martes, 7 de junio de 2016

La misma receta con nuevos ingredientes

Carola Chávez.

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En 2014, Elvis Durán murió degollado por una guaya que habían colocado los guarimberos. Entonces la oposición dijo que Durán, la víctima de tan cruel asesinato, era un “colectivo violento”. Lo mismo dijeron de José Gregorio Amaris, un mototaxista de 24 años que cayó fulminado por un francotirador por despejar una barricada en este enguarimbado de Caracas.“Esbirro del régimen”, así calificó la oposición al capitán de la GNB Ramsor Bracho, asesinado por otro francotirador mientras removía una barricada, esta vez en Valencia. Los asesinos, en cambio, eran “manifestantes pacíficos” hoy “persegidos políticos”.
Dos años después la guerra ha mutado pero sus fines siguen intactos: El enfrentamiento “pueblo contra pueblo”, ese escenario de guerra civil, ese reguero de muertos necesarios para alcanzar el poder, hoy se cocina con otros ingredientes, y a falta de guarimberos, buenos son los bachaqueros.
Todos sabemos qué son y qué nos hacen los bachaqueros. No hay quién los defienda, salvo su mamá, porque madre hay una sola, y la MUD que encuentra en ésta y en otras organizaciones delictivas al “pueblo en la calle” que no logra convocar. Ahí están sus nuevos “pacíficos” desechables, “la cara del hambre” que ellos mismos promueven, el último eslabón de una mafia cuyos capos, los grandes empresarios, se frotan las manos ante la posibilidad del sangrero popular en las calles, mientras hacen un negoción.
Para desmotar la barricada de la especulación y el acaparamiento, se instalan Comités Locales de Abastecimiento y Producción. El pueblo organizado contra una organización criminal. Aunque con mucho por afinar, los CLAP han golpeado al bachaqueo que pretende ahora defender violentamente su derecho a delinquir.
La oposición impúdica muestra sus costuras y, así como hicieron con las víctimas de la guarimbas, hoy pintan a los bachaqueros de “pueblo hambriento”, y le endosan el delito al pueblo organizado en CLAPs que lo combate.
Ramos Allup toma una batuta: “Consejos comunales chavistas, colectivos chavistas y claps chavistas se roban la comida del pueblo ante sus ojos para después bachaquear”. El chavismo es delincuencia. Lo medios hacen el coro. Maria Corina Machado afina, advirtiendo a los que promueven el diálogo que esa postura tiene un precio: “Muertos”. Así se perfila el plan.

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