Hernán Mena Cifuentes
Pese a todos los fracasos sufridos en los últimos diez años en su intento por destruir a la Revolución Bolivariana y a su líder, el presidente Hugo Chávez Frías, la oposición golpista insiste en su demencial afán, y en el marco de sus planes desestabilizadores ha lanzado una nueva ofensiva de calumnias y mentiras que pretende arreciar el Primero de Mayo, al infiltrarse en la marcha de los trabajadores. Con esta nueva táctica, además de su manifiesto propósito conspirativo, profanan uno de los símbolos más sagrados de la Humanidad, como es el Día Internacional de los Trabajadores, fecha en la que se honra la memoria de los mártires que en Chicago, hace 123 años, ofrendaron sus vidas en defensa de las mayorías explotadas durante siglos por la codicia y ambición de poderosas y crueles minorías. Se trata de un macabro proyecto cuya primera fase culminó hace pocos días con las declaraciones emitidas en siniestros aquelarres celebrados por reconocidos personajes del fascismo criollo: sacerdotes, sindicaleros, empresarios, politiqueros, ONG’s pitiyanquis y dirigentes estudiantiles fracasados, marionetas del Imperio que insisten en derrocar a Chávez Frías, alentados por el Imperio que les promete recuperar sus antiguos privilegios. Es “El Retorno de los Brujos”, tesis propuesta por los autores de la obra de ese mismo nombre, sustentada con base en la superstición y en milenarios ritos adoptados el pasado siglo por el nazismo creyendo que así dominarían al mundo y que ahora siguen sus adeptos los fascistas venezolanos preparando el terreno para un nuevo golpe, al desatar una ofensiva de calumnias, con el fin de convencer a un pueblo que ya no les escucha, invitándolo infructuosamente “a rebelarse contra el régimen.” A los obispos, miembros de la Conferencia Episcopal Venezolana, les correspondió una vez más, desatar todo su odio contra el proceso y es muy probable que mientras condenaban a la Revolución, no lucían la cruz pectoral, emblema de la cristiandad, sino la cruz gamada, o esvástica, símbolo del nazismo a la que se le atribuyen poderes místicos y mágicos, y que el supersticioso Führer escogió como símbolo de su racista y diabólica doctrina. Por tratarse de gente culta y preparada, es imposible que esos clérigos ignoren, que no es el gobierno, sino el pueblo, que con su voto legitimó la autoridad de Chávez, eligiéndolo como su presidente y líder, y él, en base a ese mandato, ha puesto en marcha un proceso revolucionario pacífico e inédito ha liberado a Venezuela del tutelaje del imperio y de la oligarquía criolla, de los cuales siempre ha sido incondicional cómplice la Iglesia. Tampoco ignoran los obispos, que la historia los condena por el crimen de lesa humanidad que cometió la Iglesia al traicionar a Venezuela, cuando sus hijos luchaban por liberarse de otro imperio, conspirando contra la República primogénita que emergía a principios del siglo XIX, tal como hoy lo hacen ellos contra la Quinta República creada por Chávez en este siglo, como tampoco olvidan que Bolívar, quien en 1813, denunció ante el mundo su traición en el Manifiesto de Cartagena cuando dijo: “La influencia eclesiástica tuvo, después del terremoto, una parte muy considerable en la sublevación de los lugares y ciudades subalternas; y en la introducción de los enemigos en el país; abusando sacrílegamente de la santidad de su ministerio a favor de los promotores de la guerra civil.” “Sin embargo, debemos confesar ingenuamente que estos traidores sacerdotes se animaban a cometer los execrables crímenes de que justamente se les acusa, porque la impunidad de los delitos era absoluta…' Y esa misma absoluta impunidad prevaleció en la Quinta República, hasta que la Justicia, por iniciativa de un pueblo (que sufrió los rigores de una breve dictadura que causó muerte, que secuestró e intento asesinar al presidente y eliminó a las instituciones del Estado) comenzó a abrirse paso para juzgar y castigar a los culpables del Golpe de Estado del 11-A, acción que ha desatado la furia de la oposición golpista, cuyos miembros temen su brazo los alcance. La denuncia del Libertador, hoy cobra plena vigencia y se presenta como una advertencia que no puede, ni debe ser soslayada por el pueblo ni su gobernante, porque, la traición que ayer cometieron los traidores clérigos, es el mismo crimen de lesa humanidad que hoy cometen contra la patria los jerarcas de la Iglesia católica desde la Conferencia Episcopal Venezolana. También los sindicaleros, caterva de traidores infiltrados en la filas del genuino sindicalismo venezolano, acordaron marchar el Primero de Mayo, supuestamente en defensa de las conquistas laborales de los trabajadores, cuando lo cierto es que, como modernos Judas, se han unido una vez más para conspirar, junto con los patrones golpistas, como lo hicieron el 11-A, cuando sellaron un amoral pacto de unidad con los empresarios y la prensa mercenaria. Los empresarios golpistas, máxima expresión de la oligarquía, que únicamente piensa en recuperar sus viejos e inmorales privilegios, agrupados en Fedecámaras, Consecomercio, Fedenaga, y otros bastiones de su cada más débil poderío, han lanzado esta semana, andanadas de críticas malsanas contra el gobierno, porque ya no obtienen las ganancias que acumulaban cuando el país era regido por títeres de Washington apologistas del Libre Mercado del capitalismo. Los politiqueros de oficio, esa especie en vías de extinción, son los agentes más activos de la agenda conspirativa diseñada para el Día Internacional de los Trabajadores, y en otro arranque de ira incontrolada, llaman a sus huestes a incorporarse masivamente a la marcha de este viernes para, según afirmó uno de ellos, 'construir una alternativa distinta en este país.” Las ONG’s golpistas, con Súmate a la vanguardia, también participaron en los siniestros aquelarres fascistas, como robustas hijas alimentadas por el verde néctar que emana de las ubres de la NED y Usaid, que podrían cerrar sus grifos en cualquier momento, porque ya no está en el poder George Walker Bush, quien la recibió con todos los honores en el Salón Oval de la Casa Blanca a María Corina Machado, directora de esa asociación civil conspirativa. En un esfuerzo por seguir recibiendo los dólares de Washington, y abrigando la esperanza de volver, esta vez como invitada de Barack Obama, ha lanzado venenosos dardos contra el gobierno revolucionario, diciendo que “los órganos del Poder Público violan de manera gravísima la Constitución.” Y siguiendo el mismo guión asignado a todos los personajes del golpismo en el marco de la agenda diseñada para estallar como una bomba el Primero de Mayo, ha denunciado “la sistemática agresión a la libertad de expresión, al amenazar a periodistas y medios independientes; el atropello a los trabajadores, a sus sindicatos, a sus contrataciones colectivas y a sus derechos laborales y la violación del derecho a la propiedad privada.” Y el pueblo se pregunta: ¿Qué autoridad moral tiene esa dama para hacer tan irresponsable y falsa acusación, si fue ella junto con otros 350 golpistas los que estamparon sus firmas de apoyo al ilegítimo Decreto que proclamó como presidente de Venezuela a Pedro Carmona Estanga tras el golpe de Estado del 11-A, en el cual se declaraba anulada la misma Carta Magna y todos poderes del Estado que ella ahora simula defender? La mal llamada dirigencia estudiantil, constituida por un minúsculo grupo de estudiantes fracasados, convertidos en politiqueros, los que reciben jugosos premios en dólares otorgados por organizaciones fascistas yanquis, son el último eslabón de esa cadena de retrógradas que prometen destruir a la Revolución Bolivariana y se aprestan para sumarse a la marcha de este viernes con el fin de desestabilizar al proceso. Una de las figuras centrales de esa nueva clase de vasallos que está siendo creada en los laboratorios de la guerra sucia del Imperio es Yon Goicochea, a quien la ultraderechista fundación Milton Friedman le concedió el premio que lleva ese nombre, en honor al economista yanqui impulsor del mercado libre y asesor de esos asesinos de pueblos que fueron Reagan, Nixon y Pinochet, y también de Margaret Thatcher, la primera ministra británica, asesina de miles de vidas en la Guerra de las Malvinas. Con ese prontuario criminal tan amplio que exhiben los conspiradores de la Iglesia, sindicaleros, empresarios, directivos de ONGs, politiqueros y seudo dirigentes estudiantiles, no podrán jamás alcanzar sus nefastos fines, por lo que no les queda mas camino que el basurero de la historia, donde han sido arrojados todos los que atentaron contra la vida de los pueblos y sus anhelos de lograr la utopía de ese otro mundo posible. Por eso, la marcha organizada por los agentes golpismo en Venezuela, está llamada a convertirse en otro fracaso más de su irracional empeño por destruir a la Revolución Bolivariana y a su líder, pues además de constituir un sacrilegio, será una diminuta ínsula en medio del inmenso océano de hombres y mujeres que desfilarán en todas las ciudades y pueblos del planeta para honrar la memoria de los mártires que ofrendaron sus vidas en defensa de los trabajadores. Porque, ¿cómo esos enviados de la oligarquía y de sus cómplices, sempiternos enemigos de la clase trabajadora, a la que ha explotado durante siglos, se atreven a marchar al lado de un pueblo que ha padecido por su culpa, hambre, miseria, ignorancia y enfermedad mientras ellos se enriquecían obscenamente a costa de su sangre, sudor y lágrimas? ¿Qué derecho tienen para mancillar la memoria de los mártires de Chicago, infiltrándose en un acto noble y tradicional como es la marcha que en todas las naciones del planeta se les honra tributo, con excepción de Estados Unidos, donde, avergonzados por el crimen de lesa humanidad cometido contra ellos, en vano trataron de ocultarlo, prefieriendo celebrar el Dia del Trabajo (Labor Day) el primer lunes de septiembre? ¿No sentirán vergüenza al profanar el recuerdo de aquella memorable gesta que adelantaron esos mártires que fueron: Samuel Fielden, inglés, 39 años, condenado a cadena perpetua. Oscar Neebe, EEUU, 36 años, a 15 años de trabajo forzado. Michael Swbb, alemán,33 años, condenado a cadena perpetua. Y los que fueron ejecutados en la horca George Engel, tipógrafo alemán, de 50 años Adolf Fisher, periodista alemán de 30 años Albert Parson, periodista estadounidense de 39 años Hessois Auguste Spies, periodista alemán de 31 años Louis Linng, carpintero alemán de 22 años quien se suicidó en su propia celda para evitar caer en manos del verdugo. ¿O acaso no los llamará a la reflexión y decidan no ser parte de ese sacrílego acto que piensan ejecutar el viernes , si llegan a leer la conmovedora crónica de ese otro gran mártir, José Martí, el Apóstol de Cuba, quien para esos días se desempeñaba como corresponsal del diario La Nación, de Buenos Aires, y tuvo el penoso privilegio de narrar los momentos finales de la vida de aquellos mártires. …”Salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia. Les sujetan las manos por la espalda con esposas. Les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hileras de sillas delante del cadalso como en un teatro.” “Firmeza en el rostro de Fisher, plegaria en el de Spies, orgullo en el de Parson, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: “La voz que vais a sofocar será mas poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora.” “Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable.” Y tal como lo anunció al momento de morir aquel mártir, su voz y la de todos los demás hombres y mujeres que desde entonces han caído luchando en defensa de los pueblos que con su trabajo han enriquecido a los imperios, a las oligarquías y a sus cómplices, a costa de lágrimas, sudor y sangre, hoy es clamor de justicia que se escucha por el mundo en las voces de los que este viernes marcharán por pueblos y ciudades del planeta como tributo de respeto, gratitud y amor a su memoria.
viernes, 1 de mayo de 2009
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