EL QUINTO PATIO
CAROLINA VÁSQUEZ ARAYA
Una nota publicada por el Departamento de
Estado en su página web, señala a Guatemala como fuente, tránsito y
destino de hombres, mujeres y niños sujetos de trata para fines sexuales
o de trabajo forzado. Mujeres, niñas y niños –señala la nota- son
explotados dentro del territorio, en México, Estados Unidos, Belice y
otros países. Esto viene a colación por la extraña desaparición de niñas
desde uno de los Hogares Seguros dependientes de la Secretaría de
Bienestar Social de la Presidencia.
De acuerdo con investigaciones realizadas
por algunos medios y el reporte de Alerta Alba Keneth, cientos son las
niñas y adolescentes cuyo paradero se desconoce. Años han transcurrido
desde las primeras denuncias y al parecer las autoridades esperan un
milagro de la Virgen de la Asunción, bajo cuyo nombre se fundó uno de
estos refugios, desde el cual se ha producido la mayoría de supuestas
fugas.
Los Hogares Seguros, de acuerdo con la
página de la SBS, fueron creados para brindar protección residencial
temporal a los niños, niñas y adolescentes comprendidos entre 0 y 18
años, separados de sus padres o tutores como consecuencia de la
vulneración de sus derechos. También afirman disponer de un equipo
multidisciplinario para brindar atención integral y terapias
especializadas, individuales o de grupo.
Investigaciones efectuadas por organismos
locales e internacionales, entre ellas el Informe de Desarrollo Humano
para Guatemala, han evidenciado la atroz situación en la cual vive la
mayor parte de la niñez y adolescencia. Privadas del ejercicio de sus
derechos a la salud, alimentación, educación, recreación y respeto por
su integridad física y emocional, las nuevas generaciones solo tienen la
opción de sobrevivir al abuso.
Si se echa una mirada a las dependencias
estatales y a sus reducidas capacidades de gestión, se comprende mejor
por qué los niños y niñas de este Hogar Seguro duermen hacinados en el
suelo, se alimentan a medias y algunos escapan de esa situación
degradante. Pero eso no explica la repentina desaparición de 31 niñas
entre el 28 y 29 de septiembre, sumadas a las 99 registradas hasta ese
momento, de acuerdo con una nota de Mariela Castañón, quien ha seguido
de cerca estos casos.
El parte policial es escueto, como la
mayoría de documentos destinados a dejar constancia de asaltos,
secuestros, asesinatos, violaciones o desapariciones, hechos criminales
tan variados como perversos y frecuentes. Las niñas vestían pantalón de
lona y sudadero gris. Únicos datos, subraya el parte. Sus edades,
concentradas en un rango entre 14 y 16 años.
En un país señalado a nivel internacional
como uno de los más violentos del mundo y en donde el negocio de la
trata mantiene a la población en estado de máxima alerta, las
desapariciones de niñas y niños alcanzan cifras de horror. Si una
institución del Estado rescata a los menores de hogares desintegrados o
en donde se practica toda clase de abusos, si los recoge en la calle
para darles la oportunidad de rehacer su vida, si ha sido creado para
los fines impresos en su misión, es inconcebible la pasividad con la
cual observa el fenómeno.
El Procurador General de la Nación, por
su parte, tiene a cargo la Procuraduría de la Niñez y Adolescencia, las
Alertas Alba Keneth, protección de los derechos de la familia y de la
mujer. Esta entidad, así como también la del Procurador de los Derechos
Humanos, deberían haberse pronunciado sobre este asunto de la mayor
gravedad y actuar con la prontitud debida. Adicionalmente, es preciso
señalar la indiferencia general de una ciudadanía acostumbrada a ver
pasar el desfile desde las tribunas.
elquintopatio@gmail.com @carvasar
Blog de la autora: https://carolinavasquezaraya.com/2016/10/24/pantalon-de-lona-sudadero-gris/
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