Juan Paullier
BBC Mundo, Caracas
Jueves, 15 de septiembre de 2011
La conexión entre Chávez y las mujeres es palpable en su nivel de activismo.
La llamada revolución bolivariana es dirigida por un hombre. Sin embargo, el papel protagónico de las mujeres en las calles de Venezuela para promocionarla parece ser evidente.
Hay química. La conexión entre ellas y el mandatario es palpable. Creen en él, lo defienden y aseguran estar dispuestas a dar la vida por su líder.
Por estos días, por mencionar algunos ejemplos, el Tribunal Supremo de Justicia, la Comisión Nacional Electoral y la Fiscalía General están en manos de mujeres.
Y cada vez hay más mujeres en altos cargos públicos.
Y si entre 1958 y 1998 hubo 27 mujeres a cargo de Ministerios, desde que Chávez llegó al poder en 1999 ya son 40.
Pero el motor de la revolución, no necesariamente silencioso, trabaja a destajo a nivel de calle.
Desde el barrio
En el barrio, desde los sectores populares, la mujer se hace fuerte y hacia allí fue desde un comienzo el mensaje -y las obras- de Chávez, quien se ha declarado "feminista".
Que el gobierno, y el proceso, tenga un sustento esencial en la mujer se debe en parte a los recursos destinados en diversos programas sociales.
"Creo que el proyecto revolucionario está en los hombros de las mujeres, presentes en los consejos comunales, en las misiones"
Carmen Elena Balbás, socióloga
La Misión Madres del Barrio, por ejemplo, beneficia a 100.000 mujeres, que reciben un 80% de asignación del sueldo básico (979 bolívares, US$228).
Las autoridades también destacan la creación del Ministerio del Poder Popular para la Mujer, del Banco de Desarrollo de la Mujer o del Instituto Nacional de la Mujer.
Pero donde probablemente haya tenido mayor penetración la mujer es en los Consejos Comunales, una estructura destinada a descentralizar el poder y llevarlo al pueblo.
De los 40.000 Consejos Comunales que hay en el país, los hombres no llegan a liderar ni el 30%.
"Creo que el proyecto revolucionario está en los hombros de las mujeres, presentes en los consejos comunales, en las misiones", le dice a BBC Mundo la socióloga Carmen Elena Balbás.
Es en los sectores populares donde esta forma de organizarse cobra vigor, es allí donde la mujer pasa la acción, donde -dice Balbás- prima el "sentido de solidaridad, de colectivo" y donde se explota el hecho de darle "la posibilidad de organizarse, de insertarse en un proyecto más amplio".
No todos creen que el apoyo mayoritario hacia Chávez provenga de las mujeres.
El director de la firma de opinión pública Datanálisis, Luis Vicente León, le dice a BBC Mundo que según sus estudios el presidente cosecha el 52% de apoyo entre los hombres y el 48% entre las mujeres.
"Si en un principio la mujer era más fuerte en el apoyo a Chávez, es también la más rápida en voltearse, en cambiar, eso es algo típico de los apoyos electorales en Venezuela", dice.
Y esto ocurre, dice León, porque ellas "son las más sensibles al tema de la inflación y la escasez, son las que hacen las compras, a la inseguridad".
"Es lo máximo"
Ramírez dice que ha llorado más por Chávez que por sus padres.
Pero para las chavistas esas crisis que el gobierno no termina de resolver no son responsabilidad del presidente, sino de la gente que lo rodea.
Ellas defienden a Chávez y trabajan en aras de la permanencia en el tiempo del proceso revolucionario.
Y lo hacen convencidas porque algo las mueve.
"Chávez es mi esposo, novio, amigo, es lo máximo", dice María Eugenia Ramírez (53).
"Es una bendición que nos dio a este país", acota Nailée Hernández (27).
"Fue el primero que se preocupó por nosotros, los más excluidos. Antes estábamos dormidos, no hablábamos de política ni de trabajo social", remata Deyanira López (40).
Hablan fuera de la estación del Metrocable, un sistema de transporte teleférico inaugurado un año y medio atrás que le ha cambiado la vida a los habitantes de la parroquia San Agustín, donde viven unas 50.000 personas.
El cerro ya no se sube a pie.
Para estas mujeres Chávez fungió de irrupción divina. Un mesías. Que llegó para despertar al pueblo, abrirle los ojos y darle conciencia y armas para pelear por sus derechos.
Las tres trabajan en el área de seguridad del Metro de la capital venezolana.
Las tres participan activamente en los Consejos Comunales.
Las tres hablan con pasión sobre Chávez.
Y explican por qué.
"Habla criollo como nosotros, el pueblo lo entendió y actuó", dice Ramírez vehementemente.
"Chávez es mi esposo, novio, amigo, es lo máximo"
María Eugenia Ramírez
Gesticula y agrega: "Viene de la nada, de abajo como nosotros, era pobre. Siento que él conoce lo que es la necesidad. Sabe lo que es la pobreza, no tenía nada".
"Hay una conexión especial entre Chávez y las mujeres -dice López-. Somos sus consentidas. ¡Si se declaró feminista! Nosotros lo amamos".
Para la socióloga Balbás se da un "vínculo muy emocional, muy intenso". entre Chávez y la población femenina.
Hay algo de "estrella del espectáculo, en las marchas -dice- se ve una reacción de la gente, gritos, llantos, basada en esa cultura de los fans. Es como una exacerbación afectiva, no quiero decir histeria. Y está el factor contagio".
"Tiene una relación más fluida con las mujeres, bromea, hace chistes, con los hombres asume un vínculo más vertical, mientras que con las mujeres hay una mayor horizontalidad. Se hace querer, se deja mimar", agrega.
Hay pasión al punto que cuando el 11 de abril de 2002 Chávez fue sacado brevemente del poder por un golpe, López llegó a desmayarse.
Cuenta que cuando se enteró, corrió hasta la casa de su madre y al llegar cayó tendida.
Ramírez recuerda el día y llora. No lo puede contener. Se cubre con un pañuelo. Pide disculpas.
"He llorado por Chávez como no he llorado a mi padre ni a mi madre porque es el único que ha querido a los pobres".
Por el presidente
No se trata sólo de sentimiento. Ellas aseguran trabajar todos los días en pos del presidente y su gobierno.
"Si tengo que agarrar un arma para defender este proceso lo voy a hacer. Mataría por Chávez. Si tengo que matar, mato"
Deyanira López
Desde los Consejos Comunales buscan impulsar y concretar los proyectos asignados a la comunidad y tienen un rol casi de evangelización para convertir a la gente al chavismo.
Ellas dicen que no es difícil convencer a la gente porque ven las obras.
Y aseguran que están dispuestas a todo por la revolución.
"Estamos trabajando por el proceso, concienciando al pueblo y si tenemos que defender a Chávez con nuestra vida lo vamos a hacer", dice Ramírez.
"Si tengo que agarrar un arma para defender este proceso lo voy a hacer. Mataría por Chávez. Si tengo que matar, mato", agrega López
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