jueves, 9 de octubre de 2008

El lado oscuro de la fuerza, o debemos decir, de la conexión global.

Magaly Acosta Oviedo

Sí, la globalización, de la que sólo se conocían o promocionaban sus rasgos positivos, revela hoy, con un sistema financiero mundial resquebrajándose, que tiene su lado oscuro. Y es que ese modelo multilateral “ya no funciona”, no sirve, hay que buscarse otro. Las palabras en negritas no fueron pronunciadas por un “resentido” de “izquierda trasnochada” como suelen referirse los economistas o los que ensalzan el neoliberalismo, a quienes adversan el modelo hegemónico. No. Fueron dichas nada menos que por Robert Zoellick, presidente del Banco mundial, el pasado mes de septiembre.De ahí todo ese nerviosismo, amenazas de estampidas, bancos quebrando, bolsas fluctuando, casi siempre decreciendo. Volviéndose los gerentes de grandes empresas y bancos hacia el Papá Estado, cual malcriados adolescentes, para que les resuelva los problemas que ellos mismos crearon. Ni los pañitos calientes del inepto gobierno norteamericano, los millones de dólares de los contribuyentes, servirán. Y es que resulta que lo que actualmente viven las economías del planeta ha convertido la realidad en un espacio para lo impensado, donde las cosas irregulares son la regla, y las cosas regulares, pasaron en cambio, a convertirse en imposibles. No. El mercado ya no se regula solito.Nada vuelve a ser como antes. Dicen. Así que lo que se vislumbra en el horizonte es una disminución del comercio, de los flujos de capital de las remesas y la inversión interna. Serán las naciones más interconectadas, aquellas que firmaron los TLC, creyendo que, amarrándose al carro de la economía norteamericana, obtendrían parte de las riquezas, las que, en cambio, sufrirán los embates. Y pensar que todo comenzó con la crisis de los créditos inmobiliarios estadounidenses, a lo que se sumó la creciente alza en los precios del petróleo y demás materias primas provenientes, en su gran mayoría, de nuestros países.Si he de ser franca, por momentos dudo que esta mentada crisis, sea tal. Teorías conspirativas mediante, no será ese otro plan perverso de Bush, los neocons, el sionismo, las trasnacionales de los medios de comunicación, etc., para reducir los precios de los recursos estratégicos que provienen de nuestros países? Para adueñárselos de una vez por todas? No les costó inventar “armas de destrucción masiva” para justificar la invasión a Irak y el genocidio que han venido cometiendo todos estos años, tienen todos los medios de comunicación a su disposición para transformar la opinión pública que no es muy exigente que digamos y suele creer todo lo que aparezca en la pantalla del televisor.Y es que además, países como Venezuela, Bolivia, Brasil o Argentina, han tenido la ocurrencia de ser independientes en su política económica y, más importante aún, dueños de sus riquezas. Por otra parte, las amenazas a Irán no logran cuajar, porque ni al presidente Ahmadineyad ni a su gobierno le hacen cosquillas las bravatas histéricas del gobierno israelí o de Bush, que, en la práctica, vienen a ser lo mismo, el uno, prolongación del otro.Las guerras por los recursos naturales, después de todo, no han resultado como la planearon. En todo eso pienso mientras oigo hablar de “desaceleración del crecimiento”, ese eufemismo tan caro a los economistas para no decir, derechamente, que lo que viene es un estancamiento, cuando no un retroceso en las economías de los países emergentes.Así que después de todo, la globalización tenía su lado oscuro. Definitivamente, la fuerza no está con ellos, al menos, no para siempre. Por fortuna.
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