Por Toby Valderrama y Antonio Aponte
Esta solución no es recomendable en política, la tierrita no cubre a la
realidad que termina siempre imponiéndose a pesar de lo deseos de los
incautos. En la Revolución Chavista hay muchas señales, hechos, que
ameritan reflexión. Lamentablemente, se les aplica la solución del gato.
Un suceso: la altísima abstención en la elección de los delegados al
Congreso del PSUV nos alerta sobre los efectos de soluciones evasivas,
de cómo las medidas, la conducta del gobierno influye en la realidad
política, sus consecuencias.
Ya
no son necesarias las encuestas para percibir la realidad, la
abstención en el PSUV nos grita en la cara que algo anda mal con el
apoyo de las masas, que es lo más importante de la Revolución.
Y a eso no podemos despacharlo con algunas proclamas de triunfos que
no se las cree nadie y algunas explicaciones que confunden. Es necesario
reflexionar, estudiarlo con rigor, tomar medidas urgentes so pena de
seguir debilitando al proceso.
Lo
primero es reconocer que la Revolución pierde apoyo, negarlo sólo
beneficia a la contrarrevolución. Luego debemos tratar de responder esta
pregunta: ¿por qué la Revolución pierde apoyo? Veamos.
El
gobierno calcó la conducta de los socialdemócratas, tomó el atajo de la
compensación material para buscar apoyo popular. Además, y muy
importante, convocó a la burguesía, a la oligarquía, a los capitalistas,
a una alianza con el gobierno para que le resuelvan los problemas. Era
previsible, así lo dice la experiencia internacional, que ese camino
elevaría la conciencia egoísta, capitalista, de la sociedad, y como
consecuencia debilitaría la base popular del gobierno. La confusión
trajo el desencanto y éste abrió paso al grito "sálvese quien pueda", el
egoísmo toma cuenta de la vida, la salida individual es la norma. El
gobierno quedó sin mensaje, la masa sin razones sagradas para luchar, se
borró la diferencia de fondo con la oposición, todo se presenta como
actores de la misma comparsa, con sólo diferencias de matices. Está
claro que ese atajo lleva a la derrota a la Revolución, o más directo,
es suicida.
Los
relativos éxitos tácticos en la compensación material debilitan
estratégicamente a la Revolución, es como una maldición de los dioses
del consumismo: mientras más da, cuanto más promete, menos fuerza tiene,
las exigencias materiales son mayores.
La compensación material tiene un tope, las exigencias son infinitas y
los recursos finitos. Por más que se hipoteque la Patria, por más que se
privatice, lo material no alcanza para cubrir las expectativas. Se
establece así una lucha entre sectores sociales por los recursos, por la
renta, por los dólares, en esa batalla ganan los burgueses y se
sumergen en la miseria a los sectores populares. Por eso, el final del camino de la compensación material, el de la socialdemocracia, es el conflicto social.
Al
debilitarse el gobierno es presa fácil del capitalismo nacional y del
transnacionalismo, no puede evitar los pactos con el capitalismo
mundial, cada vez se mete más en el pantano del pragmatismo y cada
minuto se apaga su luz.
El camino sigue siendo el Socialismo, el verdadero... ¿qué esperamos para rectificar?
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