*JUAN MARTORANO.
Es bien curioso lo que un diario de circulación nacional, que ya raya a poco menos que pasquín titulaba en el día de hoy, señalando por parte de sectores del oposicionismo, de que ahora se está violando la Carta Interamericana Democrática porque el pueblo venezolano, a través de la Asamblea Nacional, ha decidido enmendar el artículo 230 de nuestra Constitución, para permitir que el Presidente o Presidenta de la República ( en nuestro caso actual, Comandante Hugo Chávez) pueda repostularse de manera sucesiva y continua, de medirse, de someterse a la evaluación popular, y dar continuidad a una gestión y a buenos gobiernos.
Y también para el momento en que esto escribo, la introducción y exposición del diputado Earle Herrera, de la enmienda del artículo 230 fue sencillamente poco menos que brillante, como caracteriza a este excelso diputado, digno representante y vocero del pueblo anzoatiguense, y obviamente lamentable el espéctaculo que la gente de Podemos, Ismael García, Wilmer Azuaje y otros, no tengan sentido de la vergüenza y del ridículo. Lamentable también que la diputada Pastora Medina, una persona que en lo personal aún le tengo afecto porque considero que tiene sentimientos muy nobles, se preste también a esta comparsa y a este show, del cual quiere sacar mucho provecho globovisión y los medios internacionales, para mal poner el nombre de nuestra patria a nivel internacional.
Y antes de tocar en profundidad el tema objeto de este artículo, debemos señalar lo siguiente: En un artículo escrito por Jesús González Pazos, y leyendo su artículo
PARTIDOCRACIA Y DEMOCRACIA REPRESENTATIVA VERSUS DEMOCRACIA PARTICIPATIVA, Leyendo este excelente artículo, nos podemos dar cuenta de que por más que el sistema neoliberal se empeñe en cantarnos “nanas de cuna” para adormecernos y despertarnos con la creencia implantada en nuestras neuronas a modo de certeza de que la partidocracia de la democracia representativa es el único modelo posible y salvífico que puede existir, ello no es más que una gran patraña del sistema para perpetuarse y aborregarnos. Venezuela, Bolivia y Ecuador nos van mostrando que otro camino es posible: La democracia participativa, y, aunque el autor no lo menciona, yo añadiría a Cuba.
La Carta Interamericana Democrática, fué producto de aquella Cumbre de Québec, del 20 al 22 de abril de 2001, cuando todavía el coro de voces del sistema neoliberal imperaba en todo el continente americano (Salvo en Cuba y Venezuela, claro ésta), en donde se realzaba y se defendía el modelo de la democracia representativa, y es por esto que dicho documento fue firmado con reservas por el gobierno de Hugo Chávez.
El modelo político occidental, fundamentado en los parámetros de la democracia representativa, basa su funcionamiento en los partidos políticos como elemento esencial, y casi único, de elección, estructuración, dirección y gestión del estado. Así, desde el siglo XIX, tanto en Europa como en Norteamérica, este modelo se desarrolla ampliamente, penetrando en el inconsciente colectivo como el único modelo factible de democracia.
En Venezuela, estos pilares de este tipo de democracia resultan incongruentes. En Venezuela, los principios de la solidaridad social y del bien común condcen al establecimiento de un Estado Social, sometido al imperio de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y las leyes, convirtiéndolo entonces en un Estado de Derecho. Este Estado Social de Derecho y de Justicia se nutre de la voluntad de los ciudadanos, expresada libremente por los medios de participación política y social para conformar un Estado Democrático. Por ello, en Venezuela vivimos en un Estado Social, Democrático, de Derecho y de Justicia comprometido con el progreso integral que los venezolanos y venezolanas aspiran, con el desarrollo humano que permita una calidad de vida digna, aspectos que configuran el Estado de Justicia, que no defiende la Democracia Representativa.
La globalización neoliberal enfrenta como reto la extensión mundial de este modelo político y social, aunque la razón de ser de los partidos políticos ahora pierda gran parte de su base constitutiva y poder en una traslación de éste último hacia las fuerzas de mercado. El estado neoliberal pierde paulatinamente campos de actuación, quedando relegado a mero gestor de los dictados de los intereses económicos. Sin embargo, también en esa nueva estructura y reparto de poderes, los partidos políticos conservan su esencia de pilar fundamental del modelo político.
En América Latina el fin de la época dictatorial, donde las juntas militares sometieron ampliamente hasta los años ochenta la práctica totalidad de la vida política, social y económica de los estados, abrió nuevamente el panorama al dominio de los partidos políticos. Con características propias, como la preeminencia del caudillismo en las estructuras partidarias, o el clientelismo en el reparto de prebendas, pero asumiendo también en plenitud la democracia representativa como único modelo posible. De esta forma, las diversas élites controlarán absolutamente el discurso y la acción, la teoría y la praxis de los estados, fundamentando su predominio en sí mismas y en la marginación y exclusión de las mayorías. A éstas, se las confina, en el mejor de los casos, a emitir su voto periódicamente como elemento legitimador del sistema implantado, aunque no exista comprensión de los programas planteados o, se produzca una absoluta dejación de los mismos una vez alcanzadas las cotas de poder correspondientes.
Este es el esquema básico que dominará las últimas décadas, con una constante dejación de los principios político-ideológicos sobre los que, en teoría, se fundamentan los partidos. En este marco se difuminará paulatinamente cualquier cuestionamiento al sistema político y económico dominante, de corte neoliberal, y la diferencia entre los distintos partidos no irá más allá de meros matices en algunos campos de actuación. Incluso se concluirá entendiendo como normal las alianzas entre fuerzas aparentemente opuestas, siempre en aras, y bajo la justificación, de la gobernabilidad necesaria para el progreso de la nación. De este tipo se han dado infinidad de ejemplos en países como Ecuador, Bolivia, Venezuela....
Hay algunos artículos que quiero transcribir de esta Carta Interamericana que es necesario analizar y considerar:
Artículo 2
El ejercicio efectivo de la democracia representativa es la base del estado de derecho y los regímenes constitucionales de los Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos. La democracia representativa se refuerza y profundiza con la participación permanente, ética y responsable de la ciudadanía en un marco de legalidad conforme al respectivo orden constitucional. (Subrayado nuestro).
Artículo 3
Son elementos esenciales de la democracia representativa, entre otros, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes públicos. (Subrayado nuestro).
En un apretado resumen, si bien el germen de la democracia representativa se refuerza en la redacción de estos preceptos de estos dos artículos, sin embargo se colan algunos elementos de la democracia participativa, con la particpación permanente, ética y responsable conforme al respectivo orden constitucional. Pues bien, el procedimiento de enmienda constitucional se ha hecho con sujeción a los preceptos constitucionales, no se ha violado en ningún momento la Constitución en cuanto al procedimiento de enmienda, amén de que hasta para cambiarle aunque sea una coma a las normas constitucionales, debe irse a un referendo popular, así que en este caso, se demuestra la no violación de la CRBV y de esta Carta Interamericana Democrática.
Por otra parte, el gobierno de Hugo Chávez ha sido guardián y garante de los Derechos Humanos y de las libertades fundamentales como lo señala esta Carta Interamericana , mal puede la propuesta de re postulación consecutiva o reelección consecutiva atentar contra "la alternabilidad del poder", ya que la Carta Interamericana señala el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al Estado de Derecho, no se está planteando con la enmienda, por si estos señores no lo saben, eliminar las elecciones libres, periódicas, justas, basadas en e sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo, el régimen plural de partidos y organizaciones políticas y la separación e independencia de los poderes públicos.
Recordemos que elegimos Presidente o Presidenta de la República por cada seis años, de que existe el mecanismo de referendo revocatorio a mitad del período constitucional, y sólo quedará de parte de nosotros, en esos seis años ratificar o cambiar el Presidente o Presidenta de la República, a través de elecciones y con uno de los sistemas electorales más auditados, más observados, y sobre todo, más transparentes. Cada partido político tendrá la oportunidad, cuando corresponda la fecha de las elecciones presidenciales, de presentar sus opciones para la Presidencia de la República, y bueno el caso de la separación e independencia de los poderes públicos, en 10 años de Revolución Bolivariana está más que demostrado este principio, y lo que está haciendo la Asamblea Nacional, pese a múltiples observaciones que hemos hecho, es constitucional y legítimo, y al final la última palabra, de que se enmiende o no este artículo 230 lo tendrá el pueblo venezolano mediante referendo aprobatorio, de conformidad con el artículo 341 ordinal 4 y el artículo 73 de nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Así, Venezuela fracturó ya hace años el modelo partidista y condenó a una oposición casi irrisoria a quienes habían controlado la vida del estado durante décadas en base únicamente al bien propio, a la corrupción y al clientelismo político. Se podrá denostar, por parte de aquellos acérrimos defensores del modelo neoliberal, la vía emprendida por este país, pero hay que recordar precisamente que es en el campo de elección democrática donde las mayorías venezolanas están permanentemente reiterando la apuesta por un nuevo modelo. Y esto se produce no solo a través de las sucesivas elecciones, sino también mediante los procesos de descentralización y la alta participación en consejos locales y asambleas de ciudadanos y ciudadanas como práctica permanente de democracia participativa.
La Carta Interamericana Democrática no es un instrumento jurídico internacional adecuado a nuestro modelo democrático. Nuevamente debemos recordar que este documento fue firmado con las respectivas reservas de nuestro Gobierno, y que dicho documento no es parte ni tiene jerarquía constitucional ni prevalece en nuestro orden interno, ya que sus normas, en mi criterio no contienen normas sobre goce y ejercicio de derechos humanos más favorables a las establecidas en esta Constitución y en nuestro ordenamiento jurídico, por lo tanto, no tiene aplicación inmediata y directa ni por los tribunales ni demás órganos de nuestros poderes públicos.
Pero lo peligroso de esta matriz de opinión es que los lacayos cipayos de aquí están buscando influir en la opinión pública internacional, desatar una campaña internacional contra Venezuela, tratar de aislarla, mal poner la posibilidad de que no se dé el Encuentro Obama- Chávez, que si bien es cierto que Obama no va a cambiar estructuralmente el sistema que impera en los EEUU, pero por lo menos que puedan darse relaciones en pie de igualdad y respeto entre Venezuela y EEUU, aunque no nos hacemos mucha s expectativas.
Frente a la Carta Interamericana, hay que sacarle la Carta Social de las Américas, que es una propuesta alternativa, impulsora del Alba y de la Democracia Participativa y Protagónica, que pensamos, es una de las alternativas para sacar a nuestros pueblos del atolladero, y de permitirles la construcción de su propio camino,de su propio modelo que genere conciencia y los pueblos se liberen y emancipen definitivamente.
Es bien curioso lo que un diario de circulación nacional, que ya raya a poco menos que pasquín titulaba en el día de hoy, señalando por parte de sectores del oposicionismo, de que ahora se está violando la Carta Interamericana Democrática porque el pueblo venezolano, a través de la Asamblea Nacional, ha decidido enmendar el artículo 230 de nuestra Constitución, para permitir que el Presidente o Presidenta de la República ( en nuestro caso actual, Comandante Hugo Chávez) pueda repostularse de manera sucesiva y continua, de medirse, de someterse a la evaluación popular, y dar continuidad a una gestión y a buenos gobiernos.
Y también para el momento en que esto escribo, la introducción y exposición del diputado Earle Herrera, de la enmienda del artículo 230 fue sencillamente poco menos que brillante, como caracteriza a este excelso diputado, digno representante y vocero del pueblo anzoatiguense, y obviamente lamentable el espéctaculo que la gente de Podemos, Ismael García, Wilmer Azuaje y otros, no tengan sentido de la vergüenza y del ridículo. Lamentable también que la diputada Pastora Medina, una persona que en lo personal aún le tengo afecto porque considero que tiene sentimientos muy nobles, se preste también a esta comparsa y a este show, del cual quiere sacar mucho provecho globovisión y los medios internacionales, para mal poner el nombre de nuestra patria a nivel internacional.
Y antes de tocar en profundidad el tema objeto de este artículo, debemos señalar lo siguiente: En un artículo escrito por Jesús González Pazos, y leyendo su artículo
PARTIDOCRACIA Y DEMOCRACIA REPRESENTATIVA VERSUS DEMOCRACIA PARTICIPATIVA, Leyendo este excelente artículo, nos podemos dar cuenta de que por más que el sistema neoliberal se empeñe en cantarnos “nanas de cuna” para adormecernos y despertarnos con la creencia implantada en nuestras neuronas a modo de certeza de que la partidocracia de la democracia representativa es el único modelo posible y salvífico que puede existir, ello no es más que una gran patraña del sistema para perpetuarse y aborregarnos. Venezuela, Bolivia y Ecuador nos van mostrando que otro camino es posible: La democracia participativa, y, aunque el autor no lo menciona, yo añadiría a Cuba.
La Carta Interamericana Democrática, fué producto de aquella Cumbre de Québec, del 20 al 22 de abril de 2001, cuando todavía el coro de voces del sistema neoliberal imperaba en todo el continente americano (Salvo en Cuba y Venezuela, claro ésta), en donde se realzaba y se defendía el modelo de la democracia representativa, y es por esto que dicho documento fue firmado con reservas por el gobierno de Hugo Chávez.
El modelo político occidental, fundamentado en los parámetros de la democracia representativa, basa su funcionamiento en los partidos políticos como elemento esencial, y casi único, de elección, estructuración, dirección y gestión del estado. Así, desde el siglo XIX, tanto en Europa como en Norteamérica, este modelo se desarrolla ampliamente, penetrando en el inconsciente colectivo como el único modelo factible de democracia.
En Venezuela, estos pilares de este tipo de democracia resultan incongruentes. En Venezuela, los principios de la solidaridad social y del bien común condcen al establecimiento de un Estado Social, sometido al imperio de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y las leyes, convirtiéndolo entonces en un Estado de Derecho. Este Estado Social de Derecho y de Justicia se nutre de la voluntad de los ciudadanos, expresada libremente por los medios de participación política y social para conformar un Estado Democrático. Por ello, en Venezuela vivimos en un Estado Social, Democrático, de Derecho y de Justicia comprometido con el progreso integral que los venezolanos y venezolanas aspiran, con el desarrollo humano que permita una calidad de vida digna, aspectos que configuran el Estado de Justicia, que no defiende la Democracia Representativa.
La globalización neoliberal enfrenta como reto la extensión mundial de este modelo político y social, aunque la razón de ser de los partidos políticos ahora pierda gran parte de su base constitutiva y poder en una traslación de éste último hacia las fuerzas de mercado. El estado neoliberal pierde paulatinamente campos de actuación, quedando relegado a mero gestor de los dictados de los intereses económicos. Sin embargo, también en esa nueva estructura y reparto de poderes, los partidos políticos conservan su esencia de pilar fundamental del modelo político.
En América Latina el fin de la época dictatorial, donde las juntas militares sometieron ampliamente hasta los años ochenta la práctica totalidad de la vida política, social y económica de los estados, abrió nuevamente el panorama al dominio de los partidos políticos. Con características propias, como la preeminencia del caudillismo en las estructuras partidarias, o el clientelismo en el reparto de prebendas, pero asumiendo también en plenitud la democracia representativa como único modelo posible. De esta forma, las diversas élites controlarán absolutamente el discurso y la acción, la teoría y la praxis de los estados, fundamentando su predominio en sí mismas y en la marginación y exclusión de las mayorías. A éstas, se las confina, en el mejor de los casos, a emitir su voto periódicamente como elemento legitimador del sistema implantado, aunque no exista comprensión de los programas planteados o, se produzca una absoluta dejación de los mismos una vez alcanzadas las cotas de poder correspondientes.
Este es el esquema básico que dominará las últimas décadas, con una constante dejación de los principios político-ideológicos sobre los que, en teoría, se fundamentan los partidos. En este marco se difuminará paulatinamente cualquier cuestionamiento al sistema político y económico dominante, de corte neoliberal, y la diferencia entre los distintos partidos no irá más allá de meros matices en algunos campos de actuación. Incluso se concluirá entendiendo como normal las alianzas entre fuerzas aparentemente opuestas, siempre en aras, y bajo la justificación, de la gobernabilidad necesaria para el progreso de la nación. De este tipo se han dado infinidad de ejemplos en países como Ecuador, Bolivia, Venezuela....
Hay algunos artículos que quiero transcribir de esta Carta Interamericana que es necesario analizar y considerar:
Artículo 2
El ejercicio efectivo de la democracia representativa es la base del estado de derecho y los regímenes constitucionales de los Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos. La democracia representativa se refuerza y profundiza con la participación permanente, ética y responsable de la ciudadanía en un marco de legalidad conforme al respectivo orden constitucional. (Subrayado nuestro).
Artículo 3
Son elementos esenciales de la democracia representativa, entre otros, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes públicos. (Subrayado nuestro).
En un apretado resumen, si bien el germen de la democracia representativa se refuerza en la redacción de estos preceptos de estos dos artículos, sin embargo se colan algunos elementos de la democracia participativa, con la particpación permanente, ética y responsable conforme al respectivo orden constitucional. Pues bien, el procedimiento de enmienda constitucional se ha hecho con sujeción a los preceptos constitucionales, no se ha violado en ningún momento la Constitución en cuanto al procedimiento de enmienda, amén de que hasta para cambiarle aunque sea una coma a las normas constitucionales, debe irse a un referendo popular, así que en este caso, se demuestra la no violación de la CRBV y de esta Carta Interamericana Democrática.
Por otra parte, el gobierno de Hugo Chávez ha sido guardián y garante de los Derechos Humanos y de las libertades fundamentales como lo señala esta Carta Interamericana , mal puede la propuesta de re postulación consecutiva o reelección consecutiva atentar contra "la alternabilidad del poder", ya que la Carta Interamericana señala el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al Estado de Derecho, no se está planteando con la enmienda, por si estos señores no lo saben, eliminar las elecciones libres, periódicas, justas, basadas en e sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo, el régimen plural de partidos y organizaciones políticas y la separación e independencia de los poderes públicos.
Recordemos que elegimos Presidente o Presidenta de la República por cada seis años, de que existe el mecanismo de referendo revocatorio a mitad del período constitucional, y sólo quedará de parte de nosotros, en esos seis años ratificar o cambiar el Presidente o Presidenta de la República, a través de elecciones y con uno de los sistemas electorales más auditados, más observados, y sobre todo, más transparentes. Cada partido político tendrá la oportunidad, cuando corresponda la fecha de las elecciones presidenciales, de presentar sus opciones para la Presidencia de la República, y bueno el caso de la separación e independencia de los poderes públicos, en 10 años de Revolución Bolivariana está más que demostrado este principio, y lo que está haciendo la Asamblea Nacional, pese a múltiples observaciones que hemos hecho, es constitucional y legítimo, y al final la última palabra, de que se enmiende o no este artículo 230 lo tendrá el pueblo venezolano mediante referendo aprobatorio, de conformidad con el artículo 341 ordinal 4 y el artículo 73 de nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Así, Venezuela fracturó ya hace años el modelo partidista y condenó a una oposición casi irrisoria a quienes habían controlado la vida del estado durante décadas en base únicamente al bien propio, a la corrupción y al clientelismo político. Se podrá denostar, por parte de aquellos acérrimos defensores del modelo neoliberal, la vía emprendida por este país, pero hay que recordar precisamente que es en el campo de elección democrática donde las mayorías venezolanas están permanentemente reiterando la apuesta por un nuevo modelo. Y esto se produce no solo a través de las sucesivas elecciones, sino también mediante los procesos de descentralización y la alta participación en consejos locales y asambleas de ciudadanos y ciudadanas como práctica permanente de democracia participativa.
La Carta Interamericana Democrática no es un instrumento jurídico internacional adecuado a nuestro modelo democrático. Nuevamente debemos recordar que este documento fue firmado con las respectivas reservas de nuestro Gobierno, y que dicho documento no es parte ni tiene jerarquía constitucional ni prevalece en nuestro orden interno, ya que sus normas, en mi criterio no contienen normas sobre goce y ejercicio de derechos humanos más favorables a las establecidas en esta Constitución y en nuestro ordenamiento jurídico, por lo tanto, no tiene aplicación inmediata y directa ni por los tribunales ni demás órganos de nuestros poderes públicos.
Pero lo peligroso de esta matriz de opinión es que los lacayos cipayos de aquí están buscando influir en la opinión pública internacional, desatar una campaña internacional contra Venezuela, tratar de aislarla, mal poner la posibilidad de que no se dé el Encuentro Obama- Chávez, que si bien es cierto que Obama no va a cambiar estructuralmente el sistema que impera en los EEUU, pero por lo menos que puedan darse relaciones en pie de igualdad y respeto entre Venezuela y EEUU, aunque no nos hacemos mucha s expectativas.
Frente a la Carta Interamericana, hay que sacarle la Carta Social de las Américas, que es una propuesta alternativa, impulsora del Alba y de la Democracia Participativa y Protagónica, que pensamos, es una de las alternativas para sacar a nuestros pueblos del atolladero, y de permitirles la construcción de su propio camino,de su propio modelo que genere conciencia y los pueblos se liberen y emancipen definitivamente.
¡Patria Socialista o Muerte!
¡Venceremos y Estamos Venciendo!!!
*Abogado, Analista Político y militante del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Moderador de los Programas de opinión “Micrófono Abierto”, Tercer Motor. “Moral y Luces” y “Caminos Libres”, transmitidos de lunes a viernes de 12 m a 2 pm por la emisora comunitaria “Llovizna” 104.7 FM, y los días martes de 7 pm a 8 pm y los días domingos de 6 pm a 7 pm por la emisora cultural, informativa y de entretenimiento perteneciente a la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) “La Voz de Guayana”, 89.7 FM, respectivamente. jmartoranoster@gmail.com , j_martorano@hotmail.com , juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar
¡Venceremos y Estamos Venciendo!!!
*Abogado, Analista Político y militante del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Moderador de los Programas de opinión “Micrófono Abierto”, Tercer Motor. “Moral y Luces” y “Caminos Libres”, transmitidos de lunes a viernes de 12 m a 2 pm por la emisora comunitaria “Llovizna” 104.7 FM, y los días martes de 7 pm a 8 pm y los días domingos de 6 pm a 7 pm por la emisora cultural, informativa y de entretenimiento perteneciente a la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) “La Voz de Guayana”, 89.7 FM, respectivamente. jmartoranoster@gmail.com , j_martorano@hotmail.com , juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar
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