Rosa Vielma
Las implicaciones culturales de cualquier sociedad involucran una serie manifestaciones; en este sentido “los dichos compartidos” responden a solo una de sus expresiones, por lo tanto se convierte en una creencia constituida por la imitación, la cual es transferida de generación en generación.
Es evidente que en Venezuela, poseemos nuestro acervo cultural y nuestras propias manifestaciones. Citamos entonces un escenario: “Usted, hombre, se encuentra en las largas colas y cruces en autopistas y calles, observa las entorpecidas maniobras de manejo de parte de algunos conductores. Podría asegurar que el dicho es el siguiente; “seguro que es una mujer” o tal vez “mujer tenía que ser “.
Por las consideraciones anteriores es necesario detenerse en esta frase o dicho que comparten una mayoría de conductores, debido a que existe una concepción machista en donde se idiotiza y segrega a la mujer bajo la premisa de su mediocridad y escasa habilidad al desarrollo de ciertas aptitudes. No obstante creemos que esta frase ha entrado en un debilitamiento, motivado a que las mujeres han fracturado estos paradigmas culturales. Cabe mencionar en esta reflexión a mujeres como Milka Duno o Sara Reyes como revelaciones del automovilismo actual, por nombrar algunas, quienes confirman que no existen límites ni distinción en el desarrollo de las habilidades del ser humano, independientemente del género.
En el mismo orden de ideas, otro punto de reflexión son las políticas implementadas que incrementan los niveles de dignidad y moral de la mujer venezolana.Del mismo modo es considerable interpretar los supuestos derechos de la mujer antes del gobierno presidido por Hugo Chávez y compararlos con los que ahora poseemos. Lo cierto es que no podemos tapar el sol con un dedo, los logros de la revolución han marcado de modo obvio este problema social, concebido por el capitalismo.
Se ratifica entonces el ejemplar carácter de la mujer ante las complejidades de una cultura dominante.
Patria Socialista o muerte
¡Venceremos!
vielma77@hotmail.com
Las implicaciones culturales de cualquier sociedad involucran una serie manifestaciones; en este sentido “los dichos compartidos” responden a solo una de sus expresiones, por lo tanto se convierte en una creencia constituida por la imitación, la cual es transferida de generación en generación.
Es evidente que en Venezuela, poseemos nuestro acervo cultural y nuestras propias manifestaciones. Citamos entonces un escenario: “Usted, hombre, se encuentra en las largas colas y cruces en autopistas y calles, observa las entorpecidas maniobras de manejo de parte de algunos conductores. Podría asegurar que el dicho es el siguiente; “seguro que es una mujer” o tal vez “mujer tenía que ser “.
Por las consideraciones anteriores es necesario detenerse en esta frase o dicho que comparten una mayoría de conductores, debido a que existe una concepción machista en donde se idiotiza y segrega a la mujer bajo la premisa de su mediocridad y escasa habilidad al desarrollo de ciertas aptitudes. No obstante creemos que esta frase ha entrado en un debilitamiento, motivado a que las mujeres han fracturado estos paradigmas culturales. Cabe mencionar en esta reflexión a mujeres como Milka Duno o Sara Reyes como revelaciones del automovilismo actual, por nombrar algunas, quienes confirman que no existen límites ni distinción en el desarrollo de las habilidades del ser humano, independientemente del género.
En el mismo orden de ideas, otro punto de reflexión son las políticas implementadas que incrementan los niveles de dignidad y moral de la mujer venezolana.Del mismo modo es considerable interpretar los supuestos derechos de la mujer antes del gobierno presidido por Hugo Chávez y compararlos con los que ahora poseemos. Lo cierto es que no podemos tapar el sol con un dedo, los logros de la revolución han marcado de modo obvio este problema social, concebido por el capitalismo.
Se ratifica entonces el ejemplar carácter de la mujer ante las complejidades de una cultura dominante.
Patria Socialista o muerte
¡Venceremos!
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