Jean Guy Allard
El mecanismo de dominio mafioso de la ciudad de Miami y de la política norteamericana hacia Cuba sigue activado a pesar de los sondeos que enseñan el rechazo en el resto de Estados Unidos de las tradicionales políticas agresivas contra la Isla. Los cuatro candidatos al escaño del Senado ocupado hasta recientemente por “Mel” Martínez, han ido a jurar - hace unos días - ante una asamblea convocada por el US-Cuba Democracy PAC que están firmemente a favor del bloqueo y en contra de una normalización de las relaciones con Cuba.
“Nuestra tarea inmediata es apoyar a candidatos que no quieren el levantamiento incondicional de sanciones a Cuba”, preciso Mauricio Claver-Carone, director ejecutivo del comité de acción política (PAC por sus siglas en inglés) que financia las decisiones contra Cuba en el Congreso.
Creado por multimillonarios de Miami fanáticamente hostiles a toda apertura a favor de la Isla, entre los cuales Remedios Díaz-Oliver (que por poco terminó en la cárcel hace unos años por estafar al sistema de impuestos), el concesionario Ford de Hialeah (Miami) Gus Machado, Ricardo Mayo Álvarez, presidente de Doral Pharmamedics y firmemente conectada a las bondades de Medicaid y el Rey de la Pizza madrileño, el ex 'Marine' Leopoldo Fernández Pujals
El republicano Marcos Rubio, el representante demócrata Kendrick Meek, el gobernador Charlie Crist y el ex alcalde Maurice Ferré hablaron sucesivamente ante unas 400 personas, en su mayoría neqociantes, pequeños y grandes, del sur de la Florida, que participaron en este almuerzo donde también se aparecieron los congresistas Ileana Ros-Lehtinen, Mario y Lincoln Díaz-Balart,.
Rubio es el único cubanoamericano del grupo de candidatos. Atacó ferozmente la propuesta a favor de permitir a los norteamericanos de viajar a la Isla y hasta la venta de alimentos a Cuba.
El demócrata Meek hizo la apología del senador Bob Menéndez, padrino del hampa de West New York, y abordó el tema de los “prisioneros políticos” sin nunca referirse al presupuesto millonario del Departamento de Estado para reclutarse en Cuba a agentes e informantes, ni a los 300 presos del campo de tortura de Guantánamo. Afroamericano, no se refirió tampoco al número astronómico de personas de color que se encuentren entre los 2 millones de reclusos de las cárceles norteamericanas.
Por su parte, Crist recordó que procede de una familia de inmigrantes de Chipre y atacó, como los demás, el “régimen comunista” de Cuba. No mencionó que Chipre, prospera isla del Mediterráneo, es gobernado con éxito por un presidente comunista y que el partido comunista es ampliamente mayoritario en el parlamento de esta nación.
En cuanto a Ferré, puertorriqueño de nacimiento, evitó jactarse de sus relaciones con el difunto jefe de Comando L, Tony Cuesta, y de sus lazos con la organización terrorista Alpha 66 que, increíblemente, subsidió cuando era alcalde de Miami en los años 70-80, Los archivos señalan como este mismo periodo Miami, con la complicidad de Ferré y de su policía corrupta, fue uno de los más sangrientos en cuanto a la actividad de los grupos terroristas cubanoamericanos.
Hubiera podido hacerlo sin pena. El PAC de Remedios, Gus y Mauricio es un antro más del Cuban Liberty Council, la organización cubanoamericana encabezada por Diego Suarez, Roberto Martin Pérez y demás ex encargados del comité paramilitar de la Fundación Nacional Cubano Americana. La tropa misma que subsidió durante años al terrorista internacional Luis Posada Carriles.
Sacando sus conclusiones del encuentro, Claver-Carone reafirmó que su PAC que se dedica a sobornar congresistas tiene entre sus prioridades las “reformas democráticas'' en la Isla.
Llama la atención que, al lado de Ileana Ros-Lehtinen y los hermanos Díaz-Balart, Claver-Carone es un partidario frenético del régimen militar y policiaco que impuso a Honduras el empresario fascista Roberto Micheletti.
Este ex abogado del Departamento del Tesoro no se perdió la oportunidad, al final de estas ágapes en el hotel más prestigioso de la región de Miami, de recoger dinero entre sus comensales para mantener su cabildeo “anticastrista” y cubrir sus gastos personales que son, se dice, más que respetables.
El mecanismo de dominio mafioso de la ciudad de Miami y de la política norteamericana hacia Cuba sigue activado a pesar de los sondeos que enseñan el rechazo en el resto de Estados Unidos de las tradicionales políticas agresivas contra la Isla. Los cuatro candidatos al escaño del Senado ocupado hasta recientemente por “Mel” Martínez, han ido a jurar - hace unos días - ante una asamblea convocada por el US-Cuba Democracy PAC que están firmemente a favor del bloqueo y en contra de una normalización de las relaciones con Cuba.
“Nuestra tarea inmediata es apoyar a candidatos que no quieren el levantamiento incondicional de sanciones a Cuba”, preciso Mauricio Claver-Carone, director ejecutivo del comité de acción política (PAC por sus siglas en inglés) que financia las decisiones contra Cuba en el Congreso.
Creado por multimillonarios de Miami fanáticamente hostiles a toda apertura a favor de la Isla, entre los cuales Remedios Díaz-Oliver (que por poco terminó en la cárcel hace unos años por estafar al sistema de impuestos), el concesionario Ford de Hialeah (Miami) Gus Machado, Ricardo Mayo Álvarez, presidente de Doral Pharmamedics y firmemente conectada a las bondades de Medicaid y el Rey de la Pizza madrileño, el ex 'Marine' Leopoldo Fernández Pujals
El republicano Marcos Rubio, el representante demócrata Kendrick Meek, el gobernador Charlie Crist y el ex alcalde Maurice Ferré hablaron sucesivamente ante unas 400 personas, en su mayoría neqociantes, pequeños y grandes, del sur de la Florida, que participaron en este almuerzo donde también se aparecieron los congresistas Ileana Ros-Lehtinen, Mario y Lincoln Díaz-Balart,.
Rubio es el único cubanoamericano del grupo de candidatos. Atacó ferozmente la propuesta a favor de permitir a los norteamericanos de viajar a la Isla y hasta la venta de alimentos a Cuba.
El demócrata Meek hizo la apología del senador Bob Menéndez, padrino del hampa de West New York, y abordó el tema de los “prisioneros políticos” sin nunca referirse al presupuesto millonario del Departamento de Estado para reclutarse en Cuba a agentes e informantes, ni a los 300 presos del campo de tortura de Guantánamo. Afroamericano, no se refirió tampoco al número astronómico de personas de color que se encuentren entre los 2 millones de reclusos de las cárceles norteamericanas.
Por su parte, Crist recordó que procede de una familia de inmigrantes de Chipre y atacó, como los demás, el “régimen comunista” de Cuba. No mencionó que Chipre, prospera isla del Mediterráneo, es gobernado con éxito por un presidente comunista y que el partido comunista es ampliamente mayoritario en el parlamento de esta nación.
En cuanto a Ferré, puertorriqueño de nacimiento, evitó jactarse de sus relaciones con el difunto jefe de Comando L, Tony Cuesta, y de sus lazos con la organización terrorista Alpha 66 que, increíblemente, subsidió cuando era alcalde de Miami en los años 70-80, Los archivos señalan como este mismo periodo Miami, con la complicidad de Ferré y de su policía corrupta, fue uno de los más sangrientos en cuanto a la actividad de los grupos terroristas cubanoamericanos.
Hubiera podido hacerlo sin pena. El PAC de Remedios, Gus y Mauricio es un antro más del Cuban Liberty Council, la organización cubanoamericana encabezada por Diego Suarez, Roberto Martin Pérez y demás ex encargados del comité paramilitar de la Fundación Nacional Cubano Americana. La tropa misma que subsidió durante años al terrorista internacional Luis Posada Carriles.
Sacando sus conclusiones del encuentro, Claver-Carone reafirmó que su PAC que se dedica a sobornar congresistas tiene entre sus prioridades las “reformas democráticas'' en la Isla.
Llama la atención que, al lado de Ileana Ros-Lehtinen y los hermanos Díaz-Balart, Claver-Carone es un partidario frenético del régimen militar y policiaco que impuso a Honduras el empresario fascista Roberto Micheletti.
Este ex abogado del Departamento del Tesoro no se perdió la oportunidad, al final de estas ágapes en el hotel más prestigioso de la región de Miami, de recoger dinero entre sus comensales para mantener su cabildeo “anticastrista” y cubrir sus gastos personales que son, se dice, más que respetables.
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