sábado, 11 de julio de 2009

Mujer, género y feminismo.


Graciela Hernández


Toda conmemoración del Día Internacional de la Mujer nos conduce a la dimensión política del término “mujer”, aunque sabemos que este sentido siempre está amenazado por las políticas del mercado (vende flores, bombones, cosméticos o cuanta cosa que asocie a la idea de “mujer” que le es funcional y lucrativa), por la distracción o la mala voluntad de las instituciones, el desconocimiento o la pérdida de sentido que suelen tener ciertos rituales cuando los se los repite sin interrogarlos. El origen del Día Internacional de la Mujer remite al reconocimiento de la lucha de las mujeres obreras y sigue siendo un momento para pensar en la búsqueda de la equidad entre varones y mujeres. En un mundo con flagrantes desigualdades la lucha por la inclusión y el reconocimiento de todas las mujeres es un objetivo pendiente y un deber de las auténticas democracias que deben dirigirse hacia la igualación de los derechos entre varones y mujeres.Género/GénerosSi bien hay muchas definiciones acerca de lo que es el “género”, como también muchas discusiones sobre su alcance y propiedades, quiero destacar que su principal sentido es poder pensar las relaciones de mujeres y varones desde una dimensión social que supere lo biológico.Podríamos decir que en términos generales el género puede ser visto como la “construcción social y cultural de las diferencias sexuales”, que es relacional (da cuenta de las relaciones entre varones y mujeres) está situado (se da en el seno de una cultura, un tiempo y un espacio determinado) y es cambiante, no estático; por lo tanto podemos luchar para lograr cambios.Los estudios de género se desarrollaron especialmente en la década del 80. Los estudios de género están ocupando lugares importantes en la producción académica universitaria, son realmente un paso importante para reconocer las diferentes problemáticas de todas las mujeres, para incluir nuevas temáticas y nuevos planteos teóricos. Pero también tenemos que decir que su aceptación en ámbitos académicos suele borrar sus objetivos políticos.Feminismo/feminismosEl feminismo no es uno, por el contrario, ha pasado por distintas etapas que fueron producto de distintos momentos históricos y de distintas reflexiones sobre la acción (marxista, radical, lésbico, “de la igualdad”, “de la diferencia”, “latinoamericano” y de todas las superposiciones que surgen de las prácticas).Si bien hay una larga tradición de lucha de las mujeres, se puede tomar como un hito del feminismo al sufragismo, en especial en Inglaterra y Estados Unidos. Se ha identificado un feminismo denominado “de la igualdad”, que se propuso hacer visibles a las mujeres en los distintos campos del saber, hablaban de una “invisibilidad analítica de la mujer” y se proponía “rectificar la desfavorabilidad de las condiciones que perjudican a la mujer”. El feminismo “de la diferencia” o de la llamada “segunda ola” se caracteriza por nuevas búsquedas desde la teoría y las prácticas sociales que permitan abordar los problemas concretos de las mujeres y los espacios de representación, de esta etapa surgen varias vertientes. La mayoría de las feministas se reconocen herederas de las tradiciones de las dos “olas” del feminismo.En los países latinoamericanos como el nuestro estas ideas tuvieron su propia historia, impacta ver los tempranos planteos a favor de las reivindicaciones de las mujeres que se realizaron hace cien años, durante la realización del eventos del centenario de la revolución de mayo, en especial los congresos y la repercusión en la prensa. Además, el feminismo en América –y nosotros estamos en este continente- tiene particularidades especiales, con distintos atravesamientos de género, clase, etnia que se conjugan de distinta manera en los proyectos e identidades que se elaboran y reelaboran en los distintos momentos históricos. El feminismo en América cuenta también con vertientes propias y no es solo una consecuencia del feminismo angloparlante, actualmente hay una basta producción de las afrodescendientes y de las chicanas radicadas en Estados Unidos y comienza a haberla de las mujeres de los pueblos originarios.Palabras FinalesPara el final diremos que “la mujer” no existe, existen sí múltiples mujeres y distintas desigualdades y problemáticas de género que atraviesan a todas las clases y grupos culturales y étnicos para lograr la ansiada equidad.Señala María Luisa Femenías, filósofa argentina, autora y compiladora de “Perfiles del Feminismo Iberoamericano”“Las feministas debemos tender a romper con la ideología autoritaria, la competencia destructiva, cupular, antidemocrática, de nuestra sociedad y nuestros partidos políticos y lograr metodologías de reemplazo basada en la solidaridad y el respeto por las diferencias” (2005: 95).”

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