lunes, 25 de abril de 2016

¿Corte racional?

MERCEDES CHACÍN / LETRA DESATADA
Alguna vez un asesor español que trabajaba en la “reingeniería” del diario Ultimas Noticias (2001) dijo algo que me sorprendió. Fue más o menos esto: La principal fuente de noticias para cualquier periodista es el Estado y no precisamente para dar noticias malas, sino para las noticias buenas, porque sus decisiones agradan y molestan pero siempre nos interesan. El periodismo es ante todo un servicio público.
Años más tarde nos tocó participar en la fundación de Ciudad CCS, aunque su director Felipe Saldivia afirma no sin cierta sorna que no estuve en el “grupo originario” convocado para esa tarea por el alcalde Jorge Rodríguez, quien precisamente argumenta que el diario del cual es editor es un servicio público para las y los habitantes de la capital.
Para nadie son secretos los problemas que hemos tenido en los últimos quince años para “comunicar la gestión del Estado”. El presidente Chávez afirmaba que las actividades del Gobierno eran “secretas” y siempre conminó al Poder Ejecutivo a difundirlas.
Esto viene a cuento por, específicamente, el anuncio hecho por el ministro del Poder Popular para la Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, sobre el racionamiento del agua en la capital de la República. Los hechos indican que no se planificó adecuadamente la forma de comunicar al país oficialmente la más evidente consecuencia del fenómeno de El Niño: la ausencia total de lluvias y como consecuencia los cortes del servicio.
¿Y por qué lo decimos? Porque en el imaginario y en la racionalidad de la gente puede quedar esta horrible conclusión: que el Gobierno supo que había problemas con la energía hidroléctrica cuando constató que al ministro Motta le llegaba el agua del Guri a los tobillos, literalmente. La información no fue, entonces, oportuna.
Y creemos que no fue oportuna porque mucha gente sabe en el interior de la República que hay racionamiento, ya que lo sufre desde hace meses. Pero no se les informó por qué eso tenía que ser así. Al igual que en Caracas, se sabe hace varios meses que hay problemas con los embalses que suministran agua por la misma razón climática.
Cuando se anuncia la medida inusual de “programar” los cortes del servicio eléctrico en Caracas para horas más tarde decir lo contrario, nos hace inferir una inadecuada planificación. Y, otra vez, en el imaginario y en la racionalidad de caraqueños y caraqueñas queda una idea: que el Gobierno no sabía que en Caracas y en otras regiones no se puede racionar porque ciertas especificaciones técnicas y de seguridad lo impiden.
La previsión del Gobierno de evitar un colapso total del servicio eléctrico tiene rato en marcha. Hay cortes “periódicos” en casi todo el país que nunca se explicaron. Y hay medidas de vigilancia por los actos de saboteo del servicio. La poca información de la realidad del sector eléctrico hizo que la sequía quedara en un último plano y que no sea “El Niño”, sino Maduro el responsable. Y eso no hay manera de racionarlo. Sigamos.

Mercedes Chacín

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