sábado, 20 de diciembre de 2008

La reelección es una opción global y popular.


Marcos Medina


La propuesta que se plantea en nuestro país no es una improvisación, en Europa y Asia esta posibilidad electoral es común en naciones con modelos republicanos y monárquicos que delegan la conducción del Estado en Presidentes, Primeros Ministros y Reyes, que muchas veces no son elegidos por el pueblo. Mantenerse al frente del gobierno de un país de manera prolongada, para garantizar la continuidad y concreción de procesos históricos fundamentales, responde a la convergencia de una visión futurista de quien se postula para hacerlo y de la voluntad popular que se lo permite. Pero en nuestro país los medios de comunicación privados, partidos de oposición y personalidades, contrarias al proyecto político del presidente Chávez han querido presentar la enmienda constitucional, que propone la reelección, como una arbitrariedad jurídica. Además, con el tratamiento mediático que le han dado a la propuesta presidencial procuran generar la percepción de que el Presidente de la República intenta perpetuarse en el poder mediante la reelección. En otras partes del mundo es normal que los Jefes de Estado se postulen y gobiernen varios períodos consecutivos. Tal es el caso de la Unión Europea, donde se contabilizan 27 miembros con procesos de reelección presidencial, 10 limitadas y 17 continuas. No por ello se les considera sometidas por gobiernos autoritarios o dictatoriales. La diferencia conceptual entre las dos formas radica en que en la reelección los Presidentes o Primeros Ministros no poseen límite constitucional, lo que les permite postularse tantas veces como deseen ser reelegidos. Mientras que en la reelección limitada los gobernantes de la Unión Europea pueden ser reelectos sólo para un segundo mandato consecutivo, como ocurre en Venezuela. Ejemplos de estos procesos avalados en varias Cartas Magnas, son los casos de países como Francia, donde el Jefe de Estado, podía ser reelegido indefinidamente, antes de los cambios constitucionales impulsados por el actual presidente de esa nación, Nicolas Sarkozy, quien logró en julio de este año limitar a dos el número de mandatos. En el país galo Jaques Chirac constituye una referencia histórica en materia de reelecciones. Gobernó durante dos períodos consecutivos, uno de 7 años y otro de 5 años, retirándose de su magistratura, por decisión propia, a pesar de que la Constitución le permitía mantenerse durante el tiempo que él quisiera postularse. Otra nación del llamado primer mundo, el Reino Unido, permite que el Primer Ministro cuente con la opción de permanecer en su cargo de manera indefinida. Una referencia cercana en el tiempo es Tony Blair, quien se mantuvo en ese cargo durante 10 años. Comenzó su mandato el 2 de mayo de 1997 y fue reelecto en junio de 2001 y en mayo de 2005, logrando gobernar a esta nación durante tres períodos seguidos. En los países europeos como Alemania, Portugal, Eslovaquia, Chipre, Eslovenia, Grecia y Letonia, la acción se repite, su Primer Mandatario puede ser reelegido si así lo avalan las mayorías. En Bélgica, Dinamarca, Luxemburgo, Países Bajos y Suecia rigen sistemas de Monarquía Constitucional (el Rey o Reina asumen la Jefatura del Estado), que incluye la figura de Primer Ministro, como en España, que tiene la figura de Presidente del Gobierno, que se elige cada 4 años de manera continua, y, además, hay un Jefe de Estado que es el Rey, quien no tiene límites en el ejercicio del poder, dada su investidura. El Rey de España no puede ser juzgado por los tribunales de este país, su cargo es hereditario y, en algunas ocasiones, el Jefe de Gobierno debe consultarle para la toma de ciertas decisiones. Indudablemente que en una revisión como esta no se puede dejar por fuera a Estados Unidos, nación donde existió la reelección sucesiva hasta 1947, fecha en la cual la Constitución estadounidense fue sometida a una enmienda que limitó a dos la cantidad de mandatos sucesivos que puede ejercer un Presidente. Antes de ese cambio Franklin Delano Roosevelt resultó electo presidente para cuatro períodos continuos, entre 1932 y 1945. Cabe aclarar que el último de esos mandatos no se pudo realizar por la muerte de Roosevelt en abril de 1945. En contraposición a la reelección presidencial limitada, en una gran cantidad de estados de esa nación los gobernadores pueden ser reelectos de manera sucesiva. Se pueden citar los siguientes casos: Connecticut, Idaho, Illinois, Iowa, Massachussets, Minnesota, Nueva York, Dakota del Norte, Texas, Utah, Washington, Wisconsin, New Hampshire y Vermont. Entonces, ¿A qué llegamos? Ante este panorama es pertinente preguntarse ¿Por qué los medios de comunicación y organizaciones que velan por los Derechos Humanos no arremeten contra la reelección inmediata en estas naciones, como ocurre en Venezuela? Se puede apreciar que en países desarrollados, etiquetados como “grandes democracias”, la postulación a períodos consecutivos a la Jefatura del Estado o del Gobierno no ha generado campañas mediáticas, como la que se está viendo en nuestro país. La razón es sencilla: la reelección presidencial es un hecho global y popular en una gran parte del mundo.

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