Caracas, 02 Sep. AVN .- El saldo es de un millón de civiles iraquíes muertos, según Opinion Research Business; 4.250 soldados estadounidenses fenecidos, 657 mil millones de dólares gastados, tesoros culturales de la humanidad destruidos, al igual que las infraestructuras de agua y electricidad de las principales ciudades del país.
En suma, un panorama de desolación y caos luego de seis años de ocupación, que el secretario de Defensa, Robert Gates, dispensó este miércoles 1 de septiembre en el campamento de las fuerzas norteamericanas, en Ramadi, Irak, diciendo:
“El problema de esta guerra, creo que para muchos estadounidenses, es que la premisa que justificaba ir a la guerra resultó no ser válida”.
Y a la pregunta de un periodista sobre si “había valido la pena” esa guerra, Gates respondió: “Incluso si el resultado es bueno para Estados Unidos, siempre estará empañado por la forma en que comenzó”.
Un día antes, el presidente Barak Obama, en transmisión de televisión en cadena, desde la Sala Oval de la Casa Blanca, anunciaba que es “hora de dar vuelta a la página” en la guerra contra Irak.
Ya lo había anunciado el 28 de febrero de este año, en Carolina del Norte, EEUU: "El 31 de agosto de 2010 terminará la misión de combate en Irak”.
Dos guerras
En un período de 12 años, Estados Unidos está involucrado en dos guerras contra Irak. La primera tuvo lugar en enero de 1991, luego de que Irak invadiera a Kuwait, situación que tuvo como respuesta la ocupación de ese país por parte de EEUU al frente de una coalición de 31 países, con las operaciones Escudo del desierto (fase inicial) y Tormenta del desierto (fase posterior).
Con su invasión a Kuwait, Irak pretendía hacer justicia por un supuesto robo de petróleo del yacimiento Ramaylak, situado bajo el territorio de ambos países.
La acción militar de EEUU estuvo respaldada por varias resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
La segunda invasión estadounidense no contó con el respaldo de la ONU, pero sí con el de Inglaterra, Australia, España, Dinamarca y Polonia.
La causa aparente de esta agresión militar fue la supuesta posesión por parte de Irak de armas de destrucción masiva, cosa que el Gobierno del para entonces presidente de EEUU, George Bush, nunca pudo comprobar.
La ocupación, que se inició el 20 de marzo de 2003, debió terminar el 31 de agosto pasado, con el triste e indignante saldo que hemos descrito al comienzo de esta nota.
Durante su desarrollo fue capturado el presidente Saddan Hussein (diciembre de 2003) y luego de un juicio sumario, ejecutado en Bagdad, la capital, en diciembre de 2006.
Trágico saldo y negra perspectiva
Estados Unidos, que cuenta en Irak con una fuerza de 150 mil hombres, dejará en ese país un contingente de entre 35 y 50 mil efectivos hasta diciembre de 2011, en “funciones de adiestramiento”.
Esta situación se produce en momentos cuando arrecian los ataques de la resistencia iraquí.
Mike Hanna, reportero de Al Jazeera, hizo ayer el siguiente reporte desde Bagdad:
“Hay muy poca agua en muchas áreas; hay muy poco acceso a la asistencia sanitaria, así que esta es la situación dentro de Irak en la actualidad, en el momento en que el presidente de los EEUU está diciendo que ahora (este país) es capaz de gobernarse a sí mismo”.
El saldo es de un millón de civiles iraquíes muertos, según Opinion Research Business; 4.250 soldados estadounidenses fenecidos, 657 mil millones de dólares gastados, tesoros culturales de la humanidad destruidos, al igual que las infraestructuras de agua y electricidad de las principales ciudades del país, después de seis años de ocupación, que hoy se pretende dispensar con un “nos equivocamos”.
El saldo de tristeza, llanto y dolor del pueblo irakí es inconmensurable. Nada podrá compensarlo.
sábado, 4 de septiembre de 2010
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