miércoles, 1 de octubre de 2014

El popular Chúo.

Por Clodovaldo Hernández


ClodovaldoHernandez
La MUD, haciendo gala de astucia, ha rebuscado entre sus innumerables líderes a uno que parezca popular. En lugar del blanco clase media democristiano Aveledo, ahora la cara la dará un mulato, presunto habitante de un barrio y todavía más presunto izquierdoso: Jesús Torrealba, apodado Chúo… o “el Chúo” si queremos aproximarlo ya no a lo popular sino más bien a lo malandro.
“El Chúo” es el Luis Herrera Campíns del momento, pues el ex presidente llanerazo, gordiflón y bigotudo fue la mejor manera que encontró Copei (un partido en el que predominaban los patiquines remilgados) de mimetizarse con los toscos, plebeyos y vulgares adecos, que por ese entonces parecían destinados a gobernar el país ininterrumpidamente por varios siglos.
Herrera Campíns, con barrigota y sombrero pelo e’ guama, dicharachero y campechano, le ganó las elecciones a Luis Piñerúa Ordaz, quien era un émulo de Rómulo Betancourt, más por lo amargado y antipático que por lo hábil para el juego político.
Pues bien, el reto de la MUD es parecido: encontrar a alguien que parezca chavista para cumplir el viejo sueño de enamorar a los rojo-rojitos de los ranchos y los zanjones, segmento clave para ganar una elección más allá de los enclaves opositores ya conocidos.
Dice la leyenda que este Luis Herrera de bajo presupuesto es un dirigente con conexiones en los barrios, en sintonía con la gente de cerro arriba. El Estrangulador de Urapal lo duda: “Ese tipo lo que tuvo fue un programa de televisión que se llamaba no sé qué de los barrios -dice, olvidando intencionalmente el nombre preciso-. Solo a una oposición tan obsesionada con los medios se le puede ocurrir que eso basta para que alguien sea un líder de los pobres”.
En fin, algunos analistas dicen que la designación de “el Chúo” puede significar una mayor presencia de los excluidos en la MUD, mientras otros (los aguafiestas que nunca faltan) temen que eso sea una vana ilusión. “Los pobres, no creo, pero el que sí está ahora mejor representado en la cúpula de la MUD es Alberto Federico… ¡Dios nos salve el lugar!”, expresó la politóloga Eva Ritz Marcano, quien considera a Torrealba un operario del ravelismo, perversa tendencia de la oposición más disociada.
Ritz pronostica que al hombre, más temprano que tarde, se le pasará la mano en eso de querer ser popular y empezará a tener problemas con los presidenciables y diputadeables de la MUD. Curiosamente, podría repetirse la anécdota de Luis Herrera, quien una vez prometió que dejaría de decir tantos refranes. Alarmado, uno de los asesores le preguntó por qué, si ese era precisamente, su gancho. “Porque bueno es cilantro, pero no tanto”, dicen que dijo el histórico copeyano que parecía adeco.

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