivos militares por parte de grupos terroristas, por lo tanto, tampoco es una práctica nueva en el ejercicio de la violencia destituyente. Sin ir muy lejos, El Tiempo de Colombia -de la oligarquía Santos- ha reportado que casi 9 mil niños fueron reclutados en el marco de la guerra civil colombiana que tiene unas cinco décadas en vigor, la mayoría forzados a formar las líneas del paramilitarismo.
En otro extremo, es conocido el reclutamiento de niños por parte de los grupos Daesh (mejor conocido como Estado Islámico) y Al-Qaeda en Siria. Entrenan a infantes con rehenes vivos y hasta los ponen de verdugos de prisioneros de guerra kurdos, en un acto civilizatorio de bajo escalón que busca asimismo ponerlos en la línea de fuego para disuadir a los ejércitos regulares que confrontan y así presionar una retirada militar en los campos de batalla.
Esos mismos grupos terroristas han usado a niños y mujeres de escudos humanos en Siria e Irak.
Exponer a menores de edad, forzados o extorsionados por comida para cometer actos violentos y para fabricar armas artesanales como bombas molotov, donde podrían resultar heridos o -peor- muertos, en Venezuela no dista mucho de las acciones de estos grupos paramilitares en Colombia y en Medio Oriente.
Esta campaña de propaganda aún se realiza bajo lo que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) califica como "líneas de persuasión" para inducir a una reacción deseada en la audiencia-objetivo, en este caso las grandes mayorías consumidoras de noticias en redes sociales y medios a lo interno y fuera de Venezuela, y conseguir el apoyo masivo en la concreción de los objetivos políticos y militares.
Manipulación infantil en los frentes guarimbero y mediático
Diferentes recursos han usado los grupos violentos de la oposición en la línea de confrontación. Sabemos que están bien organizados en los momentos de choque, con dirigentes de Voluntad Popular y Primero Justicia dirigiendo las distintas tácticas contenidas en manuales de sabotaje de la CIA con armamento e instrumentos de defensa artesanales. A pesar de que se abastecen de elementos para la concreción de su lucha en los focos de violencia a través de canales que dirigen financiamiento desde el exterior, sus recursos no acaban ahí.Ahora los niños también forman parte de su repertorio, pues son usados como escudos humanos en medio de confrontaciones contra los cuerpos de seguridad del Estado.
Por supuesto, el tratamiento mediático respecto al uso de los niños en la línea de confrontación directa ha sido edulcorado y hecho potable para aceptar que los infantes puestos allí forman parte de un movimiento social espontáneo con una marcada tendencia al heroísmo, "luchadores por la libertad y contra el hambre".
La desafortunada "crónica" de Emily Avendaño en la revista digital Clímax, que pertenece a la carpeta mediática de El Estímulo, titulada "Los niños de la resistencia", es la punta del iceberg en este tipo de apología a la violencia con la infancia como centro, un recurso más dentro del peligroso repertorio mediático opositor.
El texto de Avendaño describe a los infantes que llegan a las manifestaciones de la MUD "pidiendo algo de comer, andan descalzos y en muy malas condiciones de higiene". Son muchachos en estado de precarización social y económica, y por ende manipulables según la necesidad que refieren en los contextos de marchas y concentraciones opositoras. Esta muestra de sadismo no requiere mayor desarrollo, se explica solo.
El empeño de exponer a niños en la vanguardia de las confrontaciones guarimberas ha llevado a que fotógrafos y medios gocen de una fiesta irresponsable para inflar la apología al delito e infantilizar la "resistencia" con marca Voluntad Popular. A continuación una muestra.
Incluso rotan por las redes imágenes con niños en clara situación de pose. Aquí mostramos dos: una donde una fila de niños se arrodillan frente a los cuerpos de seguridad del Estado con banderas venezolanas en mano y otra donde la apología a la violencia guarimbera toma el cuerpo de un niño para disfrazarlo de "freedom fighter".
Denuncias y objetivos
Este uso y abuso ha sido denunciado por algunos periodistas en plataformas mediáticas y redes sociales y por organizaciones en defensa de la integridad de niños, niños y adolescentes. El hecho de abusar de los infantes en la vanguardia guarimbera como "escudos humanos" es una grave violación al artículo 32 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (Lopnna), que insiste en "la integridad física, psíquica y moral" de los infantes en Venezuela, y así ha sido denunciado por periodistas.La foto de la comunicadora opositora Fanny Valbuena puesta a rodar por redes sociales de un niño de 9 años que arma una bomba molotov, fue una peligrosa manipulación con respecto al menor de edad, que el mismo gobierno aclaró a través de un video en el programa Con El Mazo Dando y que impulsó a profundizar la investigación del caso.
Asimismo, el gobernador del estado Mérida, Alexis Ramírez, alertó a las autoridades competentes el uso de niños en los piquetes insurreccionales de la guarimba, de por sí muy calientes en los estados andinos del país.
También han habido denuncias personales como la de una madre que cuenta cómo su hijo fue cooptado con dulces, como ha sucedido en otras ocasiones, para asumir funciones de agente guarimbero.
Por otro lado, Anahí Arizmendi, presidenta de la Fundación para Niños, Niñas y Adolescentes del Distrito Capital, informó en una entrevista a VTV: "Nosotros acudimos a la Fiscalía hace como 15 días con una serie de denuncias, nosotros tenemos además un centenar de denuncias sistematizadas, no sólo individuales sino también colectivas, y nosotros insistimos desde el Ministerio Público, que ha sido una institución atacada por el fascismo, que ha sido víctima del terrorismo (...) que debe haber un pronunciamiento que coadyuve a la paz, no podemos crear una sensación de impunidad sino contribuir todos hacia la paz", destacó.
¿Pero para qué usan a los niños en las barricadas y momentos de violencia guarimbera? ¿Son escudos humanos nada más?
Aparte de que intentan disuadir a los cuerpos de seguridad que contienen a los grupos violentos de la oposición, el uso de niños pretendería llegar a un punto de inhabilitación de los mismos como principal objetivo militar para superar la fase de "calentamiento de calle".
La abogada Marieliz Valdez, inspectora general de Tribunales, también asomó otro objetivo judicial en entrevista con La Radio del Sur, en la que explicó que la utilización de menores "está terriblemente orquestado y tiene que ver con una responsabilidad que comienza a partir de los 14 años, lo que significa que su detención no va a genera una privativa de libertad". Es decir, a los niños menores de 14 años no les pasa factura una condena por actos violentos contra infraestructuras públicas y privadas, contra los mismos cuerpos de seguridad y, por supuesto, contra la gente que circunda esos escenarios. Es una forma de que sirvan de carne de cañón y franja de protección de la vanguardia entrenada y violenta de la MUD durante las confrontaciones.
Sin embargo, la abogada manifestó que "el uso de niños para delinquir es un agravante más que representa un aumento en la pena que pueda tener algún hecho violento en el que incurra un ciudadano". Los artículos 254 y 265 de la Lopnna son expresivos en este sentido.
Otros casos globales
Sin duda el conflicto venezolano no es un caso aislado, métodos de guerra usados contra otros países se han replicado en Venezuela para intentar fomentar una intervención extranjera.El uso de niños con objetivos militares por parte de grupos terroristas, por lo tanto, tampoco es una práctica nueva en el ejercicio de la violencia destituyente. Sin ir muy lejos, El Tiempo de Colombia -de la oligarquía Santos- ha reportado que casi 9 mil niños fueron reclutados en el marco de la guerra civil colombiana que tiene unas cinco décadas en vigor, la mayoría forzados a formar las líneas del paramilitarismo.
En otro extremo, es conocido el reclutamiento de niños por parte de los grupos Daesh (mejor conocido como Estado Islámico) y Al-Qaeda en Siria. Entrenan a infantes con rehenes vivos y hasta los ponen de verdugos de prisioneros de guerra kurdos, en un acto civilizatorio de bajo escalón que busca asimismo ponerlos en la línea de fuego para disuadir a los ejércitos regulares que confrontan y así presionar una retirada militar en los campos de batalla.
Esos mismos grupos terroristas han usado a niños y mujeres de escudos humanos en Siria e Irak.
Exponer a menores de edad, forzados o extorsionados por comida para cometer actos violentos y para fabricar armas artesanales como bombas molotov, donde podrían resultar heridos o -peor- muertos, en Venezuela no dista mucho de las acciones de estos grupos paramilitares en Colombia y en Medio Oriente.
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