lunes, 29 de enero de 2018

El factor hambre: último recurso del golpismo

Hay algo que los enemigos de Maduro, nacionales e internacionales, no ven, o no quieren ver y es que detrás de Maduro está un pueblo, por eso siempre ha salido airoso
 José Vicente Rangel.-  1 Hasta ahora han fracasado en todos los intentos para sacar a Nicolás Maduro de Miraflores. El suyo ha sido uno de los mandatos presidenciales más acosados. No ha tenido tregua en el ejercicio de las funciones que le confirió el pueblo venezolano en elecciones libres y democráticas, pese a que pasará a la historia como el Jefe de Estado más dialogante que ha tenido el país. El que en situaciones extremadamente difíciles -económicas, sociales y políticas- respetó las reglas de juego de la democracia y se mantuvo en el marco de la Constitución. Pocos como él han sido objeto de tantas provocaciones, de agresiones personales y traiciones, no solo en el país, sino afuera.
2 Pero hay que reconocerlo: Maduro ha soportado todo: el alud de infamias, de vilezas y celadas que sus adversarios le han tendido y ha logrado sobrevivir. Cuando se consideraba, entre los analistas políticos y en los círculos cerrados donde se manipula la opinión pública, que se hallaba al borde del abismo, a punto de caer, salía de la emergencia con inusitada habilidad, con singular olfato, le daba la vuelta a la situación y extraía beneficios. Su capacidad de aguante, está más que probada: es ilimitada.
Los pronósticos agoreros fracasaron una y otra vez. Desde el momento que tomó posesión del mando, en acre olor a tempestad, con el estímulo de un adversario irresponsable que demostró carecer de talante democrático, hasta hoy cuando comienza el último año de su gestión. Pero aún así, cuando pareciera no existir peligro, éste persiste.
4 Hay algo que los enemigos de Maduro, nacionales e internacionales, no ven, o no quieren ver. Que se resisten a aceptar por razones obvias. Por el desprecio que sienten hacia él, proveniente de la arrogancia que los caracteriza. De la subestimación que los ciega. Y es que detrás de Maduro está un pueblo. Por eso siempre ha salido airoso. No lograron derrocarlo la guerra económica, el cerco internacional, el bloqueo, la conspiración continuada, la guarimba, ni los intentos por socavar la unidad de la Fuerza Nacional Armada de Venezuela (Fanb).
¿Qué recurso le queda a la oposición para sacar a Maduro de Miraflores? ¿A la oposición fascista que tomó distancia de la otra, la democrática? Esa oposición irracional, desesperada que arribó a la conclusión de que tiene que hacer algo excepcional porque el tiempo es implacable, y sabe que si concurre a unas elecciones será derrotada, está dispuesta a jugarse la última carta. Es decir, que consciente como está que no cuenta con militares que la acompañen en una aventura, ni tiene organización suficiente para convocar a una huelga general, apuesta al factor hambre.
6 El factor hambre consiste en emplear los recursos que aún posee la oposición para extremar la escasez de alimentos. Para sabotear la distribución. Para utilizar el dominio sobre los medios para magnificar el problema y atribuirle al desabastecimiento carácter de hambruna. Para sembrar angustia en la colectividad, extremar la campaña internacional contra el país y elevar, progresivamente, el tono de la protesta en el país con la idea de que se produzca un caos que obligue al gobierno a emplear el poder militar y policial para frenar o disuadir, en forma brutal la situación y suscite una condena nacional e internacional que justifique la intervención militar dirigida por EEUU que, como se sabe, ya está planificada y tan solo aguarda su ejecución. Maduro conoce esta estrategia y debe tener prevista la respuesta. La experiencia que ha acumulado es un elemento que los que siempre lo desestimaron cumple de nuevo un papel determinante. Y que -como ha sucedido en otros momentos- dejará al enemigo con los crespos hechos.
Laberinto:
Advertencia: El comentario que sigue lo escribí antes de la decisión de la Asamblea Nacional Constituyente convocando la elección presidencial para el primer cuatrimestre de este año. Pienso que la situación no cambia sustancialmente, sólo que coloca a la oposición ante un disparadero y desenmascara a los hipócritas mandatarios de otras naciones que antes clamaban por elecciones en Venezuela y ahora las rechazan. De inmediato comentario inicial:
Comenzó la campaña en la oposición para escoger candidato presidencial. Varios nombres empiezan a correr en una cancha cubierta de lodo.
¿Cuántos son simbólicos y cuántos no? En las encuestas aparecen las tradicionales figuras del agotado mundo partidista y ciertos nombres de independientes. Entre los aspirantes partidistas destacan, con bajos porcentajes, Ramos Allup, Borges, Henri Falcón, y entre los independientes Lorenzo Mendoza y Claudio Fermín, aun cuando hay otros agazapados…
Mendoza, según parece, cuenta con mayor simpatía, pero al mismo tiempo con más trabas entre las que se señala el rechazo de los partidos y del entorno familiar. Este último teme que la candidatura meta a la empresa Polar en un campo minado…
Pero, en materia electoral, en lo referente a las presidenciales, aún no hay nada concreto. Debido al trauma que afecta a la oposición, a las tremendas derrotas que sufrió en las últimas semanas de 2017, hay la sensación de que no está en capacidad de competir con el chavismo, el cual atraviesa por un momento estelar. Entre otras razones porque no tiene problema candidatural, porque ha logrado construir una poderosa maquinaria y consiguió ajustar líneas programáticas que le facilita tocar tierra, a diferencia de otras elecciones…
El mismo acoso que representa la crisis económica para el Gobierno, determinó que el chavismo actualice su mensaje, lo coloque a nivel del ciudadano de a pie y haya logrado perfeccionar un sistema comunicacional excepcional. Al extremo de que ha conseguido paliar los efectos de la crisis y poner en evidencia la responsabilidad en ésta de las políticas de la oposición…
La Unión Europea se suma a la infamia del Gobierno de Donald Trump. Es decir, que asume un triste papel de lame-culo del imperio. En otras ocasiones la Unión Europea tomaba discreta distancia. Optaba por enfatizar, de alguna manera, que Europa era Europa y EEUU era EEUU. Se cuidaba de involucrarse en los turbios designios de la Casa Blanca y hasta se permitía discrepar. Pero, cuando uno observa que en un tema manejado con infinita torpeza por los políticos norteamericanos, como el venezolano, se suma a una lista infamante de figuras respetables, homologando cobardemente acusaciones norteamericanas sin prueba alguna, lo que provoca es náusea…
Estados Unidos y los cipayos que en Venezuela lo secundan, parece que han aterrizado en una fórmula ideal para salir de Maduro: estrechar el cerco para que el pueblo venezolano se desespere, se eche a la calle y arrase con todo. El resultado sería el caos y la salvadora intervención militar gringa. En otras palabras, algo parecido al 27 de noviembre. Qué fácil luce en el papel una fórmula que pone de lado el hecho de que las causas de aquella histórica jornada y las que existen hoy día son diferentes. Que el pueblo ubica hoy con claridad al enemigo y tomó clara conciencia -y un espíritu de lucha extraordinario- que excluye la posibilidad de éxito de una aventura de tal naturaleza…
La visita de Francisco a Chile provocó sorpresas. El Papa tocó aspectos básicos y levantó reacciones impredecibles. Ejemplo: Comenzó un acto público citando a Pablo Neruda; en otro recurrió a un verso de Violeta Parra, y ante una multitud en Santiago pidió un minuto de silencio en homenaje a las víctimas de Pinochet…
La oposición optó por olvidarse del 23 de enero. Está consciente de que perdió la calle.
José Vicente Rangel | jvrangelv@yahoo.es

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