lunes, 6 de octubre de 2008

Oposición de maletín.

Pablo Siris Seade

Hace semanas se inició la campaña hacia las elecciones regionales del 23 de noviembre, pero la derecha venezolana -que tan anticipadamente había lanzado candidatos y precandidatos al ruedo- parece no haberse enterado de esta etapa clave.

La oposición ha preferido centrar la campaña electoral en el “caso del maletín”, apostando con descaro a que su trabajo político lo hagan en Miami, el fiscal y la juez de la causa que se sigue contra Franklin Durán.

Una comedia de enredos

Todo lo sucedido alrededor del “caso del maletín” pareciera un buen guión para una de las tantas comedias de situaciones que han ganado popularidad en la TV.

Tiene espionaje (?), chicas bellas, desnudos, maletines que aparecen y desaparecen, un juicio en el que un fiscal se pasea por la sala mientras se interroga al testigo “clave”, una jueza con cara de mala, y mientras tanto, todo sale mal.

El ahora testigo Antonini, pasó de presumible contrabandista y lavador de dinero a “pieza clave” para una supuesta operación de espionaje venezolano en Estados Unidos, que es finalmente lo investigado por el tribunal de Miami que lleva el caso.

Los relatos de Antonini ayudan a crear el clima para que esta sit-com tenga éxito: un intento de conversación en un avión sacudido por turbulencias, una maleta que “no es de nadie” y de la que Antonini se hace cargo por pretender ser “galante” con una mujer hermosa, Victoria Bereziuk, que -aparentemente- al estilo de Mata Hari lo seducía para ganarse su confianza.

Una vez descubierto el contenido de la maleta, (siempre según Antonini), él y otro de los presuntos implicados iban sacando fajos de billetes de la maleta como para llevarse un “souvenir”, en una escena digna de Abott y Costello.

La escultural mujer policía que descubriera la maleta con los casi 800 mil dólares, María del Luján Telpuk, a los pocos días del suceso renunció a su cargo como policía aeronáutica y se convirtió en modelo erótica que -en la mayoría de las revistas en las que ha aparecido- oculta su desnudez tras maletas.

Luego, Antonini como por arte de magia se convierte en agente encubierto del FBI: graba conversaciones, fragua cartas, y es protegido por “los federales”. Mejor que Elliot Ness y sus Intocables.

Si 800 mil dólares le parecía poca plata para tanto escándalo, no se preocupe. El guión prevé ahora aumentar el monto a cinco millones, lo cual es -sin duda- una cifra bastante más respetable.

Vendrán más testimonios “escalofriantes”, sin duda. A prepararse.

Lo que se juzga en Miami

Quizás para comprender qué es lo que se ventila en los tribunales de Miami, hay que explicar primero qué es lo que no se está juzgando ni le interesa dilucidar a la justicia norteamericana.

No se está juzgando el intento de introducción de los 800 mil dólares a territorio argentino, ni el destino de los fondos.

No se está juzgando la propiedad u origen de este dinero.

No se está juzgando la violación a la normativa cambiaria venezolana, que prohibía para ese momento la extracción sin declarar de divisas por montos superiores a los diez mil dólares por persona por año.

¿Qué es lo que se juzga, entonces? Lo que está en cuestión es la supuesta condición de “agente no registrado de un gobierno extranjero” de Franklin Durán.

Además de Durán, los venezolanos Moisés Maiónica y Carlos Kauffman y el uruguayo Rodolfo Wanseele han sido acusados del mismo delito, que habrían reconocido a cambio de una reducción significativa de la pena o su sobreseimiento a cambio de otras informaciones.

¿Es que son espías “chavistas” en Estados Unidos? Tampoco, pero Antonini dice que esas personas le dieron mensajes de parte del Gobierno venezolano, y como Antonini vive en Miami, el fiscal asume que son agentes “no registrados” en ese país.

Oposición al garete

Pareciera que los sectores opositores -antes que preocupados por recuperar espacios de poder en las regiones- estuvieran más bien esperando qué tanto daño le puede hacer a Chávez y a los candidatos auspiciados por éste, o qué tanto se puede desviar el debate electoral, con el “caso del maletín”.

Pese al ampliamente promocionado “acuerdo unitario” del 23 de enero de este año, presentó más de 180 candidatos para 22 gobernaciones en disputa, y miles de candidatos a ser alcalde de tan sólo 326 municipios.

Pareciera que no ha logrado construir un proyecto político más allá de “salir de Chávez” y tampoco ha logrado consolidar mínimas estructuras unitarias que le permita desarrollar una campaña electoral coordinada.

Para dificultar más aún las cosas, la “oposición mediática” -que es la más fuerte- le da la espalda a la vía electoral y estaría comprometida nuevamente en un intento de golpe de Estado y magnicidio.

Faltos de rumbos e ideas, su única esperanza parecen ser las “operaciones sucias” que se pueden fraguar contra Venezuela y su Gobierno desde el norte americano.

Luego, acusarán de su derrota a Antonini.

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