Judith Hernández Buitrago (*)
Hace 196 años, un 06 de septiembre de 1815 el Libertador Simón Bolívar se encontraba en Kingston, Jamaica, liderando ya desde hacía tres años la lucha por la independencia de los pueblos de América. En ese andar y reflexionar, Bolívar da repuesta a una misiva que había recibido de un inglés llamado Henry Cullen, quien le emitió sus consideraciones e interrogantes relacionadas con la caída de la segunda República y con la lucha independentista librada en el continente Americano.
El genio americano disculpándose con la gran humildad que le caracterizaba, le expone en la profunda comunicación de respuesta a sus inquietudes un análisis completo, dialéctico de la situación por la cual atraviesan las distintas regiones que conforman a la América en ese momento histórico. Una visión futurista de la necesidad de fortalecer los lazos entre las regiones, en ella plasma con certeza el futuro canal que unirá los dos mares, expresándolo de esta manera: “…Los Estados del istmo de Panamá hasta Guatemala formarán quizás una asociación. Esta magnífica posición entre los dos grandes mares, podrá ser con el tiempo el emporio del universo. Sus canales acortarán las distancias del mundo: estrecharán los lazos comerciales de Europa, América y Asia; traerán a tan feliz región los tributos de las cuatro partes del globo. ¡Acaso sólo allí podrá fijarse algún día la capital de la tierra! Como pretendió Constantino que fuese Bizancio la del antiguo hemisferio.”
Radica allí la grandeza de Bolívar, en sus escritos premonitorios, su visión futurista, los deseos apasionados de lograr lo mejor para el Continente Americano, en ello resalta el párrafo siguiente: “… ¡Qué bello sería que el istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos! Ojalá que algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto Congreso de los representantes de las repúblicas, reinos e imperios a tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra, con las naciones de las otras tres partes del mundo…” De igual manera resalta la necesidad imperiosa de lograr la unión de los pueblos cuando expresa: “…¿No es la unión todo lo que se necesita para ponerlos en estado de expulsar a los españoles, sus tropas, y los partidarios de la corrompida España, para hacerlos capaces de establecer un imperio poderoso, con un gobierno libre y leyes benévolas?...”
Más adelante un Bolívar inspirado en su respuesta, agrega: “…Yo diré a usted lo que puede ponernos en aptitud de expulsar a los españoles, y de fundar un gobierno libre. Es la unión, ciertamente; mas esta unión no nos vendrá por prodigios divinos, sino por efectos sensibles y esfuerzos bien dirigidos.
Finaliza este escrito del Grande de América haciendo una reflexión en positivo del devenir de su patria americana, utilizando admirablemente la comunicación epistolar enuncia el futuro prodigioso y cierto que le espera al continente americano cuando afirma: “…Cuando los sucesos no están asegurados, cuando el Estado es débil, y cuando las empresas son remotas, todos los hombres vacilan; las opiniones se dividen, las pasiones las agitan y los enemigos las animan para triunfar por este fácil medio. Luego que seamos fuertes, bajo los auspicios de una nación liberal que nos preste su protección, se nos verá de acuerdo cultivar las virtudes y los talentos que conducen a la gloria; entonces seguiremos la marcha majestuosa hacia las grandes prosperidades a que está destinada la América meridional; entonces las ciencias y las artes que nacieron en el Oriente y han ilustrado a Europa, volarán a Colombia libre que las convidará con un asilo.
Quise llamar la atención en el resaltado del párrafo anterior, ¿Qué verdad tan profunda? ¡Nos hace vibrar en sentimientos encontrados! Dice Bolívar: Cuando los sucesos no están asegurados, cuando el estado es débil, cuando las empresas son remotas… los hombres vacilan, las pasiones se agitan…y los enemigos las animan para triunfar por este fácil medio….¡Qué profundidad de pensamiento reflexivo!! Es como si estuviera entre nosotros en carne y hueso buscando nuestra reflexión y orientando el camino a seguir en este hermoso y accidentado proceso revolucionario que impulsamos en la República Bolivariana de Venezuela. Hoy más que nunca, el camino es trabajar incansablemente por la consolidación de los cambios profundos, rumbo a la construcción de la Patria bonita que dejaremos como legado a las futuras generaciones. Hemos comenzado a andar, retroceder es perdernos….
Por último quiero acotar que el contenido de la extensa obra epistolar del Libertador debe ser objeto de lectura necesaria para el desarrollo individual y colectivo, de esta manera nutriremos esa parte esencial de nuestro ser que a la vez fortalecerá la conciencia social en la prosecución de la sociedad nueva, esa que aspiramos construir con el esfuerzo de todas y todos, en principio en nuestro pequeño terruño hasta lograr hacer realidad ese pensamiento tanta veces aclamado: ¡¡LA PATRIA ES AMÉRICA!!
(*) Abogada. Ex defensora del Pueblo de Miranda.
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