Mariadela Villanueva.
En su artículo “Del espectáculo a la política”, William Castillo Bollé
señala: “Queda sin embargo una pequeña esperanza: el limitado pero
insustituible espacio de la verdadera política, del diálogo…” Difícil
estar en desacuerdo, aun cuando sea casi imposible dialogar con
golpistas que, precisamente por ser golpistas, no tienen ningún interés
en conversar con un Gobierno que quieren tumbar “demasiado”.
La invitación a dialogar, extendida por el Presidente Nicolás Maduro
Moros desde 2014 y acompañada hoy por notorios personajes, ha sido
desconocida desde un principio por los dirigentes de los mini partidos
aliados en la Mesa de la Unidad Democrática, que de democrática nada… Y
lo ha sido, porque sentarse a conversar implica legitimar nacional e
internacionalmente a un Presidente y a una institucionalidad que se
niegan a reconocer.
Dialogar supone respetar sinceramente la soberanía del pueblo, la
Constitución de 1999, la democracia participativa y el ejercicio del
poder comunitario. Y más grave aún para ellos, implica aceptar la fuerza
del chavismo que pretenden exterminar pues Maduro fue electo Presidente
de la República Bolivariana de Venezuela y del PSUV para dar
continuidad al proyecto socialista del siglo XXI concebido por el
Comandante Chávez.
Tengo la impresión de que a estas alturas, los jefecillos de la MUD no
pueden parar ni siquiera desacelerar el terrorismo mediático, económico,
físico y cultural inserto en el plan orquestado desde hace tiempo por
sus capos contra Venezuela. Plan que lamentablemente para ellos y
afortunadamente para nosotros ha fallado tanto por la ignorancia y la
prepotencia de sus autores y ejecutores como por el apoyo de la dupla
cívico – militar chavista con que cuenta el Presidente. Ojalá la
desatención a la llamada al diálogo o su inaceptable condicionamiento no
cierren las puertas a un acuerdo respetuoso gobierno – oposición, más
no creo que podamos hacernos muchas ilusiones.
La historia no llegó a su fin como pregonaban los ideólogos del imperio y
la primacía de los EEUU y la civilización occidental está siendo
seriamente confrontada. En la lucha por mantener su hegemonía, el
imperio capitalista necesita recuperar su control político, económico y
cultural para evitar la presencia de potencias no aliadas en lo que
consideran “su” América. No en balde Obama declaró a Venezuela amenaza
para la seguridad interna de su país. No en balde los últimos golpes de
distinto tipo dados en la región y el saboteo a la paz en Colombia. No
en balde, en el momento en que escribo, por primera vez EEUU se abstiene
de participar en la votación sobre el bloqueo a Cuba, en la ONU…
Ello me lleva a pedirles a los camaradas dudosos o abiertamente
disidentes, con el mayor respeto y de todo corazón, que depongan por el
momento su actitud pues hoy restearse con Maduro es restearse con
Venezuela.
Analista y comunicadora. Socialista y chavista. Firme creyente del poder popular
mariadelav@gmail.com @mariadvillanuev
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