lunes, 22 de diciembre de 2008

“Aquila non capit muscas”, pensó Chávez, al castigar con su silencio a Fox.

Hernán Mena Cifuentes

La frustración que afecta a Vicente Fox por la muerte del Área de Libre Comercio para las Américas (Alca) y el fracaso del mercado libre, ha generado en su enfermiza mente, envidia y odio hacia Hugo Chávez Frías, y en su pretensión por opacar el brillo de las victorias alcanzadas por el presidente venezolano en el marco del proyecto socialista que adelanta en oposición al modelo capitalista de la libertad de mercado, recurrió una vez más a la ofensa, respondida en esta ocasión por el silencio del mandatario. Desde Guanajuato, el vendedor de Coca Cola que vendió su alma al diablo para alcanzar la Presidencia a cambio de servir como vasallo del Imperio, injurió la dignidad y honor del mandatario nacional llamándolo “burro”, por oponerse al brutal sistema que, tras desatar por el Tercer mundo una espiral de hambre, miseria, desempleo y ruina, se ha vuelto contra sus propios impulsores, Estados Unidos, las potencias europeas y asiáticas que adoptaron ese modelo creado por Milton Friedman. Fox desconoce, o pretende ignorar, la estatura intelectual de Chávez, que se yergue gigantesca frente a su enanismo cultural, por exhibir un alto coeficiente y un currículo académico con licenciatura en Ciencias militares, estudioso de la economía y la historia, devorador de cuanto libro llegue a sus manos y de un activo y permanente ejercicio de las artes como poeta, músico y escritor premiado en más de una ocasión. Por el contrario Fox, quien a pesar de su elevada estatura física, presenta un coeficiente intelectual que no supera al parecer el valor numérico de 69 correspondiente a una inteligencia “deficiente”, como lo prueba su desastrosa gestión administrativa, que permitió que las nefastas políticas del Nafta y el Mercado Libre que con tanto furor defiende, sumieran en la ruina a la economía del país, dejando en pobreza extrema, víctimas del hambre, miseria y desempleo a la mayoría del pueblo mexicano. Su reducido currículo destaca, mas allá de un grado de bachiller, el haber atendido a un curso de Alta Gerencia, créditos educativos que contrastan con la fama que ha ganado de poseer la escasa inteligencia del animal al que comparó con Chávez, como lo comprueban sus desquiciadas declaraciones que la prensa califica de “burradas”, y es que se parece tanto a Bush en eso de decir estupideces, que los medios acostumbran coleccionar las “Frases más célebres de Vicente Fox”, tan absurdas y ridículas como las de su amo. “América Latina debe huir de la dictadura perfecto, como lo dijo el Premio Nobel colombiano de Literatura, Mario Vargas Llosa”, (como todo el mundo sabe ese otro cachorro del Imperio que es Vargas Llosa, no ha ganado el Premio Nobel, ni tampoco es colombiano, sino español por naturalización ya que hace varios años renunció a su nacionalidad original peruana). “Este es un gobierno de los empresarios para los empresarios”, (comentario hecho durante el discurso de inauguración de su gobierno, con lo cual confirmaba su alianza con los ricos y poderosos, en contra de los pobres del país y su sumisión incondicional al capitalismo y su modelo del Libre Mercado.) “Comes y te vas”, (se lo dijo a Fidel Castro durante la Cumbre de Mandatarios y jefes de Estado, celebrada en Monterrey en 2005, siguiendo seguramente instrucciones de Bush, temeroso de que el famoso líder de la revolución cubana lo opacara con su presencia y su discurso, advertencia que se le devolvió como bumerang luego que se filtró a la prensa esa cobarde e indignante recomendación.) “El 75% de los hogares mexicanos tenía lavadoras, y no precisamente de dos patas”, (manifestó en un discurso pronunciado el 8 de febrero de 2006, en humillante alusión a las humildes mujeres del país que lavan la ropa a mano.) “En Estados Unidos, los inmigrantes mexicanos hacen trabajos que ni siquiera los negros quieren hacer”, (afirmó en mayo de 2005, declaración de claro corte racista que generó una reacción de unánime condena en México y el resto del mundo, la cual un destacado periodista de ese país, consideró como “una burrada” del presidente, mientras que el partido PRD, la calificó como “Profundamente racista e ignorante,” Fox se ubica en la postura de un digno hacendado del siglo XX. Nos demostró que es firme defensor de actitudes racistas.” Ese mismo comportamiento se percibe en la actitud racista asumida por Fox y demás cachorros del Imperio, a través de la sistemática campaña de calumnias e injurias que, desde el basurero de la historia adonde han sido arrojados por los pueblos, adelantan con el fin de satanizar y desprestigiar a Chávez y demás gobernantes revolucionarios que han cambiado el mapa político, económico y social de América Latina y el Caribe. La torpeza y terquedad de los integrantes de esa “camada” marchan paralelas, pues, pese a estar conscientes de la inviabilidad del modelo que aún defienden, Fox y los demás cachorros, siguen opuestos a la tesis sustentada por Chávez, quien había advertido en todas las cumbres a las que asistió, sobre el peligro que representaba el Mercado Libre, hipótesis confirmada tras el fracaso del modelo y de las criaturas que engendró, como el Nafta, tratado que sumió en la pobreza al pueblo mexicano. Chávez, como pionero de la lucha contra el Alca, abrió los ojos y despertó del trance hipnótico en el que se hallaban sumidos algunos gobernantes de la región, afectados por ese espejismo que recreó el Imperio, evitando así que esa otra plaga se extendiera por el resto de América Latina y el Caribe y, al condenar al diabólico plan anexionista, dijo que “El Alca es el Camino al Infierno”, frase que con el tiempo alcanzaría dimensión histórica por la fuerza de su verdad y por la tragedia humana que evitó el rechazo a ese proyecto. Gracias a su advertencia fueron cayendo una tras otra, las barreras de la falsa imagen de progreso y bienestar que EEUU prometía con su plan, derribadas por las constantes denuncias que hacía Chávez, quien dejó de ser el solitario profeta que durante años había predicado en el desierto, para erigirse en líder de un movimiento integrador, solidario y humanista que se extendió como un incendio de esperanza por la región y, cuyo ejemplo siguieron pronto otros gobernantes progresistas como él. Solo aquellos que nacieron para ser vasallos no escucharon el mensaje revolucionario de Chávez, negándose a seguir por el camino que les señalaba el llamado de sus pueblos, rebelados contra siglos de opresión y dominación impuestas por el Imperio, y que hoy transitan por el camino que los lleva a la Utopía de un mundo posible, mientras los que como Fox, Vargas Llosa, Toledo, Quiroga y otros, se abstuvieron de abordar el tren hacia el futuro quedando anclados en su pasado de siervos y traidores. Educados en la “escuela” donde las materias que se dictan son la obediencia ciega al amo, la ambición, la codicia y el rechazo a la verdadera libertad, Fox, y demás cachorros cultivaron el arte del odio y la envidia irracional contra los líderes que surgieron en países liberados del yugo yanqui, como Bolivia, Brasil, Ecuador, Nicaragua, Paraguay y Venezuela, pero Chávez se convirtió en objetivo principal de su ira, sin importarles para nada principios éticos y morales, pues su misión ha sido y es, destruirlo a como dé lugar. “En mente obtusa, la letra, ni a punta de palo penetra”, afirma un viejo y sabio refrán, y así ha ocurrido con Fox, quien no obstante los contundentes golpes recibidos en cumplimiento de su tarea de acabar con Chávez en los escenarios en que actuó como propulsor y defensor del Mercado libre, aún insiste en mantener viva la llama casi extinta de un sistema agotado y sin futuro, mientras que en su fantasía de vaquero al mejor estilo del salvaje Oeste, sueña al mismo tiempo con resucitar al difunto Alca. En el marco de esa misión, Fox se dedicó a divulgar en la región, las “bondades” del modelo que por el mundo propagaban los “Chicago Boys”, entusiastas discípulos de Friedman, profeta de “La Nueva Verdad Económica”, receta que Washington se encargó de aplicar como instrumento de dominación continental, imponiéndolo inicialmente a Canadá y México a través del Nafta, pero cuando pretendió usarlo en el resto del continente inventando el Alca, se estrelló contra una roca llamada Hugo Chávez Frías. Hasta entonces, todo se presentaba fácil a las pretensiones de Washington, ya que en todas las cumbres donde se exhibían y explicaban las supuestas bondades del proyecto, sus exponentes recibían vivas y aplausos de parte de mandatarios, cancilleres y sesudos expertos económicos de países, unos, confundidos por la prédica embriagante de sus propulsores que les ofrecían un paraíso inexistente, mientras que a otros como Fox, solo les interesaba hacer realidad el sueño de poder que alcanzarían como cónsules imperiales. Pero el sueño que pensaban convertir en realidad los ambiciosos como el Nerón del siglo XXI y sus cachorros y que, para el pueblo de América Latina y el Caribe sería una pesadilla, tuvo una muerte súbita. Fue durante la Cumbre Presidencial celebrada en noviembre de 2005 en Mar del Plata, donde naufragó cuando estaba a punto de nacer ese aborto del Mercado Libre, la mal llamada Asociación de Libre Comercio para las Américas, tras chocar contra el iceberg que fue el mandatario venezolano quien junto con Kirchner, Lula, Tabaré y Duarte hundieron a la nave insignia del Imperio cuando, conducida por un artero timonel, llamado Fox intentaba penetrar subrepticiamente en la agenda de la histórica reunión. Al ver cómo se hundía aquella nave, Fox trató de salvarla a toda costa, pero nada podía hacer, pues el Alca estaba herida de muerte y naufragaría inexorablemente bajo la furia de un huracán del Caribe llamado Chávez, por la fuerza de esos vientos pamperos que fueron Kirchner, Tabaré y Duarte y por la turbulencia de un Amazonas indomable que fue Lula. “Habrá Alca con o sin Mercosur”, exclamó amenazante, soberbio, prepotente y fuera de sí, Fox, embistiendo con su verbo vulgar y ofensivo a quienes se oponían a su presentación por no estar en la agenda de la Cumbre, insultando la majestad del anfitrión, el presidente Néstor Kirchner y la de Hugo Chávez quienes responderían a su ofensa, dictándole una clase magistral de dignidad y soberanía mientras afuera, en un estadio vecino, decenas de miles de asistentes a la Cumbre Paralela de los Pueblos, condenaban a Bush Jr. y a su títere. El comandante hizo un alto en su actividad en el evento oficial, para ir al encuentro de una multitud de hombres y mujeres procedentes de todos los rincones de la geografía latinoamericana y caribeña, asistentes a la Cumbre de los Pueblos y, desde la tribuna, donde se hallaba un indígena que al mes siguiente habría de convertirse en presidente de Bolivia, y el mejor y más famoso futbolista del planeta, dirigió un encendido mensaje de solidaridad y compromiso a los presentes. El indio era Evo y el futbolista, Maradona. Para Fox, quien no conoce lo que es la solidaridad y el compromiso que une a un líder auténtico con esos pueblos asolados durante siglos por imperios que saquearon sus riquezas y destruyeron sus dioses y culturas, aquel gesto de Chávez y el evento, le parecieron intolerables e irreverentes, y afectado por su miope visión, exenta de humanismo que no alcanza a ver más allá de la mezquindad y el egoísmo que domina a los que como él rinden culto al capitalismo salvaje y sus modelos, el neoliberalismo y el mercado libre que no saben del amor y la paz, exclamó iracundo: “Cuando te vas a calentar una plaza, buscando los aplausos de la gente, e ir allí en la euforia y la parafernalia teniendo 40 mil almas enfrente a hablar cosas que ni fueron serias ni aseguraron un debate real, a fondo en la reunión y efectivamente Chávez hizo ese compromiso público tocando las cámaras, y allí estableció que venía a sepultar el Acuerdo de Libre Comercio. Eso -agregó- lo arrinconó a una posición ya en el debate con los presidentes y los líderes y lo llevó a extremos de inconsistencia y de falta de tolerancia y de voluntad para llegar al acuerdo. Se sostuvo hasta el final bajo su postura, y por eso no es bueno hacer esos compromisos públicos.” De la misma manera Fox arremetió irrespetuosamente contra Kirchner, primero, al no aplaudir el discurso del mandatario argentino al inaugurar la Cumbre y más tarde, irascible e insolente, dio inicio a una andanada de insultos y ofensas contra la dignidad de jefe del Estado argentino tras escuchar el rotundo y tajante no del anfitrión, cuando pretendió introducir el tema Alca en la reuníón, quien le dijo claramente, “ese no es el tema de esta Cumbre.” Y es que, además de Kirchner todo el mundo sabía lo que se proponía hacer Fox en la Cumbre, ya que él mismo “había manifestado sin sutileza alguna que asumía el liderazgo latinoamericano a favor del proyecto del Alca que EEUU se proponía imponer contra viento y marea” en Mar del Planta”, por lo que, como peón del Imperio, trató de introducir un tema fuera de agenda, y al ser rechazada su propuesta, se volcó en insultos contra el anfitrión y Chávez. “Kirchner -manifestó el mexicano- debió haber actuado como facilitador de acuerdos en vez de tratar de quedar bien con la opinión pública de su país,” mientras señalaba que los acontecimientos ocurridos de la III Cumbre Paralela de los Pueblos “tuvo una influencia fuerte sobre Kirchner, o Kirchner tuvo una influencia fuerte sobre ellos, con un Premio Nobel, (Adolfo Pérez Esquivel) y un futbolista, (Diego Maradona) y una buena cantidad de argentinos en las calles tomando posición.” Todos y cada uno de esos argumentos fueron rebatidos y aclarados con la fuerza de la verdad y en defensa de la dignidad personal y de sus pueblos, por los presidentes Kirchner y Chávez, en esa Clase Magistral que le dictaron al irrespetuoso Fox una vez concluida la exitosa Cumbre que dio al traste con las pretensiones de imponer a esa criatura del Libre Mercado que era el Alca. ¡Que el presidente Fox se ocupe de México. A mi me votaron los argentinos y yo me voy a ocupar de ellos como corresponde.! No voy a una Cumbre para quedar bien con los que vienen. No concurriré a las Cumbres para entregar convicciones, ni a no defender los intereses del pueblo. No estamos en contra de la integración económica. Estamos de acuerdo con una integración, pero sin asimetrías ni subsidios. No queremos una integración a favor del grande, sino una integración para todos. Y, en directa alusión a Fox, dijo: Para algunos, la buena diplomacia es tener una actitud de pleitesía permanente.” Por su parte, Chávez respondió a las ofensas proferidas contra él por Fox, con muy breves, pero contundentes y firmes palabras, diciéndole para comenzar: “No se meta conmigo caballero.” “Fox -destacó a continuación- está sangrando por la herida”, en alusión al fracaso que sufrió el mandatario mexicano en la Cumbre Presidencial de las Américas, al no poder imponer el tema del Alca, y que, para completar su frustración, su intervención como peón de Washington, propició la aceleración de la muerte del proyecto que Fox, en sus fantasiosas visiones, aún sueña que “sigue vivito y coleando.” “¡Que triste, -indicó mas adelante Chávez- que un presidente de un país como el pueblo mexicano se preste a ser un “Cachorro del Imperio”, y esa expresión, ha quedado para siempre como sinónimo de entrega y sumisión, especie de marca impresa por un hierro candente, que se coloca en la frente de los vende-patrias que, como Fox rinden culto de adoración al Imperio y a los modelos que este impuso en el planeta con sus injerencias, guerras e invasiones, y que hoy han fracasado, para dar paso a un mundo posible, donde prevalezca el amor, la paz y la solidaridad. Pero esta vez, la respuesta presidencial a la más reciente ofensa de Fox fue distinta. El mandatario guardó silencio, sanción moral con que suele castigarse a las criaturas que desde el cieno donde se arrastran cual reptiles, pretenden en vano elevarse a las alturas para alcanzar con el veneno del odio y la envidia a quienes como Chávez, vuelan muy alto en alas del éxito y del amor de su pueblo, por lo que el Comandante, con el proverbio latino atribuido a Julio César en mente, pensó: “Aquila non capit muscas”. “Águila no caza moscas.”

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