Yosmira Suárez
¡Dichoso el Ciudadano que bajo el escudo de las armas de su mando ha convocado la Soberanía Nacional, para que ejerza su voluntad absoluta!
Discurso pronunciado por Simón Bolívar ante el Congreso de Venezuela en Angostura, 15 defebrero de 1819.
Nada es tan conforme con las doctrinas populares como el consultar a la Nación en masa sobre los puntos capitales en que se fundan los Estados, las leyes fundamentales y el Magistrado Supremo. Todos los particulares están sujetos al error o a la seducción, pero no así el pueblo, que posee en grado eminente la conciencia de su bien y la medida de su independencia. De ese modo su juicio es puro, su voluntad fuerte y, por consiguiente, nadie puede corromperlo ni menos intimidarlo. Yo tengo pruebas irrefragables del tino del pueblo en las grandes resoluciones, y por eso es que siempre he preferido sus opiniones a las de los sabios.
Carta del Libertador Simón Bolívar.
Carta enviada a los 52 diputados del Congreso del Perú, el 27 de abril de 1826.
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De común acuerdo con Enrique Dussel, el poder político ejercido por representación es un ejercicio delegado. La comunidad política no renuncia ni entrega su poder, esto sería entregar su voluntad de vida, su deseo de permanecer en la vida por lo que la representación se hace a través de la delegación y un ejercicio obediencial, porque obedece a la comunidad política (potencia) que es la fuente soberana del poder.
En este sentido, al pretender hacer un abordaje en torno al tema de la concepción que, sobre el poder y su ejercicio, tenía el Comandante Hugo Chávez, en su más sublime expresión bolivariana: "…dichoso el ciudadano que bajo el escudo de las armas de su mando ha convocado la Soberanía Nacional para que ejerza su voluntad absoluta", caracterizando con ello una praxis política que según el poder se constituye en una herramienta para que la soberanía popular se ejerza de manera concreta, de manera directa.
Recordemos que en el año 1998, Chávez nos llamó a transitar por el camino constituyente como la vía para refundar la política, y nos cumplió; siendo lo primero que hace al asumir el gobierno, firmar un decreto a través del cual nos convocó a los venezolanos y a las venezolanas a decidir si queríamos transitar ese proceso constituyente, el proceso de construcción de una Patria nueva, de la Quinta República. Y dos meses después, la inmensa mayoría de los venezolanos y las venezolanas aprobamos transitar el camino constituyente (hoy mas activo y vigente que nunca), le dijimos sí a la refundación de la Patria, y con ello unos meses después, exactamente el 15 de diciembre del año 1999, aprobamos un nuevo texto constitucional. Luego de esta acción, el Comandante Chávez se convirtió en el principal difusor del nuevo texto constitucional; en primer lugar, porque tenía plena conciencia de que en la medida en que los venezolanos y las venezolanas conociéramos en detalle lo previsto en la Consitución, en esa misma medida nosotros la respetaríamos, cumpliríamos con lo allí previsto; vale decir, comprenderíamos cuales son nuestros deberes como ciudadanos y ciudadanas.
Pero no conforme con ello, el Comandante Chávez tenía plena conciencia de que en la medida que el pueblo venezolano conociera en detalle los preceptos de la Constitución Bolivariana, (conocidos como las bases fundacionales de la V República), en esa misma medida los venezolanos y las venezolanas tendríamos presente cuáles son nuestros derechos y, por consiguiente, tendríamos elementos para exigir a nuestros gobernantes cumplir lo previsto en la nueva Carta Magna. Bajo esta perspectiva, el Comandante Chávez también comprendía que en la medida de que nosotros entendiéramos en detalle lo que estaba previsto en la Constitución, el modelo político que está dibujado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en esa misma medida nosotros como pueblo comprenderíamos que nuestra participación activa es fundamental para desplazar la praxis del ejercicio de poder, que inspiraba a la IV República, comprendiendo que a los venezolanos y las venezolanas de ayer y de hoy, se nos estaba asignado un rol protagónico para avanzar en el objetivo estratégico de refundar la República, bajo un modelo político que está soportado en la democracia participativa y protagónica.
Este nuevo modelo de democracia participativa y protagónica lo encontramos plenamente dibujado en nuestra Constitución desde su preámbulo, en el que se refiere como fin supremo del proceso de refundación de la República: "…establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia, federal y descentralizado…"; pero también lo encontramos en su Artículo 2, en el que se definen como valores superiores del ordenamiento jurídico y de la actuación del Estado venezolano, entre otros, la igualdad, la democracia y la responsabilidad social.
No obstante, y sin temor a equivocarme desde mi punto de vista, uno de los artículos que mejor expresa el cambio de paradigma que se da con respecto al modelo anterior, es el Artículo 5 de la nueva Carta Magna, en el cual se define que: "la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el sufragio, por los órganos que ejercen el Poder Público"; y más adelante se señala que: "los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos".
Se nos da entonces un cambio sustancial en el camino de la refundación de la Patria de la mano con el quehacer del pueblo, y a partir de la promulgación de la nueva Constitución se inicia un intenso esfuerzo por avanzar en su organización. Recordemos como comenzaron a organizarse las Mesas Técnicas de Agua, las Mesas Técnicas de Energía y los Comité de Tierra y, a medida que la Revolución iba madurando, aparecieron nuevas formas organizativas, algunas de las cuales conocemos y se mantienen hoy día: los Círculos Bolivarianos, los Consejos Comunales y las Comunas, que el Comandante Chávez llegó a definir como un elemento fundamental de la democracia revolucionaria, de la democracia popular; esa democracia participativa y protagónica a la que he hecho mención.
Este esfuerzo organizativo, ha venido acompañado a lo largo de estos años de un intenso accionar de la Revolución Bolivariana, por generar como punta de lanza el andamiaje jurídico que soporte e impulse la organización del Poder Popular. A la fecha, han sido creados, promulgados y reformados un conjunto de instrumentos legales que se orientan en este sentido: la Ley Orgánica de los Consejos Comunales, la Ley Orgánica del Poder Popular, la Ley Orgánica de las Comunas, la Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal, la Ley Orgánica de la Contraloría Social y la Ley Orgánica de Participación Ciudadana; siendo estos algunos ejemplos claros de la vocación del Gobierno Bolivariano por propiciar la participación activa del pueblo en la gestión de lo público.
También, lo han sido la Ley Orgánica de la Planificación Pública y Popular, la Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno y la Ley Orgánica para la Gestión Comunitaria de Competencias, Servicios y Otras Atribuciones; a partir de las cuales se formaliza la incorporación del pueblo organizado en todas las fases del hecho planificador, al mismo tiempo que se refuerza el rol de este en la gestión pública local. De manera que hoy, a pesar de las dificultades que puedan existir y de las innmerables circunstancias en las que aún tengamos que avanzar, nuestro pueblo está organizado y ha asumido, entre otras tareas, la construcción de sus viviendas en el marco de la Gran Misión Vivienda Venezuela; y, más allá de la construcción de viviendas, la construcción del quehacer comunitario.
Hoy, multiplicados por miles los voceros y las voceras del Poder Popular se han sumado al gran esfuerzo de construir un nuevo modelo productivo que supere el rentismo petrolero, y que coloque en un lugar preponderante a la economía comunal, a la economía popular. Hay un esfuerzo además de los voceros y las voceras del Poder Popular para combatir las diferentes expresiones de la guerra económica que ha emprendido la burguesía en contra del pueblo venezolano, acción que ha permitido superar el acaparamiento, la usura, la especulación y el boicot.
Es en este devenir histórico, cargado de todas estas prácticas por parte de la revolución que está presente el Poder Popular junto a su gobierno; un gobierno que desde la perspectiva y visión estratégica del Comandante Hugo Chávez permanece junto al pueblo, escuchándolo, obedeciéndolo. Ello supone una característica muy importante de la concepción que el Comandante Chávez tenía acerca del ejercicio del poder: el poder obediencial; vale decir, el ejercicio del poder obedeciendo el mandato del pueblo, que termina siendo bajo esta concepción el depositario del poder político, de la soberanía política a la que he hecho mención antes.
Hoy, 25 años despues ese pueblo que pudo y puede, organizado en las distintas expresiones del Poder Popular que se conocen (comunitarias, estudiantiles, de mujeres, de trabajadores y trabajadores, de adultos mayores, de afrodescendientes, de la sexodiversidad, de militares, cultores e intelectuales, entre otras tantas), está en sus comunidades haciendo revolución, defendiendo la Revolución, transitando por el camino de la refundación de la Patria y, en esa misma medida, defendiendo el legado del Comandante Hugo Chávez.
De manera tal, vemos como en Bolívar y en Chávez está presente ese elemento clave de la concepción chavista del poder, de la concepción chavista del ejercicio del poder político; un elemento clave, regla de oro de la democracia popular, de la democracia revolucionaria, de la democracia participativa y protagónica, de la democracia que hemos venido construyendo en ese camino iniciado en el año 1999 a partir de la promulgación de la Constitución Bolivariana. Ese camino es el de la refundación de la República, el de la construcción de la Patria nueva, soportada en la participación protagónica de nuestro pueblo, en la construcción del poder obedencial en el seno de nuestro pueblo venezolano. Este es el elemento más significativo que caracteriza la nueva institucionalidad nacida en el país al calor de la Revolución Bolivariana.
Para finalizar, siguiendo al Comanadante Hugo Chávez en el Libro Azul: ".. a la política corresponde la definición de metas y propósitos de la sociedad. Al Gobierno corresponde la formulación de políticas, es decir, la toma de decisiones que afectan a la sociedad. Por tanto, el sistema de gobierno debe contar con los mecanismos, los cauces, los organismos y los procedimientos para permitir a las mayorías nacionales ejercer control, participar y protagonizar el proceso de toma de decisiones políticas. Y no solamente a las mayorías; sino, de la misma forma, a las minorías, lo cual precisamente constituye un rasgo inseparablede la sociedad democrática". Aqui radica y radicará el éxito del la Revolución Bolivariana, propuesta por el invícto Comandante Hugo Chávez.
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