El presidente Nicolás Maduro, en el marco de una transformación jurídico-política, plantea la necesidad de pasar del Estado burgués al Estado comunal. Justamente, ese cambio cualitativo, básicamente, socio-cultural y pedagógico implica, necesariamente, una revolución epistemológica.
Imre Lakatos, eminente filósofo de la ciencia, expuso que las discusiones de carácter teórico-epistemológicas no tratan de un asunto de salón entre pares académicos sino de una cuestión eminentemente política.
Por lo tanto, los substratos epistémicos neopositivista, sistémico, psicologista y relativista deben “saltar por los aires” junto con sus correlatos teóricos de carácter hermenéutico que anulan por completo las contradicciones esenciales de la lucha de clases en todas sus expresiones tanto en el marco geopolítico y económico como en el campo de la ideas y la cultura.
Revisar algunas premisas en torno al socialismo del siglo XXI, por lo tanto, consiste en una tarea impostergable. Entre tantas propuestas, es de sumo importante debatir con las de Ramón Grosfoguel.
Muchas son las premisas anti-marxistas sugeridas por este autor, si bien cabe destacar la siguiente: “El socialismo del siglo XX fue un proyecto político de izquierda con una epistemología de derecha. Esto tuvo como resultado un diseño global/imperial que desde una sola epistemología…el marxismo eurocentrado, se pretendía dar solución a los problemas de la humanidad”.
La referida cita de carácter “tremendista” anula por completo las luchas y los estudios realizados por marxistas nuestroamericanos y venezolanos que intentaron, fuera de toda concepción universalista, en primer término, comprender el rasgo estructural –que es político– del antidesarrollo impuesto por el desarrollismo anglocéntrico y, en segundo lugar, descubrir y liquidar los valores del coloniaje español y de las transnacionales gringas y europeas a través de procesos políticos y culturales descolonizadores.
La praxis revolucionaria marxista nuestroamericana no fue de carácter “singular”, un calco y copia de procesos foráneos y de manuales cosificadores, creerlo así es de “mala fe” y tiene un trasfondo político: desaparecer la memoria histórica de hombres y mujeres que lucharon, genuinamente, a favor de la autodeterminación de los pueblos, como, por ejemplo, los aportes precursores de Hostos desdeñados por Grosfoguel.
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