José Agapito Ramírez
Las redes sociales fueron declaradas enemigo número 1 del gobierno egipcio, porque como medios de difusión fueron reconocidas como los promotores principales de revueltas, y si esto es verdad, será la primera manifestación de poder cibernético, con capacidad revolucionaria de remover los cimientos de cualquier gobierno antidemocrático.
Las redes sociales fueron declaradas enemigo número 1 del gobierno egipcio, porque como medios de difusión fueron reconocidas como los promotores principales de revueltas, y si esto es verdad, será la primera manifestación de poder cibernético, con capacidad revolucionaria de remover los cimientos de cualquier gobierno antidemocrático.
Ahora Twitter, Facebook, Hotmail, Google, YouTube, el buscador chino Baidu y los servidores Proxy están bloqueados en Egipto. Es que precisamente a través de ellos, así como por SMS, se difunden y organizan los mítines y manifestaciones de protesta contra el régimen, contra el gobierno, el atraso social, pobreza, represión, asesinatos, etc.
El imperio sabe el poder de las redes sociales y su alcance. Y las nuevas tecnologías como Facebook y Twitter desarrolladas con financiamiento de empresas de la CIA como In-Q-Tel, especialista en la ''minería de data'', funcionan hoy en día como redes para reclutar y captar ''agentes'' dispuestos a promover los intereses imperiales. El uso potencial de estas tecnologías para promover operaciones psicológicas y propaganda es ilimitado. Su fuerza es la rapidez de la diseminación de los mensajes y su cobertura mundial. En Túnez las autoridades lo entendieron demasiado tarde porque fallaron las redes de espionaje del imperio, como resultado, el ex presidente tunecino se encuentra refugiado en Arabia Saudita.
Las autoridades de Egipto demostraron la sabiduría de los faraones, al detectar más rápido la fuente que amenazaba al régimen, y mientras la policía se dedicaba a reprimir los manifestantes en las calles, las estructuras electrónicas gubernamentales por recomendación de la CIA y Dpto. de Estado, bloquearon todas las ventanas que utilizaba la naciente revolución por Internet.
Dicen los gobernantes gringos: Si no estás con nosotros tendrás problemas…, pero si estas con nosotros te protegemos, asesoramos y te ayudaremos con la tecnología necesaria para que salgas del apuro y superes el problema. De modo que con las nuevas tecnologías bajo control imperial, esas parecen ser las consignas de las huestes imperiales, cuando con golpes o revueltas sociales se intente romper el hilo antidemocrático de sus genuflexos dictadores.
Los patrocinadores de las guerras de cuarta generación tienen su epicentro en Washington, con representantes de las nuevas tecnologías y funcionarios de las agencias especializados en la subversión y desestabilización, de gobiernos no subordinados a su agenda. Freedom House, el Instituto Republicano Internacional (IRI), el Departamento de Estado y el Banco Mundial son fichas del gobierno imperial, junto con jóvenes creadores de tecnologías como Twitter, Facebook, Google, Gen Next, Meetup y Youtube.
Las agencias de Washington ya saben del enorme potencial de jóvenes adictos a las nuevas tecnologías como Internet, Facebook, Twitter y MySpace, entre otras, que podrían convertirlos en dirigentes y promotores de movimientos sociales al servicio de los intereses imperiales.
Antes para derribar a un rey bastaba con apoderarse de un palacio. Luego tomaban bancos, telégrafos, estaciones transporte, más tarde, periódicos, radio y estaciones de teledifusión. Ahora un dictador, tirano o cualquier dirigente corrupto y poco popular tendrá que manipular los medios antes mencionados.
Las primeras manifestaciones contra Mubarak se caracterizaron por no tener un centro de organización, ni gozar de apoyo de oposición. La mayoría de manifestantes fueron jóvenes, obreros, hinchas, estudiantes y personas sin trabajo. Parecía un enorme flash mob pan-egipcio. Y es que, perdiendo la fe en la prensa y televisión, controladas por completo por el gobierno, los inconformes recurrieron a medios electrónicos, como Twitter y Facebook o SMS.
A pesar de la censura en Oriente Próximo del internet y redes sociales, es de destacar que de los 80 millones de ciudadanos de Egipto sólo un 24%, o unos 19 millones, tienen acceso a la Internet. Principalmente, a través de Cyber Cafés. Un acceso directo lo tienen sólo un millón de ciudadanos. Pero unos 26 millones disponen de teléfonos móviles y precisamente así recibieron las convocatorias para salir a las calles y levantarse contra el gobierno.
Twitter hace tres años rebotaba 400.000 mensajes trimestrales, hoy ese número asciende a 5.000 millones. Su fuerza estriba en que no se controla ni por gobiernos, ni por prensa, ni por televisión. Mediante Twitter se puede fijar hora para una conferencia de prensa, iniciar una campaña política u organizar una rebelión, sin recurrir a fuentes oficiales. También para llamar a la gente a una revolución.
joseagaporam@gmail.com
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