JUAN MARTORANO.
El pasado martes 20 de septiembre, gracias a una gentil invitación de la camarada Hindu Anderi y el Foro Itinerante de Participación Popular, participé en la Avenida Francisco de Miranda, en la sede de la ONU en Venezuela, Edificio de la HP (valga la mala cuña) diversas organizaciones y movimientos populares exigiendo el reconocimiento del Estado Palestino, por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas y la eliminación de un método tan arcaico y medieval como lo es el veto que lo tienen 5 países que se adrogan ser miembros permanentes del Consejo de Seguridad (Estados Unidos,Gran Bretaña, Rusia, China y Francia).
Quiero desde estas humildes líneas respaldar la tan noble iniciativa de Hindu Anderi, de la organización Canáan, a Susana Khalil, y a todos los que nos apersonamos en ese acto de tan honda significación para un pueblo hermano como lo es Palestina, ejemplo de dignidad y de las luchas antiimperialistas del planeta.A pesar de que han tratado de eliminarlos y borrarlos del mapa, valientemente resisten las embestidas del imperialismo norteamericano y del sionismo del Estado de Israel.
Es bueno que nuestra gente sepa que es desde la segunda década del siglo XX, el sionismo, aprovechando la ocupación colonial británica de Palestina, comenzó a desarrollar su proyecto expansionista. Al concluir la Segunda Guerra Mundial, se exacerbaría la tragedia del pueblo palestino, consumándose la expulsión de su territorio y, al mismo tiempo, de la historia. En 1947 la ominosa e ilegal resolución 181 de Naciones Unidas recomienda la partición de Palestina en un Estado judío, un Estado árabe y una zona bajo control internacional (Jerusalén y Belén). Se concedió, vaya qué descaro, el 56% del territorio al sionismo para la constitución de su Estado. De hecho, esta resolución violaba el derecho internacional y desconocía flagrantemente la voluntad de las grandes mayorías árabes: el derecho de autodeterminación de los pueblos se convertía en letra muerta.
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