
La segunda vuelta en el Estado Plurinacional de Bolivia fue convocada para este 19 de octubre.
Perfil de los candidatos para la segunda vuelta
La segunda vuelta en el Estado Plurinacional de Bolivia fue convocada para este 19 de octubre. Llegaron al balotaje Rodrigo Paz por el Partido Demócrata Cristiano (PDC) y Jorge “Tuto” Quiroga por la Alianza LIBRE. Ambas opciones son de derecha o ultraderecha.
Rodrigo Paz tiene 58 años y es hijo de Jaime Paz Zamora, quien fue líder del MIR y presidente entre 1989 y 1993. El candidato presidencial del PDC se formó en Economía y Relaciones Internacionales en la American University de Washington; posteriormente, hizo una maestría en Gestión Política. La carrera política de Paz inició como diputado nacional por Tarija en 2002, luego entre 2010 y 2020 fue concejal y alcalde de la ciudad capital de este departamento. En las elecciones de 2020 fue electo senador nacional por Comunidad Ciudadana (alianza que postuló a Carlos Mesa), cargo que desempeñó durante el periodo constitucional que concluye este noviembre. Proviene de una familia de clase media. Su discurso es socialdemócrata en lo político y social, pero más hacia la derecha en lo económico, además de claramente conservador en temas como los derechos de las mujeres y población LGBTI.
El candidato a vicepresidente del PDC es Edman Lara, quien llegó a ser capitán de la Policía boliviana, pero luego de casi 15 años de carrera policial, fue dado de baja en enero de 2024 producto de un proceso interno por acusaciones de corrupción en contra de mandos superiores. Ese mismo año se graduó como licenciado en Derecho en la Universidad Unión Bolivariana de La Paz. Sin experiencia previa en política, se posicionó con la bandera de lucha contra la corrupción inicialmente al interior de la Policía y luego amplió sus denuncias a otros espacios del Estado, como el ámbito judicial. La caracterización a la que mejor se ajusta es populista de derecha. Su principal nexo con la población fueron las redes sociales: Tik-Tok lo hizo conocido entre los sectores populares. Hace al menos dos años empezó a sonar entre la gente el nombre de Edman Lara; así, mientras la interna del MAS sembraba su destrucción, este expolicía iba creciendo subterráneamente.
Es la primera vez que en Bolivia gana un binomio un proceso electoral sin un solo spot televisivo. Los rieles por los que corrió la campaña de esta dupla, que obtuvo el 32% de los votos válidos en la primera vuelta, fueron las redes sociales y la campaña por tierra. Las encuestas presentadas antes de la primera vuelta les daban entre 3% y 8%.
Sus principales propuestas de campaña fueron “Capitalismo para todos” como modelo económico, distribución 50/50 de los recursos económicos entre Gobierno nacional y gobiernos subnacionales para el financiamiento de salud y educación y acabar con el “Estado tranca” para hacer más eficiente, agilizar y transparentar la gestión gubernamental.
Jorge Quiroga tiene 65 años, estudio Ingeniería industrial en la Universidad de Texas A&M y luego una maestría en Administración de empresas en la Univeridad St. Edwards, también en Texas. Fue militante de Acción Democrática Nacionalista (ADN). Fue subsecretario de Inversión Pública y Cooperación Internacional en 1989, en 1992 ascendió a ministro de Finanzas, desempeñó estos cargos durante el Gobierno del padre de su contrincante, Jaime Paz. Luego, en 1997 fue electo como vicepresidente junto al exdictador Hugo Banzer Suárez y lo reemplazó como presidente en 2001 durante un año. Su Gobierno se caracterizó por privatizaciones, incentivos a la inversión extranjera y represión violenta para la erradicación de sembradíos de coca en Chapare. Su compañero de fórmula es Juan Pablo Velazco, un empresario cruceño del sector tecnológico de 37 años de edad, sin experiencia previa en el campo político. Su padre fue procesado por la quiebra del Banco Fassil, uno de los bancos más grandes del país, que afectó a miles de ahorristas.
Sus principales propuestas de campaña son: “revolución propietaria” en la que cada boliviano mayor de 18 años reciba un título valor de USD 1.500 de empresas estatales, creación de un fondo de estabilización económica mediante préstamos de hasta USD 12.000 millones del Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y otras fuentes, autonomía total para descentralizar salud, educación y seguridad transfiriendo paulatinamente competencias a los niveles subnacionales.
Distribución territorial del voto de las fuerzas políticas que llegaron a segunda vuelta
El PDC ganó de manera contundente en cuatro departamentos del occidente del país: La Paz, Oruro, Potosí, Chuquisaca. Indudablemente, su bastión es el Departamento de La Paz, donde obtuvo más del 40% del total de votos. La población que les apoyó es más rural y de zonas periurbanas.
En el caso de LIBRE, sólo ganó en dos de los nueve departamentos del país: Santa Cruz y Pando. El voto que le permitió llegar a segunda vuelta fue el de Santa Cruz, representando más del 40% de sus apoyos. Su voto es más bien urbano de ciudades capitales de departamento.
UNIDAD, liderado por Samuel Doria Medina, ganó en dos departamentos: Tarija y Beni. En el Departamento de Cochabamba, el voto nulo conquistó a la mayoría de la ciudadanía, con un segundo lugar en virtual empate entre LIBRE y PDC.
Del total de 7.936.515 ciudadanos inscritos en el padrón electoral, sólo el 39,6% de los votos se concentró en las dos fuerzas que pasaron a la segunda vuelta y 4.788.907 votaron por alguna otra fuerza política, nulo o blanco. Es decir que más del 60% de la población boliviana debe hacer borrón y cuenta nueva para tomar una decisión este 19 de octubre.
La futura gobernabilidad
Existen muchos factores que determinarán la gobernabilidad del próximo Gobierno en Bolivia. Sin embargo, analizamos dos de los principales: la gobernabilidad en el Parlamento y la gobernabilidad en la calle.
- Conformación de la Asamblea legislativa Plurinacional
El resultado de la primera vuelta electoral dejó la siguiente conformación en la Asamblea Legistativa Plurinacional:

Según los reglamentos de las cámaras de Diputados y Senadores, se requieren la siguiente cantidad de votos para lograr mayoría absoluta y dos tercios:

Según la normativa vigente, se requiere mayoría absoluta para la aprobación de leyes en cada una de las cámaras y dos tercios para el inicio del proceso de modificación parcial de la Constitución Política del Estado, además de Referéndum aprobatorio. Ninguno de los partidos por sí mismo tiene ni si quiera la mayoría absoluta, en ninguna de las cámaras. En el Senado, PDC podría aliarse con UNIDAD y APB-SÚMATE para la mayoría absoluta y los dos tercios. Sin embargo, en Diputados con esa alianza el PDC solamente lograría mayoría absoluta, pero no los dos tercios. En el caso de LIBRE, en la Cámara de Senadores lograría sólo mayoría absoluta al aliarse con UNIDAD y APB-SÚMATE, para lograr los dos tercios requeriría del apoyo de PDC y algo similar le sucedería en Diputados. Los dos tercios necesarios para modificaciones parciales de la CPE podrían darse con un acuerdo que involucre a las cuatro bancadas de derecha, o con un acuerdo entre la primera y segunda minoría. Por otra parte, este panorama nos muestra que si Tuto Quiroga ganara la segunda vuelta, sería más dependiente de PDC que lo que sería Rodrigo Paz de LIBRE si ganara la Presidencia. Finalmente, sumando los parlamentarios de Alianza Popular y del MAS, no se logra el tercio necesario para garantizar un freno a las pretensiones reformistas de la derecha y ultraderecha en la Asamblea Legislativa Plurinacional.
La calle
La posibilidad que se abrió para la transformación del Estado y la sociedad durante los gobiernos del MAS tuvo directa relación con una acumulación de fuerzas de los sectores populares en la lucha contra el modelo neoliberal, que los empobreció y generó una crisis de Estado cuyo desenlace estuvo marcado por la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada en octubre de 2003.
La conformación de un bloque popular liderado por las organizaciones sociales campesinas e indígenas marcó el ritmo de todo ese periodo. No obstante, el Gobierno de Luis Arce -a partir del segundo año- estuvo marcado por la división de las organizaciones sociales mediante la prebendalización de sus dirigencias principalmente nacionales, además de una sistemática criminalización de la movilización social y judicialización de más de 300 dirigentes campesinos e indígenas, detenidos en este tiempo. El Gobierno de Arce instrumentalizó al Órgano Judicial, el Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo Electoral para impedir la participación de Evo Morales en las elecciones generales y se apropió de la sigla, imponiendo la candidatura de su exministro de Gobierno, Eduardo del Castillo. Las organizaciones sociales que respaldaban a Morales como candidato a la Presidencia decidieron votar nulo, porque leyeron que era la forma de denunciar un sistema electoral que los dejaba fuera de los mecanismos de la democracia representativa.
Tomará algún tiempo la reunificación de las organizaciones del bloque popular, aunque ya se están llevando a cabo congresos nacionales en búsqueda de la unidad, por ejemplo que realizó la Central Obrera Boliviana entre el 6 y el 10 de octubre. En este evento nacional se elegirá un nuevo Comité Ejecutivo de la organización matriz de los trabajadores. Asimismo, la CSUTCB (Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos) ha convocado a Congreso Nacional Ordinario los días 24, 25 y 26 de octubre en la ciudad de Cochabamba. La reunificación del bloque popular marcará en gran medida la capacidad que tenga el pueblo boliviano de resistir al ajuste anunciado por ambos candidatos a la Presidencia, con matices en las formas y los tiempos.
Se está constituyendo la agenda de resistencia en torno a algunos temas centrales: la defensa del Estado Plurinacional y la Constitución Política del Estado, la defensa de los derechos conquistados por los diferentes sectores de la sociedad en los años de gobierno del MAS y la resistencia a las intenciones reprivatizadoras de los futuros gobernantes. Sin embargo, pareciera que el rápido deterioro de la economía familiar será lo que marque el ritmo de las futuras movilizaciones sociales.
A quienes anuncian la desaparición definitiva del bloque popular que llevó a Evo Morales y al MAS al Gobierno debemos pedirles que sean más meticulosos en la lectura de los resultados electorales. La sumatoria de los votos del voto nulo, Alianza Popular y el MAS es de 1.996.938 votos obtenidos tanto a nivel nacional y en el exterior. Este resultado hubiera colocado de nuevo a este bloque como primera fuerza en el país, con algo más de 279 mil votos por encima del ganador de la primera vuelta y más de 566 mil votos por encima del segundo. Claramente, hay una población que no está de acuerdo con volver al pasado neoliberal y que tendrá una nueva oportunidad de expresarse en las urnas en las elecciones subnacionales en marzo de 2026 y en las calles, si es que le hacen pagar los ajustes a los más pobres.



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