lunes, 4 de febrero de 2013

4 de Febrero: la conspiración de derecha ocultada.



OPINIÓN
GERÓNIMO PÉREZ RESCANIERE
“Al mismo tiempo que nosotros conspirábamos para hacer la rebelión del cuatro de febrero, había una conspiración de derecha . Nadie ha escrito sobre eso”.
Presidente Chávez
programa Aló Presidente
8 de enero de 2012
Todos lo sabemos, la Revolución Bolivariana, iniciada con el alzamiento del 4 de febrero de 1992, salvó al país de la miseria en que vivía y del neoliberalismo. Es lo central. Pero aquí voy a hablar de un componente distinto en la producción del 4 de Febrero, un componente “artesanal” digamos, poco conocido o, más exactamente, que quedó silenciado. Es una mecánica demasiado importante. El presidente Chávez la aludió en una intervención por televisión donde pronunció la frase que sirve de epígrafe a este artículo. Resumiendo, el 4 de Febrero de 1992 frustró una conspiración para separar al Zulia de Venezuela o al menos llevar a aquella región a un estatus de zona internacional, semivenezolana. Fue una conspiración imperialista y globalizada.
Esto es hablar de fronteras, un tema que antes de la Revolución Bolivariana era visto como puro chovinismo de derecha. Mientras pensábamos así, las cosas estaban sucediendo.
Lo primero es la federalización. La federalización contiene algo bueno en cuanto permite a las regiones expresarse, señalar y a veces clamar, que no todo es Caracas. Pero básicamente es un mecanismo para estimular secesiones de las partes ricas de los países, o para que las potencias que pueden apoyar las secesiones cobren por no hacerlo, en forma de montañas de dólares, regalías, concesiones inmensas.
La descentralización la impone, naturalmente, la globalización y nótese que las leyes de descentralización se empezaron a redactar en la Copre unos cinco años antes de la globalización, lo cual habla de conspiración de venezolanos que sabían con antelación lo que venía y prepararon la cama.
AQUELLO ERA UNA PREREPÚBLICA DEL ZULIA [1]
Tras las fiestas de la coronación de Carlos Andrés Pérez vienen el paquetazo neoliberal, el Caracazo y las propagandas aquellas que repetían “Venezuela es pobre, entérese de una vez, y hay que apretarse el cinturón”. Las empresas básicas son desnacionalizadas. El razonamiento es que la empresa da pérdidas, pero, ¡qué raro!: los capitalistas compran rápidamente esas empresas que dan pérdidas.
EL ACTA DE SAN PEDRO ALEJANDRINO
El 6 de marzo de 1991 Pérez firma con el presidente colombiano César Gaviria el Acta de San Pedro Alejandrino por la cual, según informa la prensa, se reanudan las discusiones limítrofes entre Colombia y Venezuela, suspendidas a raíz del “affaire” del Caldas, un barco de guerra neogranadino que entró al golfo de Venezuela y se estacionó en esas aguas por algunas semanas.
Otro hecho que se mostró interesante sucede en 1991: la aprobación de una nueva Constitución en Colombia, en la cual hay una novedad: federalismo extremo. ¿También se fragiliza a Colombia? No cabe la descripción de una virtual república del Zulia en este artículo, pero adelantemos que siempre implica estados venezolanos y departamentos colombianos, teniendo por centro al lago de Maracaibo.
Seis días después de la firma del Acta de San Pedro Alejandrino, el 12 de marzo de 1991, el periódico bogotano El Tiempo trae una noticia llamativa:
“Los presidentes de Colombia, César Gaviria, y Venezuela, Carlos Andrés Pérez, suscribirán el próximo jueves en Caracas un acuerdo que permitirá que en octubre de 1992 se establezca la Zona de Integración Fronteriza. Así, desaparecerá la línea limítrofe que separa a Cúcuta y Villa del Rosario, en Colombia, de San Antonio y Ureña, en Venezuela, y se creará, en la práctica, un ente territorial binacional que permitirá integrar a las poblaciones de uno y otro lado de la frontera. Para la financiación de ese proyecto ya se cuenta con varias propuestas de entidades internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo”.
Tras esta prosa de resonancia estadista lo que latía era una prerrepública del Zulia. Por Bogotá circula un Cadillac con tres venezolanos adentro. Son Reinaldo Leandro Mora, miembro del partido Acción Democrática; Hilarión Cardozo, dirigente de Copei; y Pompeyo Márquez, delegado del MAS. Los tres forman la Comisión Venezolana en las negociaciones creadas en el protocolo de San Pedro Alejandrino. El auto se detenía ante el Palacio de Nariño, sus tripulantes descendían a tratar asuntos difíciles de mensurar, pero que fueron denunciados alarmantemente por una doctora Bacalao Lara en la revista Élite, desatando una respuesta pública de los tres mencionados y del doctor Ramón J. Velásquez.
EL PLAN ZEA
Renacía el plan Zea. Es el viejo plan del Partido Liberal colombiano, los cinco últimos presidentes liberales lo compartieron y debió estar detrás del encontronazo iniciado por el bombardeo a territorio de Ecuador donde se asesinó a Raúl Reyes y hubo amenazas contra Venezuela que llevaron al presidente Chávez a ordenar una movilización masiva de tropas a la frontera con Colombia. El plan Zea se extiende a Tumaco, en el límite colombiano con Ecuador, pero su vocación principal es el Zulia. Su renacimiento se vincula con episodios de Irak: en agosto de 1990, el ejército liderado por el presidente Saddam Hussein tomó posesión de Kuwait, que es una republiqueta de tipo petrolero robada a Irak durante la Primera Guerra Mundial. Asuntos privados entran en juego: un hermano de Jessie Helms, el senador norteamericano de ultraderecha, autor de la Ley Helms-Burton que pena al país que comercie con Cuba, había adquirido las máquinas para una refinería que planeaba instalar en Kuwait. La toma iraquí arruinó el proyecto de Helms y comoquiera que apareció como permanente, hizo asomar la captura de regiones con hidrocarburos más cercanas a Estados Unidos como una urgente compensación para la seguridad nacional estadounidense.
Zea, aunque cargado de bastantes años, comenzó gestiones con apoyo de Helms en el Departamento de Estado y en el Congreso norteamericano para la secesión del territorio ecuatoriano de Sucumbíos y apareció en Caracas, en la casa del banquero Pedro Tinoco, que es como decir en la de Carlos Andrés Pérez, porque Tinoco es el hombre más poderoso del régimen, acaso más que Pérez. La parte del Zulia del plan Zea combinaba política con gas.
LA MAYORÍA DECENTE
Para enterarse de las cosas venezolanas lo mejor era leer los periódicos colombianos. El Tiempo, 22 de junio de 1991:
“El ex comandante general del Ejército venezolano, general Carlos Julio Peñaloza Zambrano, dijo que así como la guerra es algo demasiado importante para dejársela sólo a los generales, la conducción del Estado es demasiado importante para dejársela sólo a los políticos. Y en un tono muy agresivo, sostuvo que en Venezuela se está incubando una guerra civil entre la minoría corrupta, cuya degradación moral es evidente, y la mayoría decente”.
Minoría corrupta, mayoría decente, guerra civil… ahora sí comenzaban a nombrarse las cosas. Porque lo que había era conspiración. Conspiración de derecha con amenazas de guerra civil. Por boca de Zambrano está hablando la oligarquía caraqueña. Comprensible: hay manejos peligrosos con el golfo de Venezuela y la oligarquía caraqueña no está dispuesta a perder al Zulia, cuyo petróleo la ha alimentado centenariamente, llevándola a ser precisamente eso, una oligarquía. El director de todo esto es el doctor Arturo Uslar Pietri, el candidato a presidente, el jurista Ramón Escovar Salom.
Estaban, pues, derecha contra derecha. Pero hay un tercer elemento, la juventud militar comacate. Se ha juramentado bajo el Samán de Güere para acabar con los gobiernos vendepatria. La dirige el comandante Hugo Chávez Frías. Lo que viene es dinamita, manifiesto de “Notables”, operación jirafa y el por ahora.
CARLOS ESPINOSA FACIOLINCE
En la página A-2 de El Nacional del día 13 de febrero de 1992 aparece un despacho de la agencia EFE donde se transcriben las siguiente frases de un senador colombiano llamado Rodrigo Marín Bernal: “La acción militar contra el presidente Carlos Andrés Pérez interfirió y congeló consultas políticas de alto nivel que se efectuaban en Caracas para ratificar este acuerdo sobre límites”. El senador habla apenas nueve días después del 4 de Febrero. ¿Cuáles eran esas consultas políticas y ese acuerdo sobre límites que tuvieron tan mala suerte?
El Tiempo, 21 de diciembre de 1991, había traído una noticia sensacional: Carlos Espinosa se ratifica en advertencia separatista:
“La advertencia del presidente del Congreso, Carlos Espinosa Faciolince, sobre una posible secesión de la Costa Atlántica, hecha esta semana, no es un chiste. Ayer se ratificó en lo dicho: ‘Dije que en caso de que se nos negara la posibilidad de adoptar un modelo de ordenamiento territorial para establecer el equilibrio entre las regiones del país, frente a la obstrucción y marginamiento de que venimos siendo objeto, estábamos decididos a traducir políticamente ese hondo sentimiento regional impulsando la creación de la República Independiente del Caribe’, afirmó en una declaración oficial que entregó ayer a los periodistas. En un boletín de prensa divulgado por el Senado hace tres días, al término de una reunión de congresistas costeños, Espinosa dijo: ‘Tomamos la decisión de que, o logramos un reordenamiento territorial o habrá separación’”.
La globalización autoriza a las regiones a hablarle duro al Estado nacional. También, por pura casualidad, la Constitución recién estrenada. Faciolince no es un político más, ¡es el presidente del Congreso colombiano!
La revista Cromos de Bogotá, una de las más populares de aquel país, traerá en su número de junio 27 de 1992, cuatro meses posterior al golpe de Chávez, un artículo que responde muchas preguntas. Se titula La costa ¿independencia federal?, y en la página 13, correspondiente al índice, un mapa del norte de Colombia con señalamiento de los departamentos que se separarían según la iniciativa de Faciolince. Son siete. Debajo del gráfico va un texto: “La República del Caribe, una declaración de unidad”. ¿Unidad?
Si observamos el lado más occidental del mapa notaremos que dos de los departamentos cuya secesión está planteada, Goajira y Cesar, limitan con el estado Zulia venezolano y sus ríos tienen salida al lago de Maracaibo.
La república del Caribe coincide con el plan llamado IIRSA, (Iniciativa Integración Regional Suramericana) y con el Plan Puebla Panamá, formulados por el Fondo Monetario Internacional.
¿Tendrán las actitudes del señor Faciolince correspondientes en Venezuela?
En los círculos oligárquicos venezolanos se dice y repite que Pérez siempre ha sido partidario de la república del Zulia, que figura inscrito en los libros de registro de nacimientos de Bochalema, ideas que ya aparecieron en un video distribuido por Copei durante las elecciones pasadas, donde fue candidato Eduardo Fernández.
Y como queriéndole dar la razón a las consejas, aparecen declaraciones de Pérez en El Nacional y otros medios: “Colombia tiene derechos en el Golfo”, “son importantes”, dice un día y al siguiente: “son derechos pequeños”.
La conspiración que aspira a derrocar a los adecos e instalar un Pinochet en el palacio de Miraflores vigila a los comacates. La vigilancia que ejerce el general del Ejército Fernando Ochoa Antich sobre ellos la llaman Operación Jirafa, pues actúa como aquel animal que desde su enorme altura vigila los desplazamientos de los pequeños animales por la selva. A la vez están vigilados por los pequeños animales que tienen sus propios planes, muy definidos.
PROYECTO PASO LITORAL DEL LAGO
A las directivas de los partidos Acción Democrática y Copei ha sido presentado un proyecto titulado Proyecto Paso Litoral del Lago, elaborado por la Comisión Presidencial para el estudio de la alternativa paso litoral del Lago de Maracaibo, creada por decreto 532 del 16 de noviembre de 1989.
Quizá lo más llamativo del Proyecto Paso Litoral del Lago era el sistema de cláusulas sobre su financiamiento: cerca de 900 millones de dólares, “capital que en su mayoría sería asumido por los accionistas privados y las facilidades crediticias ofrecidas por el socio extranjero, a través del Acuerdo Marco de Cooperación Italo-Venezolano, firmado en 1990”.
Se había suscrito un convenio para la constitución de una empresa promotora del desarrollo de un puerto que estará situado en el golfo de Venezuela y “cuyo capital está integrado en partes iguales por el Estado venezolano y los sectores público y privado extranjeros”. Interesaría saber cuál es este socio extranjero.
Es importante lo de “las tres partes iguales” y lo de “las facilidades crediticias del sector público extranjero”, pues significa que en la asamblea de esa compañía estará asegurada una mayoría de votos del socio extranjero, amplia, de 66%, y Venezuela está en minoría. Pero eso no es todo: la mitad de ese 66% es del sector público extranjero, o sea ¡de un país extranjero!
Tanto Acción Democrática como Copei aprobaron el Proyecto Paso Litoral del Lago. Única excepción, Luis Herrera Campíns.
El 30 de enero de 1992, El Tiempo anuncia con tranquilidad algo sucedido el día anterior:
Colombia y Venezuela: Libre comercio de 6 mil productos. “Los presidentes de Colombia, César Gaviria, y de Venezuela, Carlos Andrés Pérez, firmaron ayer un acuerdo de libre comercio bilateral. El encuentro de los dos mandatarios se realizó en el aeropuerto de Maiquetía, 40 kilómetros al norte de Caracas, donde Gaviria realizó una escala de tres horas en su camino hacia Davos, Suiza. El acuerdo consolidará la zona de libre comercio gradual establecida desde el 1° de enero por los dos países”.
No le había hecho falta a César Gaviria subir a Caracas, el aeropuerto de Maiquetía es territorio venezolano, donde se puede firmar un documento. Está hecha la unión aduanera colombo-venezolana. Ahora puede viajar a Davos tranquilo. Al día siguiente, también CAP viaja a Davos, coincidirán en la Conferencia de la Organización Mundial de Comercio, cara pública del gobierno mundial secreto capitalista llamado Club de Bildenberg, que viene de 1954.
POR AHORA
Llamado de urgencia ante rumores de inminente golpe de Estado, Pérez volvió. El avión presidencial frena y tiende su escalera en la pista del aeropuerto de Maiquetía. Era el 3 de febrero. Ahí está el ministro de la Defensa general Fernando Ochoa Antich aguardando. Según Herminio Fuenmayor [2], Ochoa “fue al aeropuerto para detener al Presidente, pero se raja y lo que le dice a Pérez es que hay un golpe”. Los dos hombres caminan hacia las oficinas del aeropuerto, Pérez parece escuchar a Ochoa atentamente, al concluir la exposición le ordena: “Presénteme su renuncia mañana a primera hora”.
Al día siguiente, Venezuela despierta con las imágenes televisivas de un tanque de guerra que empuja la reja del Palacio de Miraflores y la de un militar joven, moreno y enérgico que dice: “Por ahora”.
[1] Hace unos años hemos visto reaparecer el proyecto de República del Zulia con el nombre de Rumbo Propio.
[2] Herminio Fuenmayor: Estos hombres enterraron la democracia. Páginas sobre la verdad, Caracas, 2008.
geronimoperescaniere@gmail.com / http://geronimorescaniere.com
ILUSTRACIÓN: ETTEN CARVALLO/CIUDAD CCS

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