domingo, 19 de junio de 2016

Venezuela. Tan cerca del cielo y tan lejos de Dios

Nuestro país, posee un clima excelente, los paisajes más maravillosos, unos sitios turísticos envidiables, unos campos fructíferos y productivos que si una piedra siembras, una piedra se reproduce. Y un gentilicio tan ameno, que hace sentir al extranjero como un compatriota más, porque aquel que llega quiere quedarse en el. Pero no conforme con todo eso, que no todos los países poseen, nuestro acogedor rinconcito ha sido bendecido por la Pachamama.. Proveyéndolo de incalculables riquezas naturales. Una tierra millonaria a lo largo y ancho de su geografía. Esto no quiere decir que su pueblo haya disfrutado de esas riquezas, porque muchos ni siquiera sabían el terreno que pisan, no por ignorancia, sino por desconocimiento
Hasta el año 1999, unos cuántos disfrutaban de la gloria y millones padecíamos el calvario. Venezuela era una puerta abierta por donde sus riquezas salían derechito al exterior, y las regalías que nos daban por extraer nuestros recursos y llevárselos, iban a parar a las cuentas bancarias de las cúpulas políticas y empresariales del país. Y nosotros ni cuenta nos dábamos de lo que ocurría, porque vivíamos enfrascados en nuestra propia subsistencia.
Pero llegó un hombre al que sus adversarios, le dieron muchos nombres, tirano, dictador, satán, populista, pero para nosotros pueblo humilde, sólo fue nuestro líder, el hombre que nos despertó del letargo, para enseñarnos a luchar por nuestros derechos, nos enseñó que esas son nuestras riquezas y que todos tenemos derecho a lucharlas, a cuidarlas y a disfrutarlas. Nos hizo querer cada palmo de esta patria, nos enseñó a ser patriotas. Nos colocó a su lado y no detrás de él, le dio comida al mendigo, techo al desposeído, educación al analfabeta, una sonrisa al desdentado y puso luz en los ojos del ciego.
Desde ese momento se despertaron todos los demonios, esos demonios que habían sido apaciguados con poder y dinero de nuestras arcas, los demonios de la codicia y el egoísmo, se levantaron al ver que ese tesoro que ellos habían manejado a su antojo, estaba siendo repartido equitativamente, que las ganancias no iban a sus bolsillos, sino para beneficiar al pueblo y empezaron a emerger como lobos tras la presa, valiéndose de cuanta artimaña existe para recuperar lo que ellos consideraban suyo, pero que en realidad le pertenece al país entero, ha sido tan voraz su ansia de poder, que no les ha importado poner a Venezuela en un peligro inminente, pidiendo por todo el mundo, una intervención extranjera en nuestro querido suelo, y con respecto a su gente ellos muy poco han hecho a lo largo de su negra historia, que vaya en beneficio del pueblo. Así que lo que hoy padecemos es una arremetida más, de tantas que nos ha hecho. Sólo que esta vez pareciera que nos están castigando por haber tenido la osadía de rebelarnos, por tener la osadía de soñar con un país mejor, por habernos quitado el látigo de encima, por hablar de libertad y de soberanía pero sobre todo, haber dejado de creer en ellos y apostar por una nueva alternativa, que dicho sea de paso, ha hecho mucho más en estos 17 años, que ellos en cuarenta y tantos. Por eso hoy la arremetida es bestial, nos están obligando a que dejemos de luchar y retrocedamos al pasado. Eso a nivel interno. Ahora a nivel internacional, ese extraño dictador hizo camino al andar, él puso a Venezuela como estandarte, y no sólo dedicó su vida a su pueblo, sino que abrió fronteras y dio a conocer las bondades de nuestra patria, demostró que Venezuela no era sólo una buena fuente de ingresos para exportar, sino que es una tierra con historia de libertadores y hombres y mujeres de lucha, un pueblo que estaba renaciendo, despertando a todo nivel deportivo, educativo, comunicacional, y algo muy importante, instruidos en cuanto a deberes y derechos constitucionales, y aunque la guerra mediática ha sido canalla tanto nacional como internacional, cada vez que nuestro país sale favorecido en una batalla a nivel internacional, sentimos a Hugo Chávez reafirmando su huella, ese hombre populista que muchos llamaron dejó nuestro país en alto con grandes amigos y aliados que antes ni siquiera sabían que aquí estábamos.
Con tantas maravillas que posee esta tierra y con tantas riquezas bien utilizadas y repartidas equitativamente, podríamos tener un paraíso, pero la codicia, la avaricia y el hambre de poder, han convertido a nuestro país en una bomba de tiempo. Llevándonos a nosotros su gente a quedar en el medio de ese torbellino, siendo los únicos afectados en toda esta guerra.


Nací con corazón revolucionario. Chavista desde 1992. Creo en Dios, mi patria sigo y seguiré los sueños de mi comandante eterno.
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Zonia Linares 

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