domingo, 8 de diciembre de 2013

Cuadro cerrado, otra vez.

MARIADELA LINARES.

Precisamente porque el nuestro es un proceso inédito, que busca modificar estructuras y romper paradigmas capitalistas, dentro de un marco pacífico y democrático, estamos obligados a medir fuerzas constantemente, como la única forma de enseñarle a un mundo dominado por las hegemonías neoliberales que aquí el pueblo escogió un rumbo diferente
Precisamente porque el nuestro es un proceso inédito, que busca modificar estructuras y romper paradigmas capitalistas, dentro de un marco pacífico y democrático, estamos obligados a medir fuerzas constantemente, como la única forma de enseñarle a un mundo dominado por las hegemonías neoliberales que aquí el pueblo escogió un rumbo diferente.

Diecisiete procesos electorales, incluyendo cuatro presidenciales que ganó Chávez y uno Maduro, cinco referendos, cinco regionales y dos legislativos (en uno de los cuales la oposición optó por abstenerse), le han conferido al Gobierno venezolano un incuestionable grado de legitimidad. Todas esas elecciones han sido sometidas al riguroso escrutinio tecnológico, de auditorías y de observación internacional. Ninguna ha sido cuestionada, a no ser por las previsibles posturas de la derecha venezolana, obstinada siempre en desconocer lo que está a la vista.

Hoy volvemos a las urnas. Quienes se empeñan en darle a estas elecciones un carácter plebiscitario son los mismos que, hace once años, encaminaron una nutrida marcha hacia un callejón sin salida y grabaron los macabros resultados antes de que se produjeran. Son los mismos que tal día como hoy, en el año 2002, anticipaban una Navidad sin Chávez, porque la destrucción de la industria petrolera propiciaría su caída. Ellos pretenden que hoy se sumen peras con manzanas, a sabiendas de que en la votación por liderazgos locales los pases de factura o la premiación por la labor cumplida no pueden proyectarse nacionalmente. Pero la disposición a salir del chavismo “como sea”, los llevará a partir de esta noche a tomar cualquier atajo.

Este domingo está prohibido privilegiar la crítica necesaria, por encima del interés colectivo; no podemos detenernos a mirar el hueco frente a nuestra casa y castigar la molestia que nos ocasiona, absteniéndonos o dándole el voto al enemigo; tampoco debemos optar por el facilismo de rendirnos porque la lucha ha sido larga y dura. Hoy es el día de la conciencia nacional, del nosotros por encima del yo y de la patria por sobre cualquier otra circunstancia. No se vale esperar a que otros hagan el trabajo. La tarea es colectiva.

Mlinar2004@yahoo.es


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