MARYCLEN STELLING
Ante el fracaso de las predicciones sobre un estallido social inminente, las habilidades político-proféticas de ciertos analistas, políticos y medios se dirigen hacia otros derroteros. Los sondeos de opinión dan cuenta además de un importante número de venezolanos y venezolanas en desacuerdo con esta “salida” violenta, por considerar que agravaría “el panorama económico y político” en el país. Por otra parte, diferentes estudios de opinión concluyen en la oportunidad que podría tener la oposición por la vía del voto, en especial el voto castigo. De allí que se vuelque la mirada a la vía electoral que, en algún momento, lució para ciertos opositores como no “viable e inmediata”.
El cambio de estrategia se reflejó en la marcha convocada por la MUD bajo el lema “oposición protesta por la democracia, contra el hambre, la inseguridad, por la libertad y la unidad”. Participaron jefes de los partidos políticos y “candidatos del cambio” a la Asamblea Nacional, quienes afirmaron que la lucha es por un porvenir distinto y aseguraron que derrotarán a los postulados del oficialismo. La apuesta al voto castigo se hizo presente bajo la aseveración: “El malestar está diseminado y el Gobierno está perdiendo por paliza”. La intención de convertir sus debilidades en fortalezas quedó plasmada en la afirmación del secretario ejecutivo de la MUD: “Nuestro discurso estará orientado en las necesidades del pueblo, los pobres y en la clase media empobrecida”. La confianza-desconfiada en el proceso electoral dijo presente en el anuncio de la formación de comandos familiares que se sumarán a los testigos y miembros de mesa el 6-D para defender el voto. Desde la victimización, dirigentes vaticinaron “más acciones institucionales contra la MUD en un intento por disminuir la brecha de 15 a 20 puntos porcentuales en intención de voto” que tienen sobre el oficialismo.
Dada la poca asistencia, la marcha devino en concentración, algo que pareció no preocupar. Sin embargo, la dirigencia, a fin de reducir la tensión y en la procura de una cierta coherencia interna, atribuyó lo sucedido a que la mayoría de las personas descontentas y deseosas de un cambio estaban en las colas, intentando conseguir productos imposibles de adquirir por las vías normales. Este es solo el inicio.
Maryclen Stelling
maryclens@yahoo.com
Ante el fracaso de las predicciones sobre un estallido social inminente, las habilidades político-proféticas de ciertos analistas, políticos y medios se dirigen hacia otros derroteros. Los sondeos de opinión dan cuenta además de un importante número de venezolanos y venezolanas en desacuerdo con esta “salida” violenta, por considerar que agravaría “el panorama económico y político” en el país. Por otra parte, diferentes estudios de opinión concluyen en la oportunidad que podría tener la oposición por la vía del voto, en especial el voto castigo. De allí que se vuelque la mirada a la vía electoral que, en algún momento, lució para ciertos opositores como no “viable e inmediata”.
El cambio de estrategia se reflejó en la marcha convocada por la MUD bajo el lema “oposición protesta por la democracia, contra el hambre, la inseguridad, por la libertad y la unidad”. Participaron jefes de los partidos políticos y “candidatos del cambio” a la Asamblea Nacional, quienes afirmaron que la lucha es por un porvenir distinto y aseguraron que derrotarán a los postulados del oficialismo. La apuesta al voto castigo se hizo presente bajo la aseveración: “El malestar está diseminado y el Gobierno está perdiendo por paliza”. La intención de convertir sus debilidades en fortalezas quedó plasmada en la afirmación del secretario ejecutivo de la MUD: “Nuestro discurso estará orientado en las necesidades del pueblo, los pobres y en la clase media empobrecida”. La confianza-desconfiada en el proceso electoral dijo presente en el anuncio de la formación de comandos familiares que se sumarán a los testigos y miembros de mesa el 6-D para defender el voto. Desde la victimización, dirigentes vaticinaron “más acciones institucionales contra la MUD en un intento por disminuir la brecha de 15 a 20 puntos porcentuales en intención de voto” que tienen sobre el oficialismo.
Dada la poca asistencia, la marcha devino en concentración, algo que pareció no preocupar. Sin embargo, la dirigencia, a fin de reducir la tensión y en la procura de una cierta coherencia interna, atribuyó lo sucedido a que la mayoría de las personas descontentas y deseosas de un cambio estaban en las colas, intentando conseguir productos imposibles de adquirir por las vías normales. Este es solo el inicio.
Maryclen Stelling
maryclens@yahoo.com
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