Juan Martorano
Las implicaciones de los próximos comicios presidenciales de Nicaragua y EEUU para Venezuela.Dentro de algunas semanas, primero en Nicaragua, el próximo 6 de noviembre, y luego el 8 de noviembre, en los Estados Unidos de Norteamérica, se escenificarán dos importantes comicios presidenciales en esos países.
Aunque no será objeto de este artículo como tal, estos se darán en un contexto de que los días 26, 27 y 28 de octubre de 2016, se escenificará en nuestro país un proceso de recepción de manifestaciones de voluntad del 20% para la eventual activación de un posible referendo revocatorio del mandato del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro.
Estamos en presencia de una dinámica nacional e internacional, donde los acontecimientos están en pleno desarrollo, como lo diría el maestro Walter Martínez.
Un total de 3.4 millones de nicaragüenses saldrían a las urnas a votar para elegir a Presidente y Vicepresidente de Nicaragua, a 90 Diputados nacionales y 20 del parlamento centroaméricano.
El presidente puede ser elegido mediante mayoría absoluta o relativa al menos el 45% de los votos válidos, con excepción en el caso de obtener un mínimo de 35% de los votos válidos superen a los candidatos que obtuvieron el segundo lugar por una diferencia mínima de 5 puntos porcentuales.
Si ninguno de los candidatos obtiene los anteriores resultados se realizará una segunda ronda electoral entre los dos primeros candidatos con mayor votación.
En lo concerniente a los comicios presidenciales en Nicaragua, ahí está el actual Presidente de la República, Daniel Ortega, optando a la reelección. Su compañera de fórmula es su esposa, Rosario Murillo. Haremos algunas consideraciones a este respecto.
En esta campaña electoral: Nicaragua, bajo el lema: "Cristianismo, Socialismo y Solidaridad", del Frente Sandinista de Liberación Nacional que lidera Ortega, estaría ganando dichos comicios con no menos del 70% de popularidad entre el electorado de cara a las próximas elecciones. El discurso litúrgico presente en el contenido de un país devastado en una guerra civil y luego haber regresado al neoliberalismo durante el gobierno de Violeta Chamorro. Esto es toda una experiencia que las venezolanas y los venezolanos debemos aprender.
Sin embargo, como parte de la ofensiva imperial que es en contra de los pueblos de la América Latinocaribeña, y en un intento de boicot y deslegitimación de este proceso electoral, ya que la oposición al gobierno de Ortega (candidato a la reelección) aglutinada en la Coalición Nacional por la Democracia, ha decidido no participar en estos comicios, esto producto de la anulación de la candidatura del opositor Luis Callejas y despojados de una casilla electoral por un fallo de la Corte Suprema nicaragüense.
"Hoy Daniel Ortega está cerrando las puertas de la vía electoral en Nicaragua. Hoy le ha robado al pueblo de Nicaragua su derecho a votar libremente, así como antes le robó su voto mediante los fraudes electorales", dijo el excandidato presidencial Eduardo Montealegre, hasta ahora presidente del Partido Liberal Independiente (PLI), principal agrupación política de la Coalición opositora.
Ortega -dijo Montealegre- "ha demostrado un profundo desprecio al pueblo, creyendo que impidiéndole ir a votar por la única opción política opositora podrá ahogar el clamor popular y lograr que toda la Nación se resigne a vivir en dictadura. El pueblo nicaragüense no se ha resignado nunca a los dictadores". El opositor convocó a lo que llamó "lucha cívica" para defender la democracia en este país centroamericano.
La decisión del presidente Ortega de prohibir observadores independientes que verifiquen la transparencia de las elecciones y de despojar de su candidatura a Callejas generó la reacción del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien expresó la semana pasada su preocupación por la situación política de Nicaragua. A través de su cuenta oficial de Twitter, Almagro dijo que la "transparencia y participación de todos" son clave en los comicios nicaragüenses. Este martes el representante de Nicaragua ante la OEA, el embajador Denis Moncada, exigió la renuncia de Almagro en la 46 Asamblea General de la OEA, realizada en República Dominicana. Colindres acusó al secretario general de "abusar de su cargo, actuando de forma injerencista y contribuyendo a la inestabilidad de gobiernos legítimos y al fortalecimiento institucional que están ligados a la paz y el desarrollo".
La Iglesia de Nicaragua también se expresó sobre la situación política del país y en un pronunciamiento firmado por todos los obispos de la Conferencia Episcopal dijo que "todo intento por crear condiciones para la implementación de un régimen de partido único en donde desaparezca la pluralidad ideológica y de partidos políticos es nocivo para el país". Los obispos abogaron por un sistema en el que "brille sin ningún tipo de duda la voluntad popular" y "abierto a observadores nacionales e internacionales".
Cualquier parecido con la situación política que vivimos en Venezuela, no es mera coincidencia.
Ahora, hagamos algunas consideraciones respecto a las elecciones presidenciales en los Estados Unidos.
Estos serán los comicios presidenciales número 58. Es bueno recordar que esta será una elección en segundo grado, puesto que las electoras y los electores elegirán a los integrantes de los colegios electorales, quienes a su vez elegirán al Presidente o Presidenta y al Vicepresidente o Vicepresidenta de ese país. El límite establecido por la vigésimo segunda enmienda de la Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica es la que impide que el actual presidente estadounidense, Barack Obama, se postule para un nuevo período de gobierno.
Son 538 miembros del colegio electoral que les corresponde elegir al nuevo presidente o presidenta y al nuevo vicepresidente o nueva vicepresidenta estadounidense. Para poder ganar esta elección, los candidatos o candidatas deben obtener 270 votos electorales o más.
En el caso de darse el caso de que ninguno de los candidato o candidatas obtenga 270 votos electorales o más, de acuerdo a la duodécima enmienda de la Constitución estadounidense, entra a regir en estos comicios el Congreso, que es el que decidirá quién será el nuevo presidente o presidenta y el nuevo vicepresidente o nueva vicepresidenta. La combinación de congresistas de cada estado tiene derecho a un voto por estado y una mayoría simple de estados da un ganador.
Es decir, en Estados Unidos, un candidato o candidata puede no ser favorecido por el voto popular, pero aun así, si obtiene los 270 votos electorales o más, puede ser el Presidente o Presidenta o Vicepresidente o Vicepresidenta a través del Colegio Electoral. Es decir, un candidato o candidata puede perder en 39 estados de los 50 que conforman la geografía estadounidense, en los que no obtenga ni un solo voto del pueblo, y sin embargo convertirse en el nuevo presidente o presidenta o en el nuevo vicepresidente o vicepresidenta si gana el voto popular y en los siguientes 11 estados de la Unión norteamericana: California (55), Texas (38), Nueva York (29), Florida (29), Pensilvania (20), Illinois (20), Ohio (18), Michigan (16), Georgia (16), Nueva Jersey (14), Washington (12), Distrito de Columbia (3), lo que da los 270 votos electorales para ganar la elección.
Es por ello que los candidatos y candidatas presidenciales se concentran en los estados más grandes y no en el voto popular para poder ganar estos comicios en dicho país.
También es una falacia que son solamente dos los candidatos que participan en esta contienda, como lo es en el caso del partido demócrata con Hillary Clinton, y en el caso del partido republicano con Donald Trump. Sin duda, son las dos opciones más fuertes y con posibilidades de llegar a la Casa Blanca; pero también participan en estas elecciones los siguientes candidatos y candidatas: Gary Johnson por el partido Libertario estadounidense, Jill Stein por el partido verde, Darrell Castle por el partido constitución y Evan McMullin por las opciones independientes, pero sin mayores opciones.
Esta ha sido una de las campañas más atípicas y de las que ha despertado el menor interés por parte de los ciudadanos estadounidenses. En esta campaña ha estado ausente la propuesta de los candidatos y candidatas y se ha convertido en un torneo de chismes e insultos. No menos del 60% de la población estadounidense no está interesada en participar en estas elecciones.
Además de ello, estamos en presencia, en el caso del candidato Donald Trump (70) y de Hillary Clinton (69) de los candidatos más longevos de estas elecciones, por lo que el tema de sus compañeros de fórmula en la vicepresidencia de ese país cobra una importancia capital, ya que el tema de la salud de estos candidatos con las mayores opciones de alzarse con la presidencia de EEUU, cobra una importancia capital, y lo señalamos por el caso de la neumonía que afectó a Clinton en algunos momentos de esta campaña electoral.
Por otro lado, las energías que ambos candidatos le están dedicando a sus campañas, nos permitirían por un instante ciertos márgenes de maniobra en lo que a la República Bolivariana de Venezuela, ya que esta campaña presidencial gringa, que está entrando en su recta final, distrae y de alguna manera minimiza, los riesgos de una intervención militar sobre nuestro país.
Y de allí el empeño del fascismo criollo, usando como excusa la activación de un derecho constitucional como el revocatorio, para dar al traste con el gobierno de Nicolás Maduro y la Revolución Bolivariana. Deben tratar de hacerlo antes de la celebración de los comicios estadounidenses como parte del legado que quiere dejar Obama a la posteridad de su mandato.
Pero no lo va a lograr, pero debemos estar alertas.
Abogado, Activista por los Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas (RENTSOC).
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