Jessica Dos Santos
Las criptomonedas están basadas en códigos criptográficos, encriptados (del griego, “criptos” (oculto), y “grafé” (escritura): escritura oculta). La de Venezuela aún no ha nacido, pero ya tiene nombre: “El Petro” ¿Qué oculta?
Es chicha y limonada
El pasado 3 de diciembre, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció la creación de “El Petro”, una criptomoneda similar al bitcoin, pero respaldada por petróleo, gas, oro y diamantes.
El bitcoin es una moneda virtual, es decir, sólo existe en la web y se utiliza a través de un sistema de pagos electrónicos encriptados sin necesidad de intermediarios.
Las criptomonedas emplean una tecnología llamada “Blockchain” (cadena de bloques) generada por algoritmos criptográficos, es decir, todas las transacciones son verificadas por una extensa red de computadoras sin necesidad de instituciones bancarias que compensen o liquiden los pagos entre las partes.
Las monedas virtuales surgieron en el año 2009, existen más de 600, y crearlas tarda sólo 20 minutos. Las más reconocidas son el Bitcoin (existen 16,4 millones de unidades circulando y su valor total en el mercado es de $42.888.341.486), el Ethereum, Ripple, Dash, Litecoin, Omisego y Monero.
En el caso del bitcoin, cada bitcoin se asocia a una dirección única, perteneciente a una persona (una billetera virtual). La dirección de bitcoin indica quién posee la moneda digital. Es como una dirección de correo electrónico, a donde se puede enviar “X” cantidad de bitcoins.
Según la agencia “Digital Finance” en los últimos meses cerca del 30% de las transacciones con criptomonedas se realizaron desde América Latina siendo lideradas por Colombia, Venezuela, Brasil y Argentina.
Precisamente el Petro se edifica como la primera criptomoneda venezolana, pero al parecer será tanto chicha como limonada.
Chicha: Tiene respaldo
La revista “The Economist” afirma que las monedas virtuales que se encuentran en circulación tienen una equivalencia en el mundo real que supera los US$90 mil millones. Sin embargo, el bitcoin y el resto de las criptomonedas son dinero fiduciario, es decir, que carece de respaldo.
El valor del dinero fiduciario depende únicamente de la confianza (Fiat Money) que otros depositen en él, es decir, la posibilidad de que lo acepten como medio de pago o se pueda convertir en dólares, euros u otras monedas.
Sin embargo, el superintendente de la Criptomoneda, Carlos Vargas, precisó que el Petro arrancará con “un certificado equivalente a 100 mil millones de dólares de las reservas petroleras venezolanas”, es decir, un gran respaldo.
“El Petro será, sin duda alguna, la moneda virtual con mayor respaldo del mundo. Las reservas probadas de petróleo de Venezuela son de 297.500 millones de BDP, las de oro son de 367,6 toneladas extraídas en bóvedas, las de diamantes rondan los 11.800 millones de quilates y las reservas probadas de gas son de 4,1 billones de pies cúbicos. Son más de 58 billones de dólares americanos a precios actuales. Este monto representa 3 veces el PIB de EE. UU o China. Esto garantizará que cuente con gran aceptación y valoración a nivel internacional”, explica el economista, Oscar Forero.
Algo en lo que coincide el abogado y especialista en Derecho Tributario y Financiero, Juan Carlos Valdez, al afirmar que “El ‘Petro’ es la única criptomoneda del mundo que tiene un respaldo en bienes reales. Por ello, no se necesita que exista confianza en la economía del país que la emite, pues la confianza radica en todo lo que la respalda. Además, el Petro no podrá ser despreciado, porque para ello, deberán depreciar el valor del oro, el diamante, el petróleo, el gas, el coltán, algo que sería materialmente imposible. Esto hace que El Petro sea atractivo para el resto del mundo”.
Ante esto, el profesor Luis Salas Rodríguez lanza una advertencia: “Quien adquiera una criptomoneda venezolana respaldada por sus riquezas minerales, estará pensando en el derecho que le da a acceder a tales riquezas. Está de más decir que esto la convertiría en un éxito de mercado, pero estamos hablando de un éxito que podría resultar lesivo a los intereses nacionales. Esto en condiciones normales, expone al país ante los fondos buitres especulativos que adquirirán el Petro buscando el oro, el petróleo y la plata que lo respalda. Pero en las condiciones financieras en que nos encontramos los riesgos son mayores.”
De hecho, ya medios como la BBC asomaron que “Venezuela debe designar un custodio independiente que garantice que, en caso de impago, estas materias primas lleguen a manos de los acreedores”.
Limonada: El Estado dice presente
A la par, se supone que las criptomonedas no están controladas por ningún Estado ni Banco Central. No tienen país de origen ni son emitidas por gobiernos, tampoco cuentan con un respaldo jurídico único. Las transacciones son anónimas. Incluso, para algunos, uno de los principales atractivos de las criptomonedas es precisamente ese: se pueden realizar transacciones sin revelar quiénes participan en ellas, por ende, son muy usadas por quienes cometen actos ilícitos.
A la fecha, por lo menos 11 naciones del mundo poseen su propia moneda virtual, las cuales pertenecen a fundaciones o personas particulares, pues son muy pocos los gobiernos que han asomado la posibilidad de lanzar su propia moneda.
Sin embargo, el superintendente de la Criptomoneda, Carlos Vargas, afirmó que el Estado venezolano “creará una fórmula que determinará el valor del Petro”, abrió una web para “un registro único de los mineros digitales en el país”, y hasta considera que estas tecnologías podrían “tributarle al país”
Los mineros digitales son aquellos ciudadanos que practican la “minería” de estas monedas virtuales en computadoras especializadas, es decir, revisan las operaciones que se realizan en el mundo y perciben comisiones por mantener sus equipos operando.
Vargas también dijo que el Petro podrá ser adquirido en bolívares y en cualquier otra divisa, y que la Asamblea Nacional Constituyente aprobará una ley que autorice la creación de casas de cambio de monedas digitales, dado que otras criptomonedas, como el Bitcoin y el Onix, también serán legalizadas.
Bueno y malo a la vez
“Una de las ventajas de las criptomonedas es que son una especie de ‘Bypass’ al sistema financiero, es decir, si usted quiere transferirle un dinero a alguien, usted se mete en su computadora y hace la trasferencia, pero esa transferencia primero va al banco, el banco la autoriza y luego se la hace llegar a la otra persona, en el caso de las criptomonedas esto no es así, porque las criptomonedas no pasan por el banco, es una transacción de persona a persona. Por eso el Petro será clave en el combate de la guerra económica contra Venezuela”, nos dice el especialista, Juan Carlos Valdez.
En efecto, El Petro, de una u otra forma, podría servir para burlar el bloqueo económico de Estados Unidos, pues entre las sanciones impuestas por el gobierno de Donald Trump se incluye la prohibición de realizar transacciones con títulos de deuda y acciones emitidos por el gobierno venezolano y la estatal petrolera, PDVSA.
PDVSA es la principal fuente de ingresos del país, por lo que superar estas restricciones son una prioridad para el Estado. Pero para eso se necesita, en primer lugar, que los socios de Venezuela accedan a utilizarla. Por ejemplo, China, gran aliado económico de nuestra nación, prohíbe e incluso pena, la comercialización con moneda virtual a sus ciudadanos.
“Son cada vez más quienes a nivel mundial alertan sobre sus implicaciones, entre ellos el presidente ruso, Vladimir Putin; y recientemente el Nobel de economía Joseph Stiglitz, quien incluso aboga por su eliminación. Este mismo año el gobierno chino prohibió su emisión, al tiempo que obligó a individuos y organizaciones que hayan recaudado fondos a través de ellas a devolverlo”, nos dice el profesor Luis Salas Rodríguez.
Por su parte, Oscar Forero explica que esto pasa porque “no todo es positivo en el caso de las monedas virtuales, su funcionamiento descentralizado puede originar grandes alteraciones del mercado, tal como ha ocurrido en reiteradas ocasiones con el Bitcoin. A ello debemos sumarle que el mercado virtual en efecto se presta para que se laven de manera simple grandes cantidades de dinero proveniente de actividades ilícitas. Otro factor a tomar en cuenta proviene de las distorsiones que podría generar en nuestra economía el ingreso de divisas provenientes del Petro, puesto que su naturaleza es esencialmente especulativa”
“Nada de lo anterior significa que se deba obviar el tema y actuar como si no existe. Las criptomonedas son una realidad y hay que lidiar con ellas. Desde esta perspectiva, es saludable la conformación de un organismo que se encargue de estudiarlas y hacerles seguimiento, pero teniendo claros todos sus riesgos”, acota Luis.
De una u otra forma, Venezuela, nuevamente, intenta encontrar una salida. Todo indica que, si hay alternativas disponibles, pero debemos conocer las más adecuadas y cómo implementarlas asertivamente. Sea como sea, El Petro ya es parte de toda una cadena de interesantes acontecimientos que vamos a estar atestiguando en los días por venir, así que ¡a empaparse en la materia!
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