Carola Chávez
Sentado en su biblioteca, custodiado por la armadura medieval, esa que compraron en un anticuario francés, que a su vez la había comprado en una tienda de souvenirs en Toledo; rodeado de libros con lomos de cuero repujados con arabescos dorados, elegantísimos, intactos… Ahí, en la penumbra, sentado en su escritorio Luís XIV, Ramos Allup garabateaba en un papelito sus propósitos de año nuevo. Déjà vu:
Acariciaba absorto un as escondido en la manga de la bata de seda china que le trajeron de Miami cuando Diana prendió la luz:
– ¿Qué haces en esta negrura, Baby? Te vas a quedar ciego.
– Apaga esa vaina, chica, mira que los chavistas andan diciendo que “Prendan la luz que es diciembre…” y nuestro deber democrático es decirles que ¡No es no!
– Pero es enero, mi vidi…
– No importa, aquí no se prende un solo bombillo, a menos que el chavomadurismo decrete ahorro energético. Ahí si prendemos hasta el arbolito el navidad, aunque sea en pleno junio.
– Así es, mi vidi. ¡Libertad, libertad!
Sentado en su biblioteca, custodiado por la armadura medieval, esa que compraron en un anticuario francés, que a su vez la había comprado en una tienda de souvenirs en Toledo; rodeado de libros con lomos de cuero repujados con arabescos dorados, elegantísimos, intactos… Ahí, en la penumbra, sentado en su escritorio Luís XIV, Ramos Allup garabateaba en un papelito sus propósitos de año nuevo. Déjà vu:
- Arrimarme a los mascachicles de Voluntad Popular, cosa que es muy fácil porque solo tengo que insultar como insulto para que esos guarimberos me caigan como moscas.
- Birlar a los lechuguinos de Primero Justicia, basta verles las caras para saber que ésta también es cosa fácil.
- Ser presidente de la Asamblea Nacional.
- Salir de Maduro en 6 meses con un juicio político, o con una declaración de abandono de cargo, o con una partida de nacimiento cucuteña, o con la Carta Democrática, o con la OTAN…
- Convertirme en el Presidente de la República para sacar los cuadritos de Bolívar y de Chávez, como lo hice en la AN, pero ahora, de todo el país.
Acariciaba absorto un as escondido en la manga de la bata de seda china que le trajeron de Miami cuando Diana prendió la luz:
– ¿Qué haces en esta negrura, Baby? Te vas a quedar ciego.
– Apaga esa vaina, chica, mira que los chavistas andan diciendo que “Prendan la luz que es diciembre…” y nuestro deber democrático es decirles que ¡No es no!
– Pero es enero, mi vidi…
– No importa, aquí no se prende un solo bombillo, a menos que el chavomadurismo decrete ahorro energético. Ahí si prendemos hasta el arbolito el navidad, aunque sea en pleno junio.
– Así es, mi vidi. ¡Libertad, libertad!
No hay comentarios:
Publicar un comentario