Hernán Mena Cifuentes
Como avanzada de un nuevo intento desestabilizador dirigido a destruir los procesos revolucionarios de América Latina y el Caribe, las “viudas del golpismo” han regresado a la Plaza Altamira de Caracas, emblemático santuario del fracasado golpismo militar y oligarca criollo, acompañadas de una manada de “cachorros del Imperio, en busca del “milagro” que lo resucite. Y es que el Imperio y sus aliados, pese a estar convencidos de que jamás podrán recuperar ni por la fuerza ni por el voto popular los espacios políticos, económicos y sociales que detentaron en América Latina y el Caribe, persisten en su empeño conspirativo, lanzando una ofensiva contra los gobiernos progresistas de la región y, como siempre, destruir la Revolución Venezolana es su objetivo principal, por ser inspiración y ejemplo para sus pueblos. Atacan con las armas de la mentira y la calumnia, creadas en los laboratorios de la guerra sucia del Imperio, a los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner, Evo Morales, Rafael Correa, Álvaro Colom, Manuel Zelaya, Daniel Ortega y Fernando Lugo, desatando las más perversas y diabólicas conjuras con la finalidad de desestabilizarlos, pero fracasan, porque la verdad, inmune a su veneno, y el firme y apoyo de sus pueblos terminan venciéndolos. Ahora, las hordas mercenarias, súbditas de Washington, avanzan una vez más sobre Venezuela, sin tomar en cuenta las enfermizas mentes de los estrategas que diseñaron esta nueva ofensiva, que la Patria de Bolívar ha sido el cementerio de todos los cruzados que intentaron rescatar el Santo Sepulcro donde yace enterrado para siempre junto con el golpismo, el modelo neoliberal que impuso en la región sus leyes de mercado y privatizaciones para saquear la riqueza de los pueblos. Y en su avance, los cruzados del fascismo llegarán al hotel Four Seasons, ubicado al lado de la Plaza Altamira (el mismo que cobijó los sueños golpistas, alojando gratuitamente en sus lujosas “suites” a un grupo de oficiales traidores) cuyo nombre fue cambiado por el de Caracas Palace Hotel, en vano intento por borrar la mancha de vergüenza que dejó su memoria, la mascarada protagonizada por aquellos militares y civiles que aún siguen conspirando. Allí se reunirán en las próximas horas lo más graneado y selecto del pensamiento fascista internacional, políticos, intelectuales, dueños de medios y empresarios, reconocidos mercenarios del imperio procedentes de Europa y de este continente para celebrar el Encuentro Internacional Libertad y Democracia, fachada detrás de la cual se esconde otra de sus perversas maniobras desestabilizadoras, evento que ha sido convocado por Cedice. Fue precisamente este lunes, que autoridades del Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior se presentaron en la hacienda La Encantada, en Higuerote, para ordenar el cierre de un campo de reclutamiento de estudiantes marchistas, tranca-calles y guarimberos que iba a ser inaugurado con el nombre de Universidad El Cato-Cedice. Un grupo exclusivo de 50 jóvenes había sido convocado para recibir cursos por parte de algunos de los dirigentes fascistas que participarán en el evento del ex Four Seasons Hotel, en los que se abordarían temas como la defensa de la libertad de mercado y la estrategia del “golpe suave” dirigido a derrocar gobiernos mediante actos de protesta en lo que se les acusa falsamente de fraude y de atentar contra la libertad de expresión entre otras denuncias. Los funcionarios informaron que “la Universidad Cato-Cedice no existe en nuestros registros ni tampoco documentación alguna de la creación de la misma, por lo tanto, su funcionamiento es ilegal en nuestro país bajo esa figura, y que ofrece un seminario de tres días, convirtiéndose en un abuso de la denominación Universidad, que contraviene la normativa legal venezolana.” Por su parte, la destacada abogada y escritora Eva Golinger, tras recordar que “el Instituto Cato es una organización neofascista ultra neoliberal de Estados Unidos, que en los años 80 se dedicó a promover la ideología conservadora de Reagan y Tatcher, es la misma que el año pasado otorgó a Yon Goicochea, estudiante y miembro de Primero Justicia, el Premio Milton Friedman, designado así en honor al economista yanqui asesor del sanguinario dictador chileno Augusto Pinochet. Golinger, al referirse a Cedice, manifestó que “es la organización venezolana que ha recibido más apoyo financiero y asesoría estratégica de las agencias de Estados Unidos en los últimos ocho años, y hoy es la entidad que más representa los intereses estadounidenses en Venezuela y es autora de la mayoría de las campañas mediáticas de la oposición contra las políticas del Gobierno bolivariano.” ”Cedice -dijo- también se ha convertido en la vocería de la derecha internacional en el país, abriendo espacios a esta pequeña pero fanática y extremista minoría y buscando mecanismos para promover su agenda elitesca y neofascista en la región.” Se presentaba como una institución encargada de la “divulgación del pensamiento económico y político liberal”, pero detrás de su fachada educativa e ideológica esconde un rostro conspirativo por tratarse de un ente criminal financiado y asesorado por Usaid, NED Y AIP, reconocidas agencias del imperio, responsables del diseño y ejecución de planes desestabilizadores alrededor del mundo. Rafael Alfonzo, director de Cedice, al dar a conocer algunos pormenores del encuentro de esta semana, declaró que “en esta situación de crisis mundial es fundamental hablar de estos temas que suponen el desafío latinoamericano”, y utilizando el lenguaje del golpismo, cuyo mensaje conspirativo puede descifrarse leyendo entre líneas, agregó: “Queremos que Venezuela sea un país de propietarios y no uno que sea propietario del país.” Y en una afirmación, mezcla de mentiras y contradicciones, hecha al mejor estilo de Goebels y Cantinflas“, dijo: “En un país en el que se está invadiendo y eliminando la propiedad privada y cercenando la libertad no vamos por el camino para solventar los caminos de la pobreza.” Alfonzo, confundió y mintió, ya que él y sus compañeros de Cedice no han sido desalojados de sus propiedades, a menos de que hayan sido adquiridas de manera ilegítima, como las de muchos de sus amigos latifundistas. Tampoco -como señala- la mayoría de los venezolanos es pobre, y si como afirma en Venezuela se está segando la libertad por sólo lo que dijo ya estaría preso, o expulsado del país. Mario Vargas Llosa no tardó en sumarse a la ofensiva e irrespetuosa declaración de su cómplice conspirador, y desde Bogotá ladró una vez más, como “Cachorro del Imperio” y mercenario al servicio de Washington al repetir la falacia tantas veces dicha por Rice, Rumsfeld, Negroponte y otros “halcones” de George W. Bush, de que “Venezuela representa una peligrosa tendencia populista desestabilizadora de la democracia de la región latinoamericana.” Y como Alfonzo, evoca a Goebels al jugar con un lenguaje que domina plenamente, pero que, a la hora de atentar contra la verdad, lo utiliza para mentir, siguiendo al pie de la letra la perversa premisa del jerarca nazi que sostiene que “Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad.” Miente Vargas Llosa al asegurar que “Venezuela invierte mucho dinero sobornando gobiernos democráticos, propulsando los sectores más revolucionarios, entonces, sí, hay allí una fuente de desestabilización muy grande,” y se contradice cuando afirma que, “pese a esas tendencias populistas peligrosísimas, todavía en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua hay espacios de libertad para dar la resistencia y la lucha democrática.” Y es que su egoísta y mezquina visión de fanático capitalista ultraconservador no le permite ver la diferencia entre el soborno, como el que sí practica el imperio para sojuzgar gobiernos y la solidaridad que ejerce el presidente Hugo Chávez Frías a través de proyectos y programas sociales dirigidos a erradicar la pobreza, la ignorancia, la enfermedad y el hambre que Estados Unidos dejó en los pueblos a los que Venezuela otorga su noble y desinteresada ayuda. Dentro de pocas horas será inaugurado el evento y en los espacios del ex Four Seasons Hotel, hoy Caracas Palace Hotel, Mario Vargas Llosa, Jorge Castañeda, Eduardo Montealegre, Marcos Aguines y otros reconocidos cachorros del imperio estarán ladrando a la luna, quizás la única que escuchará sus ofensas contra los procesos revolucionarios y sus líderes, que en una década han cambiado el mapa político, económico social y cultural de la región. Y en su Delirio bajo El Ávila seguirán soñando con recuperar el poder perdido y los privilegios que disfrutaron al amparo y protección del capitalismo salvaje y el modelo neoliberal que impuso un imperio que, como predijo el genio de Bolívar ,habría de “plagar América de miserias a nombre de la libertad”, la misma y falsa libertada que hoy pregonan con sus engañosos discursos esa horda de vasallos reunidos en Caracas, a los que los pueblos ya no escuchan. Si en algún momento del amanecer alguno de ellos se asoma a la ventana de su habitación y mira hacia el Waraira Repano, nombre indígena de El Ávila, se dará cuenta de que el sol que se asoma por la cumbre simboliza la nueva era que ilumina a Venezuela y al resto de América Latina y el Caribe con la promesa de ese mundo posible al que aspiran los pueblos de la región y del resto del planeta. Por ello es que no escucharán los cantos de sirena, con los que los golpistas de Cedice y sus secuaces europeos y de la región pretenden hacer estrellar la nave de la revolución latinoamericana y caribeña, y como lo hizo Ulises hace más de 2 mil 500 años, Chávez, Evo, Correa, Ortega, Zelaya, Colom, Lugo y Cristina Fernández de Kirchner sabrán llevarla a puerto seguro, lejos de las rocas traicioneras colocadas en su ruta por Washington y sus lacayos. Y los débiles aullidos de esos “Cachorros del Imperio” que hoy apenas si se oyen harán que desde la caravana revolucionaria alguien comente como El Quijote: “Ladran Sancho, señal de que avanzamos.”
jueves, 28 de mayo de 2009
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