sábado, 21 de diciembre de 2013

Por si los consejos sirven de algo.


ANTONIA MUÑOZ.


A sabiendas de cuanto se desdeñan los consejos que provienen de la experiencia de alguien o de la experiencia acumulada de muchos; hoy nos exponemos a dar algunos consejos que llamaremos postelectorales. Tan conscientes estamos de cómo se desestiman los consejos, que nos atrevemos a señalar algunos dichos del pueblo a manera de prueba: “Nadie aprende en cabeza ajena”. “Los únicos que aprenden en cabeza ajena son los barberos y las peluqueras”. “La experiencia ajena es como la caca, que nadie la quiere”. Probablemente, hace falta que leamos en la Biblia con mucho más detenimiento, el libro de los Proverbios, que es el libro de la sabiduría. Para quienes somos creyentes, para quienes reconocemos a Dios como nuestro Creador, para quienes hacemos lo posible por seguir el mandato que nos dejó nuestro Señor Jesucristo de amarnos los unos a los otros, de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos; los 31 versículos del libro de los Proverbios son realmente enriquecedores en términos de sabios consejos.
Los Motivo de los proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel son: “Para entender sabiduría y doctrina, para conocer razones prudentes, para recibir el consejo de prudencia, justicia, juicio y equidad; para dar sagacidad a los simples, y a los jóvenes inteligencia y cordura. Oirá el sabio y aumentará el saber, y el entendido adquirirá consejo, para entender proverbio y declaración, palabras de sabios y sus dichos profundos. El principio de la sabiduría es el temor de Dios. Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza. (Proverbios 1: 1-7). Los consejos del libro de los proverbios no se refieren sólo a lo meramente religioso como algunos piensan. Desde esta humilde trinchera de lucha revolucionaria decimos con Timoteo: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir (reprender), para corregir, para instruir en justicia; a fín de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra (Timoteo 3: 16-17).
Por falta de espacio, les agrego unos pocos versículos y les invito a leer Proverbios: “Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre y no desprecies la dirección de tu madre; porque adorno de gracia serán a tu cabeza y collares a tu cuello (Proverbios 1: 8-9). La familia es la célula fundamental de la sociedad, y su resquebrajamiento tiene mucha responsabilidad en la descomposición social que se vive en el país y en el mundo. “No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo. No digas a tu prójimo: anda, vuelve y mañana te daré, cuando tienes contigo que darle. No intentes mal contra tu prójimo que habita confiado junto a ti. No tengas pleito con nadie sin razón, si no te ha hecho agravio. No envidies al hombre injusto, ni escojas ninguno de sus caminos; porque Dios abomina al perverso; más su comunión íntima es con los justos. Ciertamente El escarnecerá a los escarnecedores y a los humildes dará gracia (Proverbios 3: 27-34)-
Después de esta larguísima introducción, nos atrevemos a darle unos consejos a las autoridades locales recién electas: En primer lugar, le recordamos que las y los revolucionarios nos declaramos cristianos, y los verdaderos cristianos no odiamos a nadie ni nos echamos a cuesta un morral de rencores para andar por allí buscando la oportunidad de cobrar venganza. Me avergüenzo al decirlo, pero es triste y doloroso ver como algunos “y que revolucionarios” nos perseguimos tanto entre nosotros, como nos perseguiría la oposición si llegara nuevamente al poder. En segundo lugar, oigan por los dos oídos, que es una manera de decirles: OIGAN LAS DOS VERSIONES DE CUALQUIER ASUNTO. Eso los ayudará a ser justos y a no caer en las redes de los intrigantes y maledicentes, que como nos advirtiera nuestro Padre Bolívar: “hacen más (daño) en un día que cien hombres de bien en un mes”.
En tercer lugar, las autoridades locales deben trabajar para el pueblo y con el pueblo. No tengan miedo de oír al pueblo; al que votó y al que no votó por Uds. A veces las prioridades de los gobernantes no es la misma que la del pueblo. Ya la campaña terminó, denle gracias a Dios porque obtuvieron el triunfo y cumplan con lo ofrecido, independientemente de cómo piense cada quien. No gasten los exiguos presupuestos que generalmente tienen las alcaldías en demoler plazas que “la o el anterior” hizo. Mantengan esos espacios limpios, con las plantas bien cuidadas, iluminados y con seguridad. Trabajen en equipo con los Consejos Comunales y Comunas; no para manipularlos o subyugarlos, sino para darle apoyo técnico y político, cuando sea necesario; para que no haya solapamiento de obras por falta de comunicación. No se vean como adversarios cuando en verdad son aliados y complementarios. Las mismas recomendaciones son válidas para las relaciones entre los gobiernos locales y los regionales.
Finalmente, un consejo a quienes toman decisiones en la revolución. Es absolutamente mandatorio que todo el que ejerce un cargo público de elección popular sea evaluado cada año por los partidos de la revolución, esto después de ser apoyados y supervisados durante el mismo tiempo. Es nuestra opinión, que hemos dejado solos a muchos gobernantes locales. Muchas veces esta soledad toca el área política, técnica y financiera. Muchísimas alcaldías, generan muy poca renta propia; así que no tienen otros ingresos distintos al Situado Constitucional, muchas veces devorado en un 90 % por pago de personal. La otra fuente de ingreso es el Fondo de Compensación Interterritorial (FCI). Por esta razón y porque somos una Democracia Participativa y Protagónica, los gobiernos deben trabajar coordinadamente con el gobierno comunal. Si asistimos y evaluamos a los gobernantes regionales y locales; y además valoramos la opinión del pueblo recogida científicamente, podemos reconocer méritos y liderazgos locales. Si así lo hacemos, estaremos siendo justos, y de verdad, cuidando el legado del Comandante Chávez!

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