Eduardo Rothe
El 17 de agosto llegué a Venezuela molido, después de un viaje de 30 horas (14 de Tokio a México, 11 de espera en el aeropuerto Benito Juárez y 5 hasta Maiquetía) y no fue sino hoy que, por un artículo del compatriota Adán González Liendo ("Jesús Silva podrá bloquearnos en Twitter pero no en Aporrea") supe del ataque del que fui objeto ("Profesor Lupa y su rara obsesión contra Jesús Silva" Aporrea 7 agosto 2015) cuando me encontraba entre Hiroshima a Nagasaki trabajando en una cobertura especial del 70 aniversario del genocidio atómico.
- Los insultos que Silva me lanza son muchos y variados: me acusa de "foca", de "fingir aplausos a (mis) amos incondicionalmente sin principios ni moral", de "chulear y sacar provecho", de "incansable jalamecate", de succionar la nómina del Estado, de hacer "propaganda fascistoide", de ser "prisionero de (mis) bajas pasiones, mediocridad y envidia". Y otras cosas en que no entiendo, porque Silva escribe mal, como la frase "Cree que la vocación de un servidor público a investigar y exponer ideas es cosa inspirar en egocentrismo"(sic).
- Pero su verdadero ataque se basa en 2 puntos: que no hablo bien inglés y que soy "borracho, parrandero y jugador" como en la canción (para los más jóvenes, en YouTube "Juan Charrasqueado) o, más precisamente, alcohólico y drogadicto.
- Sobre el primer punto, decía un francés que "las lenguas extranjeras hay que hablarlas patrióticamente mal" pero, en mi opinión, lo suficientemente bien para hacerse entender. El inglés es mi segunda lengua aunque manejo mejor los idiomas latinos, pero en todos sueño, he logrado expresar pensamientos y sentimientos, trabajar, luchar, amar y ser amado, y eso me basta. No soy un anglófono virtuoso, como Míster Silva, pero la vida me ha arrojado de aquí para allá, le he dado la vuelta al mundo sin perderme, como periodista he entrevistado a los que tenía que entrevistar, y he creado amistades y solidaridades en muchos países. Fui, a los 21 años, con mi mal inglés, el más joven corresponsal de guerra en Vietnam, y desde entonces no he parado: estoy llegando de 16 días en Japón donde mi pobre inglés me permitió entrevistar a sobrevivientes de Hiroshima, Nagasaki y Fukushima, a activistas, diputados y al anterior Primer Ministro Naoto Kan, sin que ninguno me hiciera repetir una pregunta.
- Claro, no voy a competir con una eminencia cósmica como Míster Silva, que en su modestia nos informa "Humildemente y para bien de mi país, yo seguiré debatiendo con cancilleres, embajadores, diplomáticos de otros países que quieran debatir conmigo como ya lo hice con gente de EEUU, Guyana, Cuba, y otros que me reservo para no obstruir mis investigaciones académicas". Afortunada es Venezuela de tener entre sus hijos a semejante lumbrera. En cambio yo, a los 70 años sólo tengo ¡pobre de mí! muy poca academia, algo de guerra y mucho mar...y una extremada prudencia al aceptar invitaciones diplomáticas, por aquello de que perro viejo late echado.
- Sobre el segundo punto de Míster Silva, confieso que no soy, como él, un dechado de virtudes. El Míster nos informa: "no fumo, no bebo licor, nunca he usado estupefacientes, no tengo ningún vicio, vivo en matrimonio estable, soy padre de familia y no tengo antecedentes penales". Ni baila pegao, porque la aureola le queda muy apretada, y debe ser de los que dicen, como el General Gómez. "no se me mueva mija, que yo soy un hombre serio"... Y, con el debido respeto, yo que soy gordo me pregunto ¿qué amor soporta el peso del Ego de Jesús Silva? Ante tanto virtuosismo, yo debo avergonzarme de mi desastrosa vida amorosa, de mis desordenados estudios, de mis 10 mil botellas de alcohol -sin contar vino y cerveza- y mis 750 mil cigarrillos. Es más, tengo el orgullo de haberme bebido una botella de whisky con Daniel Santos.
- Pero confieso que con su moralina el Míster me agarró, porque lo único que limita mi afición por "drogas, sexo y alcohol" es, desde hace 15 años, mi responsabilidad con la revolución y los achaques de la edad. Comparto las posiciones académicas de la Dra. Rosa del Olmo y de la Interpol sobre la marihuana, siempre creí que para no ser víctima de un vicio había que tener varios, y que "Todos los moralistas se han acostado en la cama de la religión" (Marx). Es más, comienzo a sospechar que Jesús Silva pertenece al Opus.
- También confieso que a los 15 años entré en la ilegalidad, tengo antecedentes policiales (no penales) por haber estado preso, demasiadas veces para mi gusto, y a los 17 la Digepol me fichó como "Jefe de Banda Terrorista", lo que en realidad era (pero sólo un poquito), crucé balas con las fuerzas de seguridad de Estado, y fui hasta un poco héroe, porque tenía mucho, mucho miedo de morir virgen.
- Míster Silva compite en insultarme con Vladimir Villegas, a quien señalé a tiempo como traidor, y lo cita diciendo que me retó a que nos hiciéramos un examen antidoping (?). No me enteré entonces y hoy no tendría inconveniente, porque lamentablemente estoy más limpio que el ángel de la guarda, pero no compito con traidores, delatores, agentes de la derecha o el Imperio. Allá los que no se meten nada, pero se meten a enemigos de la revolución, diciendo que son "marxistas".Los que no me conocen y quieren conocer mi posición, pueden leerla en mis 282 artículos de 10 años en Aporrea. Verán ahí si soy adulante o crítico. Y en cuanto a Míster Silva, me alegra que su Ego serruche la rama en que se sienta, y por ridículo sea cada vez menos útil a los gringos. Él, supremo hombre honrado, ya no es útil a los venezolanos:
"Solemnemente virtuoso,
paralítico ilustre, honorable egoísta,
indiferente,
consagrado por la opinión nacional,
amueblado por tu honradez perpetua.
por tu honradez cobarde, por tu cobarde gravedad,
viviendo de un seguro de vida venturosa
con tu renta de diez por ciento sobre el respeto general.
Estatua honrada;
eres abominable.
Eres como esas cosas de marca acreditada
que nadie compra nunca, aunque sepan que es buena,
porque no sirven para nada.
Eres una pelota que nadie lanza a nadie,
una lata de Rodel que nadie come,
un pan muy bueno que a nadie alimenta,
una maravillosa cama
donde nadie se acuesta.
Eres honrado, honrado, honrado, honrado.
Eres un sinvergüenza".
"Presentación Mural del Hombre Honrado de Venezuela" (Andres Eloy Blanco)
- Los venezolanos perdonamos todo menos la echonería, y que alguien venga a restregarnos en la cara la supuesta importancia que le dan en la Embajada gringa. Como Chacumbele, él mismito se mató. Pitiyanqui le dije y pitiyanqui se quedó.
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